Exposición Dulces Placeres




fotografías
: Inés Palomar

 


recorte de periódico El informador, diario de un Snob,  Marzo 3, 2005.

                                                                                                 

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Ve con humor la diabetes

 

 

Por Gustavo Aréchiga

Grupo Reforma

López Rocha dedica esta obra a Luis

Miguel Suro.  Foto: Enrique Ortiz

 

 

Guadalajara, México (26 febrero 2005).- A los 50 años, le diagnosticaron diabetes. Y lo que al final hizo Tomás López Rocha (Guadalajara, 1953) fue burlarse a través de pinturas y esculturas, como una especie de curación que ayer se abrió en el Museo de las Artes (Musa) con la exposición "Dulces Placeres".

 

Integrada por cerca de 150 piezas del artista jalisciense, donde predomina el sarcasmo y la escultura figurativa para revelar su enfermedad, en su totalidad la muestra se trata de un ejercicio de intimidad y al mismo tiempo colectividad: la diabetes no respeta a nadie.

 

Gracias al rasgo irónico y a veces solemne, con un sentido del humor y la tragedia atrás de cada una de las obras, López Rocha logró durante ocho meses quitarse de encima los postres y alimentos dulces, el azúcar o la maldición de el azúcar.

 

"No me impedirán el gusto de crear con el azúcar o de referirme a esta. Se nota que era tragón, pero ya no hay más postres en mi dieta. Es un poco burlarse de la enfermedad y animar a quienes la padecen", dijo.

 

Como un homenaje al fallecido artista Miguel Suro, un ejército de 32 figuras humanas llamadas "Los Candidatos" representan hombres gordos propensos a adquirir diabetes, así como el aumento cada vez más evidente de los casos que se presentan en esta enfermedad.

 

Al contrario, con una serie de calaveras de azúcar, se busca jugar un poco con la idea de la festividad mexicana y su carácter fúnebre. Aquí la sustancia azucarada también mata.

 

Además López Rocha también propone varias instalaciones: una de cerámica conformada por 91 calaveras y 32 figuras humanas, cuatro esculturas de resina y 14 pinturas en óleo sobre tela.

 

Transparentes, con la diabetes a simple vista, las esculturas humanas de resina tienen dentro de sí órganos hechos de azúcar, como una forma de evidenciar los trágicos caminos que la enfermedad va siguiendo por el interior. Este conjunto lleva el nombre de "Los Golosos".

 

Hay piezas, sobre todo los óleos grises, donde rondan ojos, pies o manos, brazos y cabezas, que son partes del cuerpo que fueron vencidos por este mal en una lucha encarnizada contra la insulina.

 

En gran parte de ellos el azúcar ha cedido ante la gravedad y resbala hacia abajo, como una metáfora de la muerte o la desaparición.

 

El miedo inicial que López Rocha experimentó cuando le diagnosticaron diabetes, lo ha dejado atrás, y ahora el azúcar lo utiliza como ingrediente adicional a las técnicas tradicionales para la ejecución de sus piezas.

 

"Dulces Placeres" permanecerá hasta el 3 de abril en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara, ubicado en López Cotilla 930, entre Enrique Díaz de León y la Rambla de Cataluña, antes Andador Escorza.

 

A Tomás López Rocha lo caracteriza su manejo de la ironía y el doble sentido.

 

Eso lo ha dejado demostrado en siete exposiciones individuales y seis colectivas, como "Mecánica Nacional e Historias Macabronas", "Me Animo" y "Amar-Mar".

 

'Dulces Placeres

Museo de las Artes

López Cotilla 930

10:00 a 17:00 horas

Acceso para sillas de ruedas

Entrada libre.