|
|
||||||
El sobrenombre de El brujo, cuenta, le viene por
consumir sustancias alucinógenas como la silosidina o la mezcalina, y de lo
que ha logrado con la lectura del libro Las plantas de los dioses. “En
realidad me gusta [el apodo]. No es como otros sobrenombres como ‘el Cacotas’
o ‘el Patotas’. Eso sí está feo”. Nacido en Guadalajara en 1969, El brujo se maneja
en la pintura de manera autodidacta desde hace quince años. Siempre viajando
por la corriente figurativa. En 1994 ingresó a la escuela de Artes Plásticas de
la Universidad de Guadalajara, misma que abandonó casi al término de su
carrera. “Decidí no terminar porque me sentí decepcionado. El nivel de una
escuela que pertenece a una universidad debe ser mucho mayor, aparte están
los problemas administrativos; se perdían las calificaciones, me daban
credenciales sin sellos... son cosas que llevan a pensar que no te quieren
ahí”. Su obra ha sido expuesta en lugares como El Foro
de Arte y Cultura, La Puerta 22, y el bar galería Les Fleurs du Mort. Sus
cuadros han sido seleccionados en varias ocasiones por el Premio de Pintura
José Atanasio Monroy. Recientemente participó en la obra colectiva Quiero ver
sangre, que se montó en el Exconvento del Carmen, y en Colotlán.
|
|||||||
|
|