C3. "Agua, color e historia"
Exposición de acuarelas de Martín Trigueros
Cubo: utensilios para pintar la acuarela y libros de apoyo

En su primera exposición del año, C3 da concreción al eje temático poniendo de manifiesto una de las múltiples manifestaciones del agua en el arte: la acuarela. Esta técnica practicada desde el siglo II a.C. en Egipto, ha sido el vehículo de expresión de numerosos artistas, además de un recurso lúdico importante para muchas personas.

En el cubo se presentan diferentes instrumentos de la acuarela y bibliografía de respaldo. Además tendrás la posibilidad de conocer la obra de Martín Trigueros, un reconocido artista plástico de la ciudad que ha logrado trabajar con gran maestría esta técnica.

“Agua que no has de beber…”

Y a nosotros nos corresponde, inevitablemente, completar la frase. Pero en Martín Trigueros, en el pintor, el agua es siempre bebida y siempre, también, se deja correr; de hecho, el trotar del agua sobre una blanca superficie es la condición primaria para ser bebida. Entonces, y sólo entonces, el papel, esa superficie que comparte su sed con la del pintor, conoce su contento. De a sorbos caudalosos, de a salpicadas contenidas, el papel sediento pierde su circunstancial caos, ese de lo increado, para dar inicio desde las aguas primordiales al orden y al origen. Y es que en las acuarelas de Trigueros existe un mundo que ha modelado su propia forma, su propia historia, corroborando con ello la inmortalidad del juego: el eterno retorno a una tierra que se fertiliza con la lluvia de los pinceles. En la fertilidad de Trigueros cada quien platica como le va en la feria, y si no, bastaría con preguntarle a santa Amalia, al espantapájaros o bien, a aquel rostro que asombrado, recibe los dardos ambivalentes de cupido con una nota: te mando estas flores…

Y es que la fecundidad de Trigueros, la ambigua fecundidad de este pintor, le viene de unos ojos que te vieron ir…, del bestiario desatado por la mordida suspicaz, es decir, de probar la aventura de exploraciones golosas y sufrir su consecuente expulsión del aeroplanito: de vivir la caída. La humedad que derrama Trigueros es un exceso digno para la mujer asaltada por los significados que, desde esta otra orilla, desde esta otra entintada superficie, participa de las aguas primordiales que narran cuentos acuareleados.

Mónica Ornelas
enero de 2003

Martín Trigueros (Ameca, Jalisco, 1963)

Egresado de artes plásticas del Instituto Cultural Cabañas (1986-1989), este artista de la acuarela fue seleccionado en el primer certamen Color, agua y papel, convocado por la empresa Sun Chemical, en 1994, fue mención honorífica en el Salón de Octubre en 1994, y primer lugar en 1993.

Ha expuesto individualmente en la Casa de la Cultura de Lagos de Moreno, Jalisco (La mirada violentada, 2001), y el Foro de Arte y Cultura de Guadalajara (Cartas de Navegación, 1996). En exposiciones colectivas ha colocado obra en el Museo Nacional de la Acuarela (México D.F, 2002), el Museo de Linares (Linares, 1999), el Ex Convento del Carmen (Guadalajara, 1998), la Pinacoteca de Nuevo León (Monterrey, 1996), entre otros.

Su obra ha aparecido en la portada de diversas publicaciones, como el Historias como cuerpos, de Gerardo Rod, (acuarela Se va y se corre con el corazón), Fondo Editorial Tierra Adentro, CONACULTA, México, D.F., 2002; Tierra Adentro, revista, imágenes y textos de la serie: Cartas de navegación, CONACULTA, México, D.F. 2001; Las trampas de cronos, de Yassir Zárate Méndez; Con los ojos perdidos, de Elizabeth Vivero, (acuarela, Ojos que te vieron ir) Fondo Editorial Tierra Adentro, CONACULTA, México, D.F., 1999, y Barcos para armar, de Jesús Ramón Ibarra (acuarela, Matum) Fondo Editorial Tierra Adentro, CONACULTA, México, D.F., 1998, entre otras.

Además es cofundador de Gotry, un taller de grabado en Guadalajara, y ha participado en proyectos interdisciplinarios como Jazz Class.

Historia de la acuarela en México

El arte de la acuarela en México ha tenido un importante desarrollo a partir de los años cincuenta, con la creación de la Sociedad Mexicana de Acuarelistas y el Salón Nacional, cuyos lineamientos han permitido romper con el pequeño formato "tradicional" para dar cabida a obras de mayores dimensiones. De esta forma se ha fomentado el uso de técnicas más variadas sin menoscabo de las características esenciales de la acuarela.

A partir de la inauguración del Museo de la Acuarela Mexicana en 1967, con el acervo de la colección de Guati Rojo, se abrió un espacio que ha favorecido ininterrumpidamente el desarrollo de esta técnica pictórica. Dicho museo es el primero en su género que se abrió en el mundo. Cuenta con un acervo único de más de 300 piezas sobre la historia de la acuarela en México y ha ganado prestigio internacional por las bienales organizadas.
Algunos de los artistas que han ayudado a impulsar la acuarela en México son: Marcela Acevedo Alonso, Manuel Arrieta, Eduardo Ballester, Griselda Barrientos, María Teresa Bonnet, Rafael Bonilla, Irene Gerard, Alfredo Guati Rojo y Bernardo Hernández. Asimismo, Rocío Klapes, Alicia Leyva, Juan Antonio Madrid Vargas, Guadalupe Morazúa, Graciela Pasquel, Hermini Pavón, Ana Laura Salazar, Dolores Vaca, Roberto Vargas y Sandra Walz.