Guadalajara, 22 de febrero de 1962

Srta.

Lupe Gallardo.

Tequila, Jalisco.

Muy estimable Lupe:

Deseo que cuando reciba ésta, se encuentre muy aliviada; y una vez más, debo rogarle muy atentamente, acepte mi sincero agradecimiento por su nueva bondad de enviarme, “El umbral ajeno”, que no sabe lo que le quedo de reconocido.

Hoy, nuestra amable amiga Anita Verea, tuvo la fineza de entregarme lo antes indicado, como otro ejemplar para el Sr. D. Luis Páez Brotehie, a quien ya se lo hago llegar.

Por mi apreciable amigo Sr. Prof. D. José Cornejo Franco, supe de la aparición de su tan interesante obra despertándoseme en mi gran interés en leera. Dado que todo lo que escribe es muy ameno e interesante ; y como mi citado amigo, tiene deseo de conocerla, por medio de los finos Srs. Lic. D. Rafael y D. Carmen de la Torre, le solicito para dejar servido a quien tanto debo, un ejemplar que confío dada su bondad me haría el favor de remitirme. Mil gracias.

Tuve información de que en “El umbral ajeno”, se sirve mencionar a mi queridísima familia Villaseñor (mi mamá de todo mi cariño, es la Sra. D. Clementina Villaseñor de Martínez Negrete) por lo que al recibirlo, comencé por donde alude a mi inolvidable tia Mica, a la no menos apreciable Lupe y a mi hermana Clementina.

Me ha conmovido lo que dice de mi tía Mica, que cuando murió, se notó en la sociedad tapatia, le faltaba la fragancia de una de las mas bellas de sus rosas. Su recuerdo vive en mi.

A propósito de lo Villaseñor, e diré una historieta y una historia.

La primera, estando en Chapala, mi tia Mica, en tarde muy calurosa, a la hora de la siesta, se fue a confesar a la Parroquia, era víspera de una festividad muy grande, había muchas personas queriendo hacer lo mismo que ella. Por fin, llegó al confesionario, se hincó para esperar su turno, pero como la del lado opuesto se tardó bastante, ella se durmió, y cuando el sacerdote le tocó para que empezara su confesión, se había dormido, despertándola los toquidos, gritó ¿quién?, creía que se encontraba en su casa, y que le estaban tocando en en zaguán. De el confesor, hasta mi tía, todos los presentes se rieron, lo cual no fue obstáculo para que se confesase, como si no hubiera pasado nada.

La historia, Lupe Villaseñor, estuvo a punto de contraer matrimonio con Guillermo Capetillo, quien por medio de los Srs. Dns. Ramón Garibay Manuel Capetillo Villaseñor, la pidió a Luis,, su hermano, quien puso como plazo para la boda, la vuelta de la temporada de Chapala. Guillermo, le istó a Lupe, que se casara luego, que de no ser asi, podría ser que no pudiesen casarse, y ella , ajena a lo que había, le contestó todas las veces en que Guillermo le apresuraba matrimonio, que no había ninguna prisa que no sabía lo que sucedía.

Guillermo había ido de viaje a Europa, con la señora que fue su esposa, la dejó alla, y se vino a querese casar con Lupe, pero la mamá de aquélla, al saber lo que andaba haciendo Guillermo, amenazó a él, de escándalo, por lo que ya no se dio providencias de casarse, por lo que Lupe lo terminó. Guillermo se casó también para legitimar uno de sus hijos.

Lupe Villaseñor, con la franqueza de lo Villaseñor, platicaba lo que le sucedió , acabado de decir, convencida de que había sido mejor eso, a que se hubiese casado Guillermo con ella, en las circunstancias en que éste se encontró.

Guillemo a quien quiso fue a Lupe, de las conversaciones que tenía cuando iba a Cedros, a visita con la familia Villaseñor, resultaba, que no tenía mucha voluntad para con quien se casó. Ambos están muertos, y lo que oí es mejor olvidarlo.

Ha de perdonarme que me haya extendido mas de lo que fue mi voluntad, pero cuando una hace referencia --------lo amable y comprensiva que es usted, dado su gran talento, del que es un sincero admirador su adicto servido y amigo

(Lorenzo Martínez Negrete Villaseñor)