Premian a Soriano su
lirismo
Exalta el rey Juan Carlos la maestría
del mexicano al darle el Premio Velázquez de las Artes 2005 en Madrid
Recibe Juan Soriano premio Velázquez
Por Carlos Rubio
Grupo Reforma
Madrid, España (22 junio 2005).- Al
entregar el Premio Velázquez de las Artes 2005 al artista plástico mexicano
Juan Soriano (Jalisco, 1920), el rey de España, Juan Carlos I, exaltó su
maestría para transmitir con sus obras una asombrosa lección de arte mediante
un lenguaje lleno de lirismo y originalidad.
"Su trabajo nos muestra cómo la
libertad y el impulso pueden manifestarse y perdurar dentro del proceso
creativo, dando lugar a una visión y a una obra impregnadas de memoria, ímpetu,
individualismo, inteligencia y fuerte personalidad", resaltó el monarca
durante la ceremonia de premiación.
Juan Carlos definió al jalisciense
como "un creador iberoamericano" y una "figura emblemática de la
cultura del siglo 20".
En un acto en el Museo del Prado, en
el salón del famoso cuadro Las Meninas, de Velásquez, el rey señaló la
importancia de que en la cuarta edición el Premio Velásquez, el más importante
que se concede en el ámbito iberoamericano de las artes desde el 2002, recaiga
por primera vez y por unanimidad en latinoamericano.
"Los lazos entre las culturas
iberoamericanas, hermanadas por un lenguaje y una historia comunes, se
enriquecen gracias a las múltiples vinculaciones, americanas y europeas, de un
artista esencial y fascinante".
Ante ello, expresó que ese galardón,
dotado con 109 mil 637 dólares, y una exposición retrospectiva en el Museo de
Arte Contemporáneo Reina Sofía, consolida su vocación como premio artístico
español e iberoamericano de primer orden.
El pintor, escultor, grabador,
dibujante y escenógrafo mexicano se definió a sí mismo como un rebelde.
"El pequeño gran secreto, quizá
el único, está en la rebeldía, máxima suprema del artista", señaló en su
discurso, leído por el actor y director teatral Lluís Pasqual.
"La rebelión del hombre, la
infinita rebelión del hombre. Cualquier hombre vive, o bien rebelándose, o bien
conformándose con el mundo. Cuál de los muchos que he sido eligió la renovación
sin freno, la rebelión constante, el cambio volátil como juego de niño?",
planteó.
A la ceremonia de entrega de este
galardón asistió también la Ministra de Cultura, Carmen Calvo; el director del
Patronato del Museo del Prado, Rodrigo Uría, y el director del Museo del Prado,
Miguel Zugaza.
Calvo valoró las relaciones siempre
privilegiadas de Soriano con España, principalmente gracias a su continuo contacto
y amistad con los artistas e intelectuales del exilio, como María Zambrano,
León Felipe, Ramón Gaya o José Bergamín.
"La vida de Soriano puede
definirse sin duda como un continuo viaje, un constante movimiento, desde
México a Europa, desde los estilos y motivos plásticos más tradicionales a los
más vanguardistas, desde unas técnicas y géneros artísticos a otros",
expresó la Ministra
Calvo concluyó que en la trayectoria
del mexicano su obra y su persona aparecen íntimamente unidas, lanzando preguntas
a la vida y al tiempo.
La directora del Museo Reina Sofía,
Ana Martínez de Aguilar, miembro del jurado, dijo que dos de los principales
valores considerados a la hora de elegir al galardonado, fue su extrema
libertad y el suprarrealismo cargado de realidad que muestra su obra.
"Me parece un gran pintor de
quien se han realizado en los últimos años una excelente exposición antológica,
otra de sus esculturas y otra más de sus dibujos, por lo que considero que ha
sido un artista enormemente apreciado y conocido, si bien la obra de un gran
artista no acaba de conocerse nunca", afirmó.
Martínez de Aguilar adelantó que para
el Reina Sofía espera una exposición muy singular, pues se trata de la obra de
un artista universal del que se podrán sin duda descubrir nuevos horizontes.
José Miguel Ullán, otro de los jurados
del Premio Velázquez 2005, confesó a su vez que, en lo personal y sin menoscabo
del resto de su obra, ha sentido una gran debilidad por la época abstracta de
la cual el propio Soriano reniega tanto.
"Es una lástima que la mayor
parte de esa producción se perdiera por un marchante que se la llevó a Estados
Unidos y de la cual quedan muy pocos cuadros localizados. Creo que ahí alcanzó
una desenvoltura enorme que a mi juicio le asustó, porque él tenía otras
cuentas pendientes dentro de la figuración. Esa especie de herejía a mitad del
camino dejó un pozo en lo restante y en alguna parte de los cuadros que vuelven
a intentar ser como en su primera etapa hay una huella importante", dijo Ullán.
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Fecha de publicación: 21-Jun-2005
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