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El maíz, Brahms
y Dvorak serán los protagonistas del segundo
concierto de esta temporada de la Orquesta Filarmónica de Jalisco. Bajo
la dirección de Héctor Guzmán, el programa abrirá con el estreno mundial
de Maíz, obra de la compositora jalisciense Julieta Marón.
En el nuevo piano Steinway estará Jorge
Federico Osorio, interpretando el Concierto para piano y orquesta número
1, de Brahms.
Maíz fue compuesta en 2002, es fruto de una beca del FECA (Fondo Estatal
para la Cultura y las Artes), la cuál fue otorgada por tercera vez a Marón. La siembra, la germinación y la cosecha son
los tres movimientos que dan cuerpo a esta pieza para orquesta e
instrumentos prehispánicos, una metáfora sonora del proceso de
germinación del alimento sagrado de México. El primer movimiento es la
expresión de lo que alguien piensa al sembrar una planta; el segundo,
cómo sonaría el proceso de gestación y finalmente en el tercer
movimiento, la alegría de cosechar un fruto.
Para la autora, Julieta Marón, una obra no está
completa hasta que se toca, y el día de mañana será la primer
cosecha de su siembra. “Nunca había escuchado algo en vivo para
instrumentos prehispánicos y orquesta, es la primera vez con mi obra y no
lo sentí tan lejos de lo que me imaginaba. Suena como lo imaginé”. Una
obra de carácter, tonal, con la melodía bien definida en cada movimiento.
Las cuerdas, los violines, violonchelos, contrabajo y el resto de los
instrumentos usuales de la orquesta, estarán en comunión con instrumentos
prehispánicos como el huehuetl, un tambor alto
y delgado; el teponaztli, un tronco de madera
hueco que genera un sonido con mucha brillantez y las maracas.
El Concierto para piano y orquesta número 1, de Brahms
uno de los más queridos para Jorge Federico Osorio, “uno de los grandes
pianistas que México ha producido”, en palabras del director de la
Filarmónica. Este concierto también le trae añoranzas al intérprete, pues
es uno de los primeros que interpretó en el teatro Degollado. Un
concierto peculiar por su primer movimiento como por su segundo, pues
están escritos en seis tiempos, seis cuartos; algo que se considera muy “brahmsiano” y poco común en el resto de los
compositores. Osorio es considerado como uno de los pianistas mexicanos
más destacados en el mundo, se ha presentado en Israel, Francia, España,
Rusia y Polonia.
Dvorak cerrará el programa con la Sinfonía
número 8. Héctor Guzmán la describe como la sinfonía más alegre del
compositor; en la que Antonin expresa todo lo
que se significara para él su tierra natal, la actual República Checa. El
concierto será esta noche a las 20:30 horas, en el teatro Degollado.
Boletos: de 60 a 200 pesos.
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