|             13/01/2003
     La plástica de
  Aguascalientes de visita en el Ex convento del Carmen       A
  partir del 14 y hasta el 28 de enero del año en curso el Ex Convento del
  Carmen recibirá de Diez en diez, una exposición colectiva que reúne una
  muestra del trabajo plástico contemporáneo de uno de los estados que cuenta
  con una de las vidas culturales más intensas y estimulantes del país:
  Aguascalientes. Esta muestra, que llega a la ciudad gracias a la iniciativa
  de la Dirección General de Fomento y Difusión de la Secretaría de Cultura de
  Jalisco en coordinación con el Fondo Regional para la Cultura y las Artes,
  adquiere forma con el trabajo de diez artistas que con sus pinturas, tallas
  en madera, cerámicas y esculturas, dan cuenta de la escena plástica de
  Aguascalientes que está más viva que nunca.
   
          
  Martha Papadimitriu, curadora de la
  exposición, basó su criterio de elección en cinco puntos, los artistas debían
  residir en dicho estado, dedicarse profesionalmente a las artes plásticas,
  poseer un alto nivel técnico, contar con exposiciones individuales y haber
  ganado un premio o una mención en algún concurso; y como resultado surge Diez
  en diez, una revisión de la plástica hidrocálida donde diversas generaciones de artistas son conjuntadas. Así, en esta primera
  entrega se ha apostado por configurar un mapa en el que se encuentran
  artistas que cuentan, cada uno, con un registro muy personal, con estilos y
  técnicas distintos pero, representativos de lo que
  actualmente se fragua en la escena de Aguascalientes.
   
           Anibal Reyes, Benjamín Manzo,
  Carlos Oceguera, Elva Garma, Ernesto Pinto, José Fonseca, Humberto Naranjo, Moisés Díaz, Pilar
  Ramos y Sergio González dan cuerpo a Diez en Diez. En el trabajo de estos
  artistas el espectador encontrará puntos comunicantes entre las obras y en
  otros casos encontrará una diversidad de elementos visuales muy pronunciada.
   
           En
  la obra de Anibal Reyes persiste una paleta
  cromática de temple explosivo, con colores vivios que son empleados para crear imágenes hiperrealistas cargadas de connotaciones críticas hacia el acontecer cotidiano utilizando
  para esto una iconografía nacionalista cargada de los mecanismos del arte
  pop. Por su parte Benjamín Manzo muestra un trabajo
  de corte abstracto permeado por gesto, forma y
  sustancia en el que contrario a Reyes aparecen colores más opacos que vuelcan
  hacia la tierra.
         La
  pintura de Oceguera es fuerte y, sin caer en la
  denuncia, transfiere a sus cuadros su postura social intelectual. Mientras
  que Elva Garma es una pintora vital e intimista, en
  cuya obra conjuga una mirada entre el ámbito onírico y el ámbito de la
  memoria.
   
           El
  único artista no vivo de esta muestra es Ernesto Pinto, creador que, en su
  vida artística, alcanzó una interesante madurez. Sus tallas en madera, de
  esbelta manufactura, son delicadas piezas de una estética económica, de
  líneas suaves donde la sencillez puede ser más sugerente que la abundancia y
  los detalles barrocos
   
           José
  Fonseca, por su parte, es un artista que fragua espacios a través del arte
  objeto con lo que intenta crear y poblar espejos de una memoria colectiva
  pero desde un punto de vista subjetivo. Otro diseñador de espacios es
  Humberto Naranjo que ha desarrollado desde hace más de cuarenta años una obra
  cargada de erotismo y ecos orgánicos. Sus esculturas en madera y cerámica
  tejen un tapiz de significados duales: lo aéreo y lo terrestre, lo cálido y
  lo frío, la saturación y el vacío.
   
           Por
  otra parte, de pincelada recia y pastosa, es el trabajo de Moisés Díaz, quien
  a través de su obra presenta un juego entre la plasticidad y el signo ya que
  cruza las palabras que manchan e irrumpen el cuadro entrecubiertas por el
  óleo o el acrílico. Mientras que por su parte Pilar Ramos ofrece una visión
  que parte de la infancia, donde la curiosidad y la capacidad de asombro son
  lo que le permiten su interpretación del mundo; su pintura está llena de
  personajes irreverentes como osos, hombres masa o personas gesto.
   
           Por
  último Sergio González es un artista que invita al público a mirar desde
  ángulos vistosos ciertos objetos comunes; desde su serie de pinturas neones
  hasta los pequeños cuadros de órganos corporales desfragmentados con los que el artista retrata su fascinación por los restos y los vestigios.
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