Sábado 26-febrero. 2002

Una protesta política abstracta y con humor

 10-octubre-02

 

Se puede ver un caballo, una tuerca o la estampa de una pura mancha. “Bienvenido a lo abstracto”, dice Tomás López Rocha.

 

Adeu. Homenaje a un amigo es una colección de 16 cuadros, en los que el pintor Tomás López Rocha (foto) admite su contrariedad por las políticas que sigue el país, y la tensión bélica que se vive en el mundo. Foto: Haydeé Velasco

 

 

 

 

 

  

Adeu. Homenaje a un amigo es una colección de 16 cuadros, en los que el pintor Tomás López Rocha (foto) admite su contrariedad por las políticas que sigue el país, y la tensión bélica que se vive en el mundo. Foto: Haydeé Velasco  

Se puede ver un caballo, una tuerca o la estampa de una pura mancha. “Bienvenido a lo abstracto”, dice Tomás López Rocha. Mira al techo, se toca la barba, cavila y, entonces, establece conexiones claras: la coincidencia de la poesía y la pintura remite a un logro valioso; la estética aunada a la libertad puede producir cosas maravillosas, sí, pero la cosa es que lo que aquí se quiere decir es altamente político, una protesta por la globalización, por los conflictos bélicos, por la situación económica, porque, dice López Rocha, nunca ha estado de acuerdo con la política industrial de este país.

 

Son 16 cuadros de técnica mixta sobre tela los que se exponen, a partir de hoy a las 21:00 horas, en la galería Haus der Kunst (Pedro Moreno 1024). El título no está muy ligado con éstas, confiesa el autor. Adeu. Homenaje a un amigo, es una referencia a un colega que López Rocha tiene en Barcelona y que “está malito de salud”.

 

Pero ese “adeu” (“adiós”), retrata a la vez la etapa por la que pasa el pintor en su trabajo artístico. Para dar la bienvenida a lo abstracto, tuvo que dejar atrás el estilo figurativo, que hasta entonces había marcado su pintura.

 

En sus cuadros, este pintor también dice adiós a la industria mexicana, que vive en decadencia. Para muestra está el primero de ellos, realizado hace mes y medio. En “Maquilla la maquila” se ve un trazo que se difumina entre contornos poco definidos. Piezas mecánicas y obreros se pierden en un tono color perla, con fondo azul. Una estampa fantasmagórica. “¿Qué la maquila iba a ser nuestra salvación?”, cuestiona irónico el autor. La intención no es abordar la política por la política. Es además humor negro, es la visión de alguien que filtra los hechos por una personalidad que busca siempre ése cariz. Trabajó largas jornadas, casi no dormía. Fue como surgió “Gastritis” y “Defecto óptico”. Enojado, produjo “Arde la industria”, una tela donde predomina el naranja; ya tranquilo, viene la “Hierbabuena”, trazos verdes y regulares.

 

Se para frente ellos, los describe, mueve la muñeca en un ademán natural. Al llegar a los cuadros que pertenecen a la serie “Cómica atómica”, Rocha explica que la idea de su concepción surgió cuando se topó con un libro de 1946, en el que se reproducen unos diagramas que describen la estructura de armas bélicas.

 

De esta colección se pueden apreciar los números 3 y 4, ya que el resto se encuentra expuesto en el Instituto Cultural Cabañas, en la exposición Vibra óptica, impulsada también por la Haus der Kunst.

 

Para terminar, o para empezar, según el recorrido, se encuentran además los cuadros “TLC” (“Todos La Cagamos”, explica el pintor) o “La industria ama Mao”. “A quien no molesto, no quiero”, admite López Rocha.

 

 

Gerardo Covarana