La Penitenciaría de Escobedo

Frontispicio de la Prisión de Escobedo (estuvo ubicada en lo que hoy es el Parque de la Revolución).

http://www.uag.mx/cristeros/galeria.htm

 

 

La construcción de la penitenciaría Escobedo tuvo su origen en el ideario de ilustrados y liberales mexicanos quienes vieron en los problemas que acarreaban las antiguas prisiones que heredaron de la colonia española un pesado lastre en la construcción de una nación moderna. La génesis y las características de La Escobedo irían a la par no sólo del pensamiento criminológico que se estaba gestando en México bajo influencia europea y norteamericana, sino también del contexto político, social y económico que marcaron al siglo XIX.

Con el impulso de Antonio Escobedo gobernador del estado de Jalisco, este establecimiento inició su construcción en 1844 en terrenos de un antiguo convento.

Conocida inicialmente como Cárcel Correccional, aunque después se le conociera popularmente como la Escobedo. Su construcción se vio obstaculizada por lo reducido del erario público, las continuas crisis económicas, las guerras internas y las invasiones extranjeras. Incluso durante la intervención francesa, su construcción fue suspendida y operó más bien como fortaleza del ejército imperial. Al poco tiempo de terminada la intervención extranjera su construcción se reanudó, alcanzando importante impulso en la gubernatura del licenciado Ignacio L. Vallarta y más tarde en el porfiriato y se puede afirmar, que salvo pequeños detalles ésta fue terminada y con ella se aplicaron viejos reglamentos y crearon otros nuevos que dieron hasta cierto punto vida a la idea original de crear una penitenciaria que tomando como base la penitencia y el trabajo del sistema Filadelfia, se tratara de readaptar a los criminales presos de este estado.

 

Prisión y arquitectura

 

Las ideas de los liberales mexicanos acerca de un nuevo modelo carcelario vieron en el problema espacial la síntesis de este tipo de arquitectura: espacios grandes y seguros para albergar un edificio penitenciario compuesto de celdillas solitarias, higiénicas y ventiladas para sus presos. Dicho modelo de carácter utilitario, racionalizado hasta sus últimos centímetros y con un fin readaptador, marcaba con claridad la diferencia con su antecesor colonial. Creada bajo esta orientación la Escobedo trató al menos de acercarse a la ideas del panóptico benthemiano y que se pueden observar en su plano arquitectónico pero también en las descripciones que hicieron de ellas algunos viajeros:  En 1875 general Ignacio Martínez recuerda en su visita a Guadalajara a la penitenciaría Escobedo como uno de los edificios más notables de la ciudad y único en su género en toda la república, haciendo una descripción bastante realista y que concuerda en gran parte con el plano de ella:

 

Ocupa ocho manzanas y está distribuida de la manera siguiente: al frente un gran patio cuadrado circundado por magníficos corredores, que forman primero y segundo piso, y dan entrada a todos los despachos de la administración judicial: luego siguen diez y seis ambulatorios o corredores bastante extensos, que se reúnen en forma de rayos de una estrella en un patio circular común, teniendo cada uno cuarenta o cincuenta celdillas y su patio especial; a uno de los costados están la prisión para las mujeres y el alojamiento para la guardia; en los altos hay una fotografía, para sacar los retratos de los criminales.

En la parte posterior del edificio están el departamento para talleres, el baño, el jardín y todo lo concerniente a un establecimiento de esta especie.

Contiene actualmente 1500 presos y está desocupada más de la mitad del edificio.

 

Todo está circundado de unos sólidos y espesos muros y contramuro.

Bastan seis u ocho soldados para vigilar tanto preso.

En los ambulatorios hay mesas, puestos o vendimias de los mismos presos que dan a este local el aspecto de un mercado. 2

 

Descripción que se complementa con un gran patio que se encostraba al fondo de la penitenciaría y que servía de huerta y panteón, en donde además se fusilaba a los presos condenados a la pena capital,3 en el depósito de agua que se instaló en uno de sus patios

y en el famoso jardín Escobedo que se encontraba frente a la entrada de este edificio, además de otras adecuaciones que se fueron desarrollando en años posteriores. 1

 

 

 

1  LA CELDA Y EL MURO. CASTIGO, RESISTENCIA Y VIDA COTIDIANA EN LA PENITENCIARÍA

“ANTONIO ESCOBEDO” (1877-1911)  Jorge Alberto Trujillo Bretón,  Universidad de Guadalajara

 

2  Ignacio Martínez en Guadalajara a través de los tiempos. Relatos y descripciones de viajeros y escritores desde el siglo XVI hasta nuestros días, t. 2., coleccionados y anotados por Juan B. Iguíniz. México. Ayuntamiento de Guadalajara 1989-1992, pp. 27-28.

 

3  Luis Pérez Verdía. Historia Particular del estado de Jalisco, v. III. Guadalajara, Jal., Edit. de la Universidad de Guadalajara, 1988 (Col. facsimilar 1911), p. 319.