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JOSÉ
ATANASIO MONROY
Nació
en Autlán, Jalisco el 19 de Abril de 1909, su padre
Miguel Monroy, albañil de profesión, murió cuatro
meses antes en Ejutla, Jal.,
después de ver nacer a su hijo (José Atanasio). Estudió
la primaria en su ciudad natal, en 1925, se traslada a la ciudad de México,
obteniendo una beca para estudiar en la Academia de San Carlos con solo 16
años de edad; su principal profesor fue Alfredo Ramos Martínez y también
recibió instrucción de Leandro Izaguirre y de
Antonio Cano.
A
sus 17 años, participó por primera vez en una exposición en el Palacio de
Minería, el cuadro que exhibió fue publicado en "El Imparcial", al
día siguiente de la inauguración, lo adquirió un ciudadano francés, quien lo
llevó a París. Este
éxito motivó a José Atanasio Monroy a dedicarse con
empeño a la pintura. Por esos años la Academia de San Carlos cerró sus
puertas temporalmente, debido a la inestabilidad política por la que pasaba
el país, por lo que José Atanasio ingresó a la Escuela Libre de Pintura de Churubusco, en la que permaneció un año, mas adelante
instaló su taller por la calle de Bucareli, en la
ciudad de México. Desde
los inicios de su desarrollo pictórico, prevaleció su preferencia por la
pintura académica, respaldada por su preparación técnica y su facilidad para
plasmar escenas costumbristas mexicanas, paisajes, bodegones y sobre todo,
retratos por encargo, que constituyeron su principal fuente de ingresos
durante toda su carrera. José
Atanasio Monroy es un pintor que pertenece a una
vieja tradición mexicana, la del "Romanticismo Folklorista", y la
cual, la alimenta de una curiosidad perenne por formas y colores por un país
multirracial; de formación académica y poseedor de una técnica cuidadosa, se
ve atraído desde un principio por tipos populares mexicanos, en cuya
descripción desarrolla un verdadero virtuosismo. Aun
cuando la mayor parte de su obra es de caballete, Monroy
tiene en Jalisco dos murales que vienen a representar a este realismo no
exento de un fondo romántico que tan importante participación tiene en la
historia de nuestra plástica. En
la ex-escuela vocacional de Guadalajara, José Atanasio pinta tres murales: al
ingreso (muro oriente) del vestíbulo, entrando a mano izquierda encontramos
la primera parte. Se trata de una alegoría sobre la guerra (
por entonces finaliza la Segunda Guerra Mundial) y sobre la Paz y el
Trabajo. El mundo de la Paz se adivina utópico y fraternal y la figura de un
maestro domina la composición, este mural "Paz y Trabajo" y/o
"Educar para el bien", de 3.50 x 8.52 mts.
realizado en 1945. En
el mismo vestíbulo (muro poniente), a mano derecha, se encuentra otro mural
titulado "Los Años 70´s" (sin fecha de
realización) posiblemente pintado en esos años 70´s
se trata de una visión del mundo, en esa década en la cual Monroy retrata un mundo tan desgarrado por la guerra como
el que había pintado 1945. La parte izquierda del muro esta cubierto de
imágenes de las nuevas guerras que son, si esto es posible, mas terribles aún.
En la parte central vemos dos jóvenes desnudos, símbolos de una humanidad
renovada. A sus pies, Monroy hace una sátira de la
decadencia de hoy: la subcultura de las drogas y del erotismo irrestricto. En
el extremo derecho el judaísmo, el marxismo y el clero rebelde hacen una
labor de zapa contra la Iglesia de Roma representada por la Basílica de San
Pedro, mural que tiene unas dimensiones de 3.50 por 8.52 mts. El
mural principal, más grande y más polémica, es el que está ubicado en la
escalera para el ingreso a la planta alta del edificio, titulado (tal vez)
"Constitución de 1917", de cinco partes se compone el mural de José
Atanasio Monroy en la ex-escuela vocacional del
instituto tecnológico (hoy, 2002, Rectoría del Centro Universitario de
Ciencias Exactas e Ingenierías de la Universidad de Guadalajara). Este mural
tiene una historia curiosa; comenzado -y casi terminado- en 1945, se ve
interrumpido hasta 1972 cuando finalmente Monroy lo
completa. La
interrupción se debió, como es tan frecuente por carencias de dinero. La
partida presupuestal se agotó y Monroy desalentado,
deja el mural sin terminar. Pero
al parecer, la interrupción coincide con un pequeño escándalo. Algún
periódico puritano y conservador ve en el mural de Monroy
un ataque jacobino (Monroy a hecho aluciones al fanatismo y a cierta corrupción
eclesiástica) y lo ataca en forma demasiado emocional. Monroy que es por temperamento incapaz de polemizar recibe, sin
embargo, el apoyo de los "Tres Grandes". En efecto son Orozco, Siqueiros quienes en aquella ocasión salen a su defensa.
Pero pese a tan eminentes aliados el mural se queda inconcluso por 18 años
hasta que partida restaurada y escándalo olvidado se les solicita al artista
que concluya su obra. Tal
como lo vemos en la actualidad el mural de la Ex-vocacional es uno de los
mejores ejemplos jaliscienses de ese realismo romántico al cual hemos hecho
alusión. En
la escalera encontramos, en seguida, un tríptico en el cual Monroy desarrolla una serie de temas históricos de
México. En el pintado en el muro norte vemos la escena que tanto escandalizó
hace veinte años a Guadalajara, pero que hoy nos parece libre de excesiva
violencia. Se trata de un hombre del pueblo crucificado por el fanatismo, la
ignorancia, la superstición. Contemplamos alusiones a los aspectos más
retardatarios del catolicismo latinoamericano y al papel libertador de la
educación. En
la parte central de los murales de la escalera, Monroy
retrata a diversos héroes revolucionarios, se celebran, asimismo, las
principales conquistas del movimiento de 1910 como la Reforma Agraria y la
lucha por la liberación de los del subsuelo. En
el lado derecho, Monroy pinta una alegoría de la
lucha de clases dentro del orbe capitalista. El Becerro de Oro domina la
escena, al igual del "Avaro", atesorando riquezas, cerros de
monedas y de billetes. La
obra de Monroy en la Ex-Escuela Vocacional viene a
ligar dos épocas. Raras veces se tiene la oportunidad de ver como evoluciona
la visión y actitudes de un pintor a lo largo de la realización de una sola
obra. Cuando los murales se inician, el muralismo, como el mundo, se
encuentran saltando por cotidianos cuestionamientos. José
Atanasio Monroy pintó cerca de 2,000 cuadros, a sus
89 años de edad; entre los que se encuentran el del Lic. Ignacio Maciel Saucedo, Rector de la
Universidad de Guadalajara, óleo sobre tela de 1.00 x 1.45 mts y ubicado en la sala de Ex-Rectores de la Rectoría
General de la U. de G. En
1954 residió en Europa por su cuenta, después realizó cinco viajes, que lo
llevaron a Estados Unidos de Norteamérica, diversos países europeos y de la
Ex-Unión Soviética. La
Universidad de Guadalajara le ha organizado dos homenajes, el primero en la
inauguración de los murales de la Ex-Escuela Vocacional del Instituto
Tecnológico, y el segundo en Autlán, el Centro
Universitario de la Costa Sur; también el Ayuntamiento de su ciudad natal le
otorgó un reconocimiento por su labor. Su obra se encuentra esparcida
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El
premio de Pintura Atanasio Monroy es otorgado a los aritstas que se destacan en las Artes Plásticas y
Visuales (Pueden participar artistas mexicanos radicados en los estados de
Jalisco, Colima, Aguascalientes, Guanajuatos,
Michoacán y Nayarit que presenten una obra inédita,
en dos categorías: avanzados y en formación. La técnica y el tema son libres.
El formato de las obras no deberá exceder de 150 cm y estar debidamente enmarcadas)
Cucei Universidad de Guadalajara
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