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“El acuarelista
regiomontano se caracterizó por un
apasionado y festivo tratamiento del color. Amante de la belleza, supo encender sus telas con horizontes luminosos
y abiertos. Exploró la enorme veta
plástica de nuestra naturaleza y de nuestras costumbres. Con su paleta espontánea aportó una idílica
frescura dentro del entorno artístico del porfiriato, anquilosado en un
seguimiento impersonal de las tendencias artísticas europeas…”
Rafael
Tovar y de Teresa
Presidente
del Consejo Nacional para la Cultura y
las Artes, 1992
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