EL SOPORTE EXPRESIVO DE
ESPERANZA GAMA
Agosto 14, 2006
por Delia Negro EL SOPORTE EXPRESIVO DE ESPERANZA GAMA En la obra de Esperanza Gama llama la
atención la completa integración del soporte pictórico con el resultado final
de la misma. El papel de amate, producto artesanal resultante de un proceso
manual a base de fibras vegetales, es la base elegida por esta artista
mexicana para expresar ese misticismo de los orígenes que la caracteriza, esa
profunda reflexión que sale de su propio autoretrato
y se diluye en la naturaleza y sus elementos: fuego, agua, aire, y tierra. La proyección de su mundo interior se
multiplica y amplifica en imágenes y colores, y se convierte en la “soledad”
de Macondo, o en la obsesiva y reiterada vuelta al “ciclo del eterno
retorno”. Partiendo de una cadena de reflexiones
expresivas: de rostros velados, de ojos sin rostro, de imágenes religiosas,
de exvotos, de estampas pre-hispánicas, de
tatuajes, de misticismo,… la artista llega a una síntesis con los propios
elementos naturales, que es en realidad, una simbiosis de sí misma
con la naturaleza. Su plástica es elaboración conceptual en
la imagen, es el producto de una depuración visual y metafísica, perseguida
en pasiones que van y vienen, en el agua y en el fuego, en
el aire y en la tierra. Es así que los elementos sensuales
buscan su refugio en lo figurativo y en cambio lo conceptual, se expresa en
lo abstracto, en lo inasible. Es en este momento donde el papel de
amate adquiere real importancia y hace crecer su significación simbólica,
este soporte pictórico es en sí mismo agua y tierra. La
rugosidad de lo natural, tanto como su colorido terroso, contribuyen a esa
simbiosis mística de lo autóctono y lo adquirido, de lo erótico y lo etéreo,
de lo táctil y lo vago, de la naturaleza mestiza propia de la mujer latinoamerica. El observador de la obra de Gama
encuentra símbolos que debe descodificar y claves que debe descifrar; la
artista se encierra en su misticismo y prefiere que su público deduzca y
elabore, desea que su obra se multiplique en diferentes lecturas, así como se
multipliquen sus observadores. Estas imágenes son producto de una
sólida madurez pictórica y de un incansable propósito de elaboración y
superación, tanto de la idea, como de la pincelada. Sus referencias a la
antigüedad clásica son suficiente prueba de la necesidad de la autora de
encontrar respuestas, no solamente a su alrededor, sino también en otras
tierras más allá del mar. Y es así como su pintura se universaliza en un afán
por buscar una identidad propia que la defina: ¿en el agua, en el aire,
en el fuego o en la tierra? Delia Negro |