El artista habla sobre sus proyectos plásticos, las costumbres del estado y el panorama político

Los políticos le temen a la cultura, considera el pintor Leonel Maciel

EDGAR NERI QUEVEDO

Nacido en La Soledad de Maciel, municipio de Petatlán, Leonel Maciel es un creador inquieto y desparpajado, con una conversación infinita que siempre evidencia su origen costeño. Sin ataduras, honesto, preciso y festivo, con esa generosa disposición para acometer cualquier tema, Maciel es un pintor que proyecta lo mismo que sus cuadros, una vida bien vivida, lo mismo a la hora de referirse a La Chole que a los proyectos creativos que le ocupan. En febrero, Tony Armenta, alcalde de Petatlán le rindió un homenaje al autor. A continuación la conversación:

–¿En qué andas Leonel?

–En los pies. Estoy en un proyecto sobre la comida de Guerrero, algunos amigos me han llevado a muestras culinarias vascas, francesas, aquí en México, y yo les insisto que no, que yo no estoy sobre la culinaria internacional, sino simple y sencillamente sobre el estado. He andado investigando y muchos platillos que yo pensé que eran de origen español, filipino, chileno, no lo son, los chilenos nunca han tenido imaginación para cocinar, son grandes poetas, pero no cocineros. Tal es el caso de un platillo que se gesta en la Costa Grande, que es el relleno, pero no el relleno comercial que ahora venden por ahí, anteriormente no se vendía en el mercado, nunca, era una blasfemia a ese nivel, se preparaba exclusivamente para un invitado de honor, ya fuera una boda, o eventos que para nosotros son de primera magnitud como un bautismo, la llegada de un ser querido. El relleno no es como lo hacen ahora, que le echan papitas, pendejadita y media, este platillo nace desde cómo engordan el puerco, ya que creció lo van adelgazando hasta dejarlo en los huesos, queda magro en sus carnes.

Como ese platillo, en la Tierra Caliente es la gallina al barro que la gente no conoce; el bazo de la Costa Chica que la gente no come, tantos platillos como esos, más aparte los que yo estoy inventando, todo esto va a en mi proyecto. Lo estoy proyectando hacia la pintura, porque quiero que una vez que tenga reunidos unos veinte óleos, hacer una carpeta con seis grabados, estos seis grabados son a partir de la Nao de China que abrieron no nada más nuestra dieta, sino nuestra anatomía y claro que no son los ingleses los que inventaron la pelea de gallos, los gallos de pelea los traen los filipinos.

–¿Y en esto de las recetas, reparas mucho en el color?

–Cuando haga estos cuadros voy a tratar de acercarme lo más que pueda al color, sin caer en lo académico, sino buscando un concepto más actual dentro de lo que estoy haciendo, de las formas que estoy creando actualmente, eso me va a llevar un año o dos, en eso estoy en estos momentos.

–¿Habías mandado de vacaciones a tus negras, no van a emerger en alguno de estos cuadros?

–Todo mundo me asocia con las negras, me encantan las negras, me encantan todos los colores, sabores, volúmenes, claro que son mis negras, aparecerán algunas pero más que negras, o alguna dama sensualota por ahí, digamos que serán señorotas, gordas, que todo saben, mujeres de sapiencia, los hombres somos unos patanes, no tenemos esa sabiduría ancestral.

La culinaria es un tema difícil por lo recurrente, es un tema que se ha abordado, pintado, he leído mucho sobre cocina para ver ese espíritu porque quiero que alcance una universalidad, y creo que va a resultar interesante. Todos los cuadros medirán un metro por ochenta y tal vez a la larga me aviente un comelitón de gran formato. Cada cuadro estará dedicado a su creador o a su creadora.

Mi idea es que José Iturriaga escriba el texto, que participen varios poetas, todas las recetas las escribiré con humor y quiero que las poesías tengan humor, si me llega alguna seria la descartaré, quiero que se apetezca, la comida es vida y es muerte, uno es lo que come y como yo como de todo, yo soy todo.

Este trabajo está dedicado a las mujeres porque habla de una cocina que aprendí de mis abuelas, de mi madre, de esas señoras como Julia Armenta, que siempre tenía su fonda durante la feria, aquellas cazuelas estaban repletas de aporreadillo, de iguana, jabalí, venado, y todo eso va a ir apareciendo en el libro, se lo contaré a Pepe Iturriaga para que vaya engrasando los ojos. Mientras disfrutamos una comida opípara sin preocuparnos de colesterol ni cosas de esas ni la chingada, esas pendejadas no van conmigo, como de todo, no tengo problemas y tengo buen aparato, esto va a ser cocina para pecar, incluso se llamará cocina para pecadores. Se mencionarán las bebidas con las que se deben acompañar, como el mezcal tan bueno que tenemos por Guerrero, y desgraciadamente es más famoso el de Oaxaca.

Seguido voy a La Soledad, ahora que murió mi tío, durante su velorio tuve la oportunidad de encontrar amigos que hacía cincuenta años no veía. Este encuentro me trajo carretonadas de recuerdos que me vistieron interiormente, después del velorio nos llevaron a comer una carne asada a la antigua, con gordas de manteca, carne de cuche, chorizos, unos frijoles que no tenían abuela, y luego me di cuenta de por qué estos desgraciados me llevaron ahí, y es porque la que vende los jugos es un cuero.

–¿Cómo desarrollarse como pintor en Guerrero?

–A mí el empujón me lo dio mi padre y las oportunidades me las di yo. En Guerrero no está creado el medio para las artes, sin embargo hay algo de fondo y es la imaginación que se da allá y que utilizamos nada más para el chiste de sobremesa y pasarla bien. Pero en cuanto a llevar esa imaginación al terreno creativo, no lo hacemos. No tengo contacto con pintores de Guerrero, y no es por mamón, soy muy accesible pero tampoco los voy a andar buscando, como el caso de Ulises Baylón que nunca me volvió a hablar el cabrón, entonces qué chingados, no estoy para verle la cara a nadie, nunca lo he hecho. Tengo muchos amigos pintores de otros lados, me vienen a buscar jóvenes pintores de aquí, nunca les he cerrado la puerta, las oportunidades se las da uno. Para empezar les diría que fueran al DF, que se partieran la madre ahí, y en cuanto pudieran que recorran mundo, es necesario, hay quienes tienen antenas muy altas, José Clemente Orozco por ejemplo nada más fue a Nueva York y en otra ocasión a Europa y fue todo, el que viajaba era Diego Rivera. O puedes bajar páginas de Internet. Mira, hay quienes se van de braseros, y si hay un valor para eso, para exponer el pellejo de tal manera, ya que de plano se ponen en el paredón, creo que nuestros pintores pueden tener valor y largarse a otra parte, y ver arte, hay que ver mucho y leer, chingado, y quitarse esa mentalidad chingada de que los de Guerrero somos mejores. La uva va a ser uva en todas partes y el coco va a ser coco, eso no lo podemos cambiar. Soy guerrerense pero asumo un compañerismo con pintores oaxaqueños, de todos lados y con eso tu cerebro se abre, se enriquece, te das cuenta que no te pasa nada, que te beneficias.

–¿Cómo ves a Guerrero?

–Me da pena con el estado, lo veo peor que antes; Acapulco es el puerto más hermoso, con una hermosa bahía, y han hecho una mierda con él, se acabaron la gallina de los huevos de oro, no le han inyectado ninguna infraestructura moderna al puerto y el problema no es sólo de los políticos sino de nosotros como pueblo, somos capaces de morir por un partido pero no somos capaces de hacer un esfuerzo para unirnos como pueblo, y eso en Guerrero se agudiza. En Morelos corrimos a un gobernador con dos marchas del silencio, todos vestidos de blanco y sin cohetes ni nada de eso lo corrimos. Creo que en Guerrero hay puntos que se deben atender, y son educación, trabajo y salud. Si aplicáramos eso a fondo seguro salimos adelante, y eso significaría enfrentar una serie de situaciones muy cabrona. Tuvimos un gran mentor que era Vasconcelos, un hombre pensante, México dio un gran paso, y ahora presentamos un retraso de cincuenta años a nivel internacional en el tema educativo, en lugar de enseñarnos a pensar nos enseñan a memorizar que no es malo, pero una cosa es la memoria y otra el desarrollo del pensamiento, aprender a deducir, a preguntar y contestar, creo que nosotros como guerrerenses estamos muy atrasados.

En Guerrero hay una gran voz, una cultura popular riquísima, es uno de los estados más ricos, pero a esa voz se le tiene que dar un cauce, para eso funcionan los institutos de cultura, para administrar y cuando digo administrar no es encapsular y burocratizar el asunto, cuando digo administrar es cuando aquello encuentra su verdadero cauce y llega a más gente, pero los directores de cultura en Guerrero no entienden de esa manera el asunto. El ser humano siempre va a hacer danza, pintura, escultura, teatro, son maneras de comunicarnos, pero eso necesita medios de difusión, y para eso sirven los institutos de cultura. En Guerrero los políticos le tienen temor a la cultura, cuando la cultura es la manera de ser de un pueblo. Nosotros no podemos ser ni pensar como franceses, nunca dejaremos de ser guerrerenses.

Hay un país que después de ser el amo del universo tenía a su gente en la miseria, porque el dinero iba a dar a las arcas de Alemania, de Holanda, y en el siglo pasado España entra al bloque europeo y define ciertos compromisos, se ponen a trabajar por el país, y mira si no ha dado resultado que todos los bancos que hay son de ellos, de los españoles. Por ejemplo en los bares te venden souvenirs que tienen que ver con arte, con cultura, libros donde los artistas se proyectan al exterior, y aquí buscas libros de ciertos autores y artistas y no hay, te dicen que están agotados y no serán reeditados, Frida porque está de moda, pero de los otros no hay nada. Tenemos que vender el aspecto cultural. Conocí Bilbao hace años y era un pueblo olvidado de la mano de dios, y ahora es un emporio gracias al Guggenheim, al extraordinario museo que se estableció ahí y que tanto dinero ha generado, porque la cultura es autofinanciable, eso lo sabemos.

La democracia es algo que vale la pena, aunque aquí creemos que la democracia es que es que todos gritemos y no, la democracia es algo más sencillo, es escuchar, conocer los problemas de los demás y que éstos sean escuchados, y acá no, gritamos, nos encimamos y después no sabemos ni para qué.

En lo personal no veo que se avance mucho en Guerrero, todos creíamos que siendo Zeferino Torreblanca un hombre de negocios iba a darse algo, que habiendo dinero iba a comenzar a echarse a andar la máquina, ya lleva dos años y no sé, ni siquiera lo conozco, no conozco una sola foto de él. En lo personal también tenía muchas expectativas con él, sobre todo considerando que cuando fue presidente municipal de Acapulco no lo hizo mal, entonces la verdad es que tengo deseos de creer, porque queremos creer que hará algo. México tiene gente a toda madre, es un país generoso, hay generosidad en el alma del mexicano y a veces pienso que por eso nos han metido el dedo en la boca. Nos pisan tanto que se protesta, hay creatividad pero si esa creatividad no encuentra cauces ¿adónde va?, ¿de qué sirve una gran economía si no hay trabajo?

Concluye la conversación con Leonel Maciel, el de La Chole. Me despido prometiendo volver, una tarde a degustar un buen platillo.