ALFREDO ROMO
 
 

VOLVER



Nace el 26 de julio de 1893 en Guadalajara, Jalisco.

Desde joven fue gran amigo de José Guadalupe Zuno, con quien participó en algunos movimientos estudiantiles, y en la fundación del Centro Bohemio en 1912. Tenía grán facilidad para el dibujo y sobre todo en la caricatura cómica, pues a todos sus cuadros añadía sátira e ironía,

En el Museo de Guadalajara, se encuentra un autorretrato hecho al pastel por esa misma época y un retrato al pastel del Sr. Joaquín Vidiro.

Aunque era pintor, fue la caricatura política la que lo hizo famoso, actividad que realizó durante años para varios periódicos hasta 1918, ya que al desaparecer el Centro Bohemio se dedicó a la actividad política.

Sus estancias en la ciudad de México lo acercaron a los grupos obregonistas y, a partir de 1919, fue un gran propagador de la candidatura de Álvaro Obregón a la presidencia de la República. En abril de 1920, a consecuencia de la rebelión del Plan de Agua Prieta, Romo y otros líderes locales fueron detenidos por el gobierno del estado, siendo presionados a firmar un manifiesto en el que desconocían al movimiento rebelde y protestaban lealtad al gobierno de Carranza, sólo entonces fueron liberados.

La derrota del carrancismo permitió el arribo de un sólido y joven grupo obregonista encabezado por Zuno, lo que permitió a Romo acceder a los puestos públicos, primero como regidor en el Ayuntamiento provisional de Guadalajara instalado en septiembre de 1920.

Al convocarse a elecciones municipales, Romo encabezó la planilla de la zunista Confederación de Partidos Liberales de Jalisco (CPU) al Ayuntamiento de Guadalajara, saliendo vencedor en un proceso electoral en el que menudearon las acusaciones de fraudes.

La conducta de Romo era considerada licenciosa por importantes sectores sociales y pronto chocó con el austero gobernador Basilio Vadillo quien desde el 26 de abril de 1921 intentó destituirlo de su cargo por abandonar sus funciones sin permiso del Ayuntamiento.

Otra cuestión que mantuvo tensas las relaciones entre Vadillo y Romo, fue la disputa por la policía municipal que el gobernador quería controlar directamente.

El 17 de octubre el periódico católico Restauración informó que Romo, ávido jugador de bacará, días antes había desfalcado a otro jugador por 10 mil pesos; varios diputados federales pidieron la destitución de Romo, y el gobernador Vadillo ordenó suspenderlo de su cargo por seis meses. El 17 de marzo de 1922 Romo asumió de nuevo el Ayuntamiento, cuando el propio Vadillo fue desaforado por el Congreso local.

Al ocupar Zuno la presidencia municipal de Guadalajara a partir del mes de mayo, Romo fue electo regidor una vez más, al frente de la comisión de hacienda, a la cual renunció en el mes de julio por haber sido electo diputado federal por el primer distrito de Guadalajara.

En septiembre presidió la reunión de la Confederación de Partidos Revolucionarios de Jalisco, en donde se acordó proponer a José Guadalupe Zuno como candidato al gobierno del estado.

En agosto de 1924 repitió como diputado federal por el mismo distrito. A raíz de que el gobierno de Zuno llegaba a su fin, Romo consideró que era su oportunidad para ser gobernador, pero Zuno dio su apoyo a José María Cuéllar , iniciándose una profunda ruptura en la clase política local.

Romo aglutinó a varios diputados federales y locales, y promovió una alianza con Gonzalo N. Santos con el objeto de destituir a Zuno, quien se vio obligado a renunciar el 23 de marzo de 1926. El 2 de mayo,

Romo participó en la constitución de la Alianza de Partidos Socialistas en la república promovida por Gonzalo N. Santos, a fin de preparar la reelección de Álvaro Obregón. Poco después, Romo formó en Jalisco la Alianza de Partidos Socialistas de Occidente. El 19 de agosto de ese año, el Colegio Electoral reconoció su triunfo como diputado federal, de nuevo por el I distrito. Ese mismo mes, Romo inició su campaña al gobierno del estado con sólidos apoyos en la CROM y del presidente Calles, así como de su propio partido, la Alianza de Partidos Socialistas y del Bloque Socialista Parlamentario; sus contrincantes serían Daniel Benítez y José María Cuéllar, éste apoyado por los zunistas. Las elecciones fueron violentas y fraudulentas por todos los candidatos y cuando Cuéllar parecía obtener el triunfo, Calles intervino a través de la Procuraduría General de Justicia la que solicitó la aprehensión de Cuéllar por el asesinato de Gudelio Jiménez en 1920. La Cámara local controlada por Zuno, actuó con rapidez y cerró el paso a Romo, declarando vencedor a Daniel Benítez. Romo pretendió conformar una legislatura paralela y nombrar gobernador a Margarito Ramírez; solicitó también apoyo en el Congreso de la Unión, el que envió una comisión investigadora cuyo dictamen fue favorable a Romo, pero Calles, ante la inminente sucesión presidencial, se mantuvo al margen.

A partir de este momento, quien fuera importante pieza del callismo en Jalisco, fue conviniéndose en furibundo anticallista.

Aunque debilitado, Romo se negó a pactar un acercamiento con el zunismo y con su pequeño grupo de diputados, se pronunció a favor de Obregón al tiempo que seguía insistiendo ante Calles sobre el desconocimiento de Daniel Benítez.

Con el arribo al gobierno del estado de Margarito Ramírez, Romo ocupó, en 1928 un puesto en el comité directivo del Gran Partido Revolucionario de Jalisco y fue electo nuevamente diputado federal por el I distrito. Sin embargo, la desilusión creciente lo llevó a incorporarse a un grupo de militares encabezado por el Gral. José Gonzalo Escobar que se levantó en armas en contra de Calles, el 3 de marzo de 1929; el movimiento fue fácilmente sofocado y la carrera política de Romo llegó a su fin. (JDR)

 

fuente:
http://portalsej.jalisco.gob.mx/bicentenario