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Para
Paco de la Peña el tres es más que un simple número. El pintor y martillero
fue uno de los primeros artistas que colaboró con un mural en la que fuera la
Galería de Arte Moderno hace casi 30 años. El recinto cambió de nombre, para
convertirse en el museo Raúl Anguiano, pero la obra del artista tapatío permanece.
Y no sólo eso. Ya ha sido renovada en tres ocasiones. Ayer, el creador firmó
su intervención más reciente en el espacio, titulada “El sueño cósmico”, que
presenta tres figuras diferentes en su composición: una luna, un pez y una
gran sandía. “Es una trilogía. Son tres elementos que forman una Santísima
Trinidad y hacen una gran pirámide, que es una composición genética a la cual
los mexicanos admiramos. Es un tres, un número cabalístico”, explica.
La renovación del muro fue anunciada en el mes de junio y obedece, se dijo
entonces, a la intención de realizar una renovación integral de las paredes
exteriores del museo Raúl Anguiano. Aunque el cambió se tomó un mes, la firma
había sido postergada, explica el pintor, “porque tuvimos un temporal de
ciclones, tormentas y demás. Pero por fin llegó el momento de entregarlo a la
ciudad”. Para Paco de la Peña, la estrecha relación entre el artista y su
obra genera que, llegado el momento, “la pieza misma transmita la sensación
de que está lista. Después de innumerables kilómetros de pinceladas ha
llegado la hora”, señala el creador tapatío.
Durante la firma del mural, que se encuentra en la esquina de Mariano Otero y
España, Santiago Baeza, director de Cultura del Ayuntamiento de Guadalajara,
apuntó que la realización de estas obras es importante “para que las nuevas
generaciones conozcan el trabajo de los artistas tapatíos y recordemos
nuestra tradición cultural”. Según el funcionario, el museo Raúl Anguiano es
un orgullo para Guadalajara, y obras como la de Paco de la Peña sirven “para
engalanar el recinto”.
Tres veces se ha renovado la obra del pintor jalisciense y en mismo número de
ocasiones, durante 25 años, ha sido el encargado de llevarlas a cabo. Al
respecto, el artista confiesa: “Me siento muy contento. De alguna manera el
espacio ya me pertenece, en el sentido de que tengo mucho tiempo
poseyéndolo”. Sobre la nueva pieza, el pintor y martillero apunta que “es una
demostración de cómo el artista puede hacer del microcosmos un macrocosmos y
viceversa. Sólo el artista puede lograr hacer del mismo tamaño una sandía, la
luna y un pez en un diseño con un ritmo y con una composición no sólo
dinámica, sino agradable a la vista”. Considerado por Elías Nandino como “la inteligencia en llamas”, Paco de la Peña
apunta que en su obra siempre ha preferido ponerse del lado de lo estético.
“Me gusta el arte bello. No estoy del lado del arte controversial. Yo me
manifiesto en el marco de la alegría y de un diseño armónico”, apunta De la
Peña. |