Una fiesta plástica para recordar a Campos Cabello


 16-Jun-04

Javier Campos Cabello: amigos y relativos incluirá entre 22 y 24 cuadros del artista tapatío, además de cuadros de pintores que lo conocieron.

 

 

Ésta es una de las piezas que se podrán apreciar a partir del viernes. Foto: Iván García

 

Adiez años de su muerte, Javier Campos Cabello será recordado con una “fiesta plástica”, como define Paco Barreda, director de Artes Visuales de la Secretaría de Cultura de Jalisco, a la exposición que se inaugurará el viernes próximo en el ex convento del Carmen.

El aniversario de la muerte de Campos Cabello (Guadalajara, 1958) fue el 21 de mayo pasado. Sin embargo, por motivos de agenda en el ex convento del Carmen, no se pudo hacer la exposición de homenaje en esas fechas, explica Barreda.

Javier Campos Cabello: amigos y relativos incluirá entre 22 y 24 cuadros del artista tapatío, además de cuadros de pintores que lo conocieron y otros en cuya obra hay influencias de los temas o técnicas que manejó en sus piezas.

En palabras de Barreda, la exposición “pretende mostrar el medio en el que se movía el artista, la fauna artística con la cual convivió, el contexto donde se forjó como pintor, su hábitat, las reuniones con sus amigos, colegas, poetas, y el ambiente sórdido en el que se generaban discusiones perpetuas”.

En la muestra que se inaugura pasado mañana se incluyen cuadros como los que integran el tríptico “Personaje con retrato”: en el primero, hay un hombre con gafas y una lagartija sostenida de una cuerda por un gancho de ropa (al fondo se ve un pequeño cuadro). El segundo es un acercamiento del primero y en el tercero el cuadro en la pared cambia de un rostro a una mano enguantada que sostiene al reptil.

El rostro y la mano que aparecen en “Personaje con retrato” son los de uno de los cuadros más conocidos de Campos Cabello: “Nina Hagen”.

Este pintor fundó en 1982, con Marta Pacheco, Miguel Ángel López y Salvador Rodríguez, el Taller de Investigación Visual (TIV), donde los artistas experimentaron con diferentes materiales e hicieron cuadros en conjunto. “La carrera de Javier fue meteórica. Se empezó a dar a conocer rápidamente y se juntó con otros artistas para hacer el TIV. Podría decirse que la exposición Jalisco, genio y maestría, montada en el Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey, era el primer paso que iba a dar para su reconocimiento nacional, pero desgraciadamente falleció la misma noche de la inauguración”, relata Barreda.

En 1997, en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara se expuso una retrospectiva de Campos Cabello, titulada Club 28. Al respecto, Barreda señala que la muestra del ex convento del Carmen incluye cuadros que no se vieron en aquella ocasión. “Me he dado cuenta de que los artistas jóvenes que admiran el trabajo de Javier han aumentado. Algunos tienen el espíritu que más o menos generó Campos Cabello y han hecho un trabajo que, de alguna manera, está relacionado con él”, comenta el director de Artes Visuales.

Algunos de los artistas participantes hicieron cuadros especialmente para la muestra. Es el caso de José Fors, quien basó su pintura en una de Campos Cabello, o de Fernando de la Mora, que realizó una reproducción del pintor tapatío y lo incluyó, además, como personaje. Juan Carlos Urive, por su parte, presenta dos retratos de Campos Cabello.

Ruth Campos Cabello, hermana del artista, hizo junto con Antonio García Romero la videoinstalación “Dispositivos discontinuos”, que refleja las preocupaciones del pintor tapatío. “Lo vamos a poder ver”, destacan al respecto Ruth y Alicia Lozano, la viuda de Campos Cabello.

Javier Campos Cabello: amigos y relativos se inaugura el viernes a las 20:30 horas en el ex convento del Carmen, ubicado en Juárez 638, donde permanecerá hasta el 25 de julio próximo. Informes al teléfono 3613-1544.

Compañía

El viernes a las 20:30 horas, de manera paralela a la inauguración de Javier Campos Cabello: amigos y relativos, se presentarán tres exposiciones más en el ex convento del Carmen.

 

 

Campos Cabello. Foto: Archivo

 

 


Las dos primeras son de los pintores aguascalentenses Teresa Leal (con personajes obesos similares a los del colombiano Botero) y Aníbal Reyes (cuadros con un marcado acento fantástico). El tapatío Jorge Rocha inaugurará la muestra El ojo y el espejo, donde personajes extraños se sitúan en ambientes familiares o urbanos con un toque de perversidad.

Claroscuro

Roberto Pulido, pintor

- Cuando era alumno de la escuela de artes plásticas, en 1988, toda mi generación admiraba a los pintores del Taller de Investigación Visual. Los programas de la escuela eran muy deficientes y creíamos que aprendíamos más de estos pintores y por eso nos acercamos a ellos. Una vez Campos Cabello me comentó que sus pinturas eran algo así como lo que sucedería en una pantalla de cine en el mundo de Francis Bacon. Ojalá que esta muestra sirva para que las nuevas generaciones sigan aprendiendo de este gran pintor.


Enrique Oroz, pintor

- Lo conocí en 1988 en una exposición que tuvo en el ex convento. Javier creó una lenguaje muy particular. Él comenzó a tener influencias más oscuras, como el tenebrismo de Caravaggio o los claroscuros de Rembrandt. A diferencia de muchos de sus contemporáneos, Campos Cabello sigue siendo un pintor vigente y tiene un lenguaje que todavía es fresco.

Juan Carlos Urive, pintor

- El amor nace cuando te identificas con el arte cinematográfico, el color y la luz que Campos Cabello pone en sus obras. Me parece admirable cómo plasmaba la luz. Rescata la fisonomía de algunos personajes con pequeñas líneas de luz. Trabajó en Guadalajara con la influencia del rock y la pintura mundial y se entusiasmó con la televisión y las caricaturas. Me siento muy influenciado por su obra.

Benito Zamora, pintor

- No todos los que pertenecieron al Taller de Investigación Visual eran de la misma generación. Lo que los unía era el rollo ideológico. Campos Cabello usa imágenes de la ciudad con televisión, porque esa tecnología llegó a Guadalajara en 1959 y ellos fueron la primera generación de niños que creció con televisión. Le gustaba el punk, que en ese momento fue muy importante.


Mariño González