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“Las fuentes de donde emana su pintura
no están en el mundo exterior, sino en el trasmundo interior de Mariuca, captado por sus muy particulares antenas propioceptivas. Por eso a Mariuca no la detienen ni la circunscriben los límites de la percepción visual; por
el contrario, hay en ella una evidente e inobjetable prioridad del orden
conceptual que le permite ignorar las leyes de la naturaleza, para imponer
sus propias leyes”.
Ramiro Torreblanca
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