INDICE:
SOLDADOS DE PLOMO
MOLDES PARA FUNDICION EN PLOMO
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SOLDADOS DE PLOMO | ||||||||||
1.
Introducción
El ser humano desde los mas remotos tiempos hasta la actualidad ha
constatado, reproducido y acaparado multitud de representaciones y acontecimientos
sociales: Instituciones, personajes, expresiones de la vida cotidiana... ¿Por
qué esta actitud que parece impresa en la memoria genética del hombre y se
perpetúa a través de los siglos, adaptándose a las nuevas técnicas que van
surgiendo?
Posiblemente en los inicios de la humanidad tuviese unos significados
religiosos y esotéricos, pero hoy, además de continuar con éstos, parece ser
que hay un deseo de perpetuar o reproducir determinados momentos y actitudes,
coleccionar objetos por su arte o su belleza, su historia, o por lo que
representan para el carácter o la personalidad del individuo.
El coleccionismo o la afición por el soldado de plomo no deja de ser una manifestación de lo anteriormente dicho, como el que se decanta por
la filatelia o por los discos de su cantante preferido.
Hecha esta salvedad, empezaré diciendo que los entendidos en estas materias
hablan del soldado de juguete (llamado por los ingleses “Toy”,
y desafortunadamente así aceptado entre los aficionados españoles) para el
producido en el período comprendido entre el siglo XIX y principios de los años
70 del siglo XX., aunque esta modalidad siguen en fabricación.
Las figuras que aparecen a partir de ese tiempo, y se ha perfeccionado
hasta el momento las llaman “miniaturas militares” y efectivamente son
maravillosas y perfectas, pero para mí todos son soldados de plomo, con
distintas funciones.
Los de juguete -me resisto a usar la palabra Toy-
eran en su tiempo, para eso, para que los niños jugasen y por que no, que los papás
también les acompañasen haciendo formaciones, batallas... pero ahora este tipo
de figura ha encontrado su hueco entre coleccionistas, que buscan la inversión
de lo antiguo, la nostalgia, pero es que por sus tamaños, adaptados a los
gustos actuales y mejoradas en el detalle, se siguen utilizando para
representar dioramas, batallas escenas puntuales, formaciones...
Las miniaturas militares de ahora en 54 mm o
mayor tamaño, están dirigidas a un público adulto que busca el detalle en el
uniforme, la figura exacta de una unidad desaparecida o existente en las que se
pueden conseguir resultados fastuosos de pintura, detallado, ambientación, esto
es se busca la perfección absoluta y no lo duden, casi se consigue.
Entiendo que en este mundo del soldado, todas estas tendencias,
modalidades, estilos tienen cabida pues todas son distintas, distantes y sin
embargo -para mí- compatibles, de hecho hay aficionados que se mueven en ambos
campos y tienen muy claro lo que desean en cada momento o por que en un instante
determinado se decantan por uno u otro tipo. Y créanme las dos modalidades les
gustan por igual.
Por último decir que me dejo en tintero muchos nombres que por falta de
tiempo no incluyo, lo cual no quiere decir que no están a nivel de los otros si
citados.
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2. Antecedentes arqueológicos
Las presentaciones de figuras militares mas antiguas son las encontradas en
la tumba de un príncipe egipcio de la XIII dinastía, esto es en el Imperio
Antiguo hacia 1970 A.C. los llamados OUSHEBTIS,
representaciones de todas las clases sociales. Las piezas están realizadas en
madera policromada, y en nuestro caso representando soldados de distintas
unidades que se distinguen por la forma y el color de los escudos.
Las famosas figuras a tamaño natural, del complejo funerario de Xi’an, en China con un total de 7.000 unidades, están
confeccionadas en terracota.
El túmulo funerario del emperador Jing de la
dinastía Han 157-141 A.C. cuenta con un conjunto de
figuras de soldados entre 10.000 y 1.000.000 (todavía no está totalmente
excavado) con un tamaño de 60 cms., también en
terracota.
Las primeras figuras metálicas conocidas, son de plomo y estaño fundidas entre 1950 y 1650 A.C. en Anatolia (Turquía).
En España existen muestras funerarias de guerreros en los yacimientos
ibéricos del Cerro de los Santos, Santuario de la Luz y Santuario de Santa
Elena. Son guerreros a pie, a caballo y en carros de guerra.
3. El soldado de plomo antiguo
Benvenuto Cellini (1500-1571) el famoso orfebre
italiano realizó algunas miniaturas de soldados de su época en plata que no han
sido superadas en este metal.
Luis XIII de Francia (1601-1643) es el primer coleccionista conocido,
poseía un ejército en miniatura regalado por su madre Maria de Médicis median
70 mm pero sus figuran eran de plata con lo cual como
es lógico su posesión no estaba al alcance de todos. Esta colección era
incrementada con la incorporación de nuevos miembros de la familia real,
pasando de padre a hijos.
El soldado con el concepto actual de juguete, coleccionismo, historia,
juego, contemplación... nace en la ciudad de Nuremberg en Alemania a en 1775, de la mano de Johann Gottfried Hilpert, son figuras del ejército de Federico el
Grande (1712 – 1786) que también era coleccionista. En los alrededores de esta
ciudad el estaño era abundante por lo que se fundían en este metal en moldes de
pizarra tallados por una sola cara, siendo conocidos con el nombre de “Zinnsoldaten”.
Dado que no es el motivo de esta charla sin en trar en detalles, solo decir
que en hay en el mundo fabricantes muy conocidos, mencionaremos de pasada que
en Francia están Lucotte y Mingot,
En Inglaterra Britains marca que ha llegado hasta
nuestros días. En USA Barclay y Manoil entre otros muchos.
4. El Soldado de Plomo en España hasta
después de la Guerra Civil.
El primer fabricante conocido es D. Carlos Ortelli y Dotti, Italiano de la región de Como, tiene como
grabador primero a Salvatore Baciarini entre 1830 y 1839 y después a Francisco y Juan Pera desde 1841 a 1847.
El taller completo perdura, el propietario es el Museo Etnológico de
Barcelona. La producción continuó hasta 1945. y actualmente sólo produce piezas para visitantes ilustres o acontecimientos
importantes.
El volumen de sus moldes es de 481 en piedra pizarra, y 650 metálicos. La
colección está formada por personajes civiles y militares.
Sobre 1880 abre su taller de figuras en estaño y plomo José Lleonart sus figuras son planas y están inspiradas en las
de Ortelli, representan el ejército español de 1860 y
la famosa serie de la procesión de la Virgen de Monserrat cotizadísima en el mundillo del coleccionismo.
Al principio del siglo XX aparecen en Barcelona dos fabricantes en tamaño
de 54 mm Antonio Pascual y Baldomero Casanellas Nogué, cuyo grabador
era Eulogio González. Cuyas figuras de gran prestigio se ha dado en llamar “Eulogios”.
Eulogio una vez independizado y ayudado por su hija mantuvo su actividad
hasta 1960 falleciendo en 1974 a avanzada edad y habiendo quedado como uno de
los grandes de esta artesanía.
El período de oro del soldadito español va de 1920 a 1936, en este tiempo
aparecen grandes fabricantes y el interés por el coleccionismo de soldados de
plomo se consolida.
Tanto Casanellas como Eulogio iniciaron la
producción en 45 mm el tamaño clásico español, esta
pauta la siguen otros fabricantes como los hermanos Capell,
que al fallecer Casanellas en 1925 se hacen cargo de
su taller. Palomeque y TEO son otros fabricantes a
tener en cuenta.
Palomeque que inicia su producción en Madrid en 1922 y rompe el monopolio de
Barcelona en esta materia está considerado como el primer uniformólogo dedicó mucho tiempo a la investigación y plasmar ésta en la confección de sus
figuras. Su fábrica estaba en Leganés, tenía un
fundidor, un soldador y un encargado, contaba también con mujeres del pueblo.
La marca Palomeque aún perdura, pero dedicada a la
imaginería religiosa.
Los hermanos Sánquez, de Madrid que aplican a su
producción que está en actitud de desfilar lo que hoy llamaríamos sinergias,
las figuras tienen brazos postizos, que se pueden mover a fin de modificar algo
la posturas, además una misma figura puede usarse para varias armas, con lo
cual simplifica el número de moldes y el coste. Su actividad permanece en vigor
hasta 1946.
En Barcelona destaca ampliamente la producción de Teodoro Rodríguez . Su tamaño es en 45 mm Se comercializa en la Navidad de 1930 en los almacenes JORBA, sus figuras son
de gran calidad y realismo, están consideradas de los mejor de la producción
española.
En la posguerra se reinicia la producción y aparecen de nuevo las figuras
de Capell, Eulogio y Castresana.
También hay un nuevo fabricante José Gutiérrez Comp te a mediados de los años 50, que creó esbeltas y ligeras figuras en 45 mm. Cuya producción se sigue actualmente por su hijo José
Gutiérrez Solana. Aparecen de nuevo las figuras de Sánquez así como los soldados de semibulto de procedencia
alemana adaptada al gusto español .
José Admirall de Barcelona, tiene una cuidada
producción que no solamente servia a tiendas sino a particulares muy exigentes.
Trabajó los 45 y 54 mm siendo de las mejores y mas variadas figuras de su tiempo.
Ramón Labayen, alcalde en su día de Bilbao, tiene
una buena producción de figuras en 54mm, sobre todo de la época napoleónica,
que es muy buscada entre los aficionados alcanzando sus piezas sobre todo las
mas antiguas, precios astronómicos.
Angel Comes Plasencia, introduce en 1944 la figura de 20mm. Este hecho
tiene lugar por ser un gran aficionado al tren eléctrico en H0 (1/86) y al no
disponer de figurar para la maqueta las crea. Al principio es personal civil y
ferroviarios, pero luego se pasa a los soldados, caquis verdoso y casco que
comercializa con la marca ALYMER, llamados MINIPLOMS, si bien trabajó otras
medidas, entre las que destacan sus series de “Caballeros Heráldicos”,
medievales diríamos ahora, su éxito es fulminante llegando incluso a la
exportación.
5. La época actual, desde 1970 hasta
nuestros días.
Durante el tiempo que transcurre desde mediados de los 50 hasta el final de
los 60 el soldado de plomo es sustituido por el de goma, los americanos e
indios desplazan a las figuras tradicionales, además los gustos infantiles
derivan por otros derroteros. Se produce un declive mayoritario en esta
afición, son pocos y nostálgicos los que se dedican a esta actividad.
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En este período hay que hacer mención especial a Vicente Juliá “Chauve” de Madrid, es uno
de los que mantiene la antorcha en alto, creando figuras en 54mm y se adelanta
a los fascículos sacando series de figuras dedicadas a una unidad concreta, por
ejemplo La Legión cuya entrega, por suscripción, se hace con una cadencia
determinada. Su actividad ha llegado hasta nuestros días, habiendo cerrado su
tienda en la calle Jorge Juan de Madrid en este año.
No quiero dejar fuera de comentar la obra de Lucio Sáez Alcocer, aficionado
donde los haya, que no solamente creó una buena serie de figuras en los años 70
dirigida a coleccionistas, sino que escribió el primer manual de modelismo sobre soldados: aleaciones, pinturas, moldes, en
el año 1978 y que hoy es un incunable de estos temas.
A partir de 1970, primero lentamente, y después como un fenómeno
importante, reaparece la afición por el soldado de plomo, transformado ahora en
figuras maravillosas, dirigidas a un público adulto no a niños, con amplia
profusión detalles, casi todas en el tamaño de 54 mm. Pensadas como piezas únicas a exponer (generalmente no se pueden hacer
formaciones). Las fundiciones comerciales son perfectas, y las piezas
generalmente vienen en kits para montar y pegar. Esto
es; el coleccionismo ha derivado por otros caminos, está dirigido a
coleccionistas exigentes que desean uniformes los mas documentados posible.
También el soldado de plomo que podía interesar al niño ha cambiado, ahora
están las figuras fantásticas, de mundos mágicos, dragones, orcos, etc.
Los fabricantes españoles actuales se pueden codear con los mejores del
mundo, entre ellos podemos citar a Andrea, Beneito,
El viejo Dragón...
Fernando Martín Beneito, cuyo taller está en Madrid es uno de los pioneros de esta nueva etapa, su
producción es muy buena y además introduce las técnicas de la pintura acrílica
seleccionando o creando el tipo de pintura idónea par las figura, hasta tal
punto que hoy prácticamente todas las figuras se pintan con este sistema.
Miniaturas Andrea de Alpedrete (Madrid) fundada por los hermanos Fernando y Carlos Andrea, es posiblemente uno
de los mejores fabricantes a nivel mundial, que nos sorprende periódicamente
con nuevas creaciones. Son famosas sus reproducciones de personajes reales con
una gran fidelidad de parecido.
El Viejo Dragón de La Navata (Madrid) produce figuras de muy buena calidad en 54 mm y es muy conocida su serie de las Guerras Carlistas.
Entre otros fabricantes actuales Son está el y El Infante, este último ha
retomado además la producción en 45 mm de soldados de
la Guardia Real y similares. Su publico objetivo está
orientado a coleccionistas. En Cataluña está Art Girona, como su nombre indica radicado en Gerona es uno de los importantes
fabricantes españoles en 54 mm., sus figuras son muy
cuidadas y detalladas, con una gran expresividad de movimientos, cuentan con
una extensa serie de soldados españoles y extranjeros de diversas épocas.
Existen mas fabricantes pero no quiero extenderme
mas en este aspecto a fin de no alargar excesivamente la charla.
En otro orden aparte, con la aparición de las siliconas, el “amateur” actual puede además realizar sus propios moldes a muy bajo precio, lo que permite conseguir figuras que no existen en el mercado, para temas puntuales o simplemente para tener algo que no tienen los otros, o por que no obtener réplicas de modelos ya existentes. Todo esto hace pensar que el soldado de plomo tiene una larga vida por delante, ha evolucionado, y se presenta bajo otros aspectos y objetivos pero en el fondo sigue siendo lo mismo: Coleccionar, entretener y aprender historia. |
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6. Los tipos de figuras
Planas: (Flats en inglés) En varias escalas, modeladas por ambas
caras, se prestan muy bien para dioramas, cuadros. Etc. Existe un amplio sector
de coleccionistas que se decantan por ellas. Su pintura requiere de una técnica
especial muy depurada.
Semibulto: esta confeccionadas en semirrelieve , hay que verlas lateralmente no puede ser vistas de frente
por que están como aplastadas.
Bulto: Es el último
paso en el desarrollo del soldado de plomo, las figuras son corpóreas y pueden
ser observadas desde cualquier ángulo.
7. Las escalas
Ante todo hay que puntualizar que la altura en milímetros y su trascripción
a la escala es relativa, ya que para una persona de talla media se toma por
1,75m de altura para realizar el cálculo, pero no siempre se parte de esta
medida.
Actualmente existen en uso las escalas que se relacionan:
20 mm (1/86) se utiliza para el juego de la
guerra, o maquetas ferroviarias en H0, permiten desplegar grandes formaciones
en muy poco espacio.
30 mm. (1/60) se usa primordialmente para
formaciones y dioramas, también es el tamaño mas utilizado en figuras planas.
45 mm. (1/38- 1/40) Es el tamaño típico español,
muy bueno para formaciones pues permite ciertos detalles está prácticamente
desaparecido del mercado, por ello los coleccionistas se ven obligados a hacer
sus propios moldes en esta escala. Parece haber actualmente un repunte en esta
medida. Algunos fabricantes están incorporándola de nuevo en sus catálogos.
54 mm (1/32 –1/35) Es la escala mas abundante
actualmente en el comercio, permite todo un lujo de detalles. Las figuras que
se hacen en esta escala están pensadas como piezas únicas (no formaciones).
90 – 100 mm (1/20 – 1/18) No abundan en el
marcado son de una calidad suprema, muy caras.
Hay que hacer la salvedad de que en algunos casos, existen entre
fabricantes notorias diferencias de tamaño en las escalas concretamente en 54 mm. Lo que da lugar a serios problemas cuando se quieren
realizar viñetas o dioramas con figuras de distintas procedencias.
8. Aleaciones
las primeras figuras se fundían en Estaño, después éste se
aleaba con plomo para abaratar el precio, modernamente se alea el plomo en
mayoría con estaño, antimonio y en ocasiones bismuto, en distintos porcentajes
para mejorar dureza o calidad de reproducción.
9. Pinturas
Primitivamente se pintaban con esmaltes u óleo, actualmente se utilizan
esmaltes específicos para maquetas, acrílicos “ad hoc”
y el óleo. Cada una tiene sus ventajas e inconvenientes, a saber:
Esmalte: Tiende a
obscurecer con el tiempo es mas resistente que el
acrílico, no se va con el manoseo.
Acrílico: No huele,
colores mas vivos que el esmalte, óptimos resultados
en gradaciones, delicado de mantener, no hay que manosear el soldado.
Oleo: Para mi gusto la mejor pintura, fácil de trabajar, la mejor resistencia al
manoseo y al tiempo, muy buenos efectos de luces y sombras: Inconveniente la
lentitud del secado.
No obstante lo dicho mas arriba, se pueden combinar entre si las pinturas
aunque requieren distintas técnicas, de hecho, muchos aficionados así lo hacen.
10. Conclusión
El soldado de plomo hoy llamado por los fabricantes de “Metal Blanco” (en
realidad aleaciones de plomo), ha llegado a su perfección total, ya no son
tallistas sino modelistas, su público objetivo no es el niño, sino el
coleccionista, las figuras son individuales, el tamaño mas aceptado es el de
54mmm (1/32).
Esta actividad se Está extendido con tanta fuerza y afición que se realizan
periódicamente subastas de piezas en diversos países y alcanzan precios muy
altos, asimismo existen los concursos de pintura y modelado a nivel mundial.
También En España esta empezando a despegar estos fenómenos,
Nuestro certamen mas reconocido es el Premio Ejercito donde acuden
aficionados cada vez mas preparados. Surgen asociaciones de miniaturistas y
revistas especializadas, lo que a mi entender hace pensar que esta afición cada
vez goza de mejor salud y se ha convertido, no ya en artesanía, sino en un
arte.
Artículo por: Fernando Abeilhe.
MOLDES PARA FUNDICION EN PLOMO
Cuando aparecen los primeros moldes en España, allá por 1828 de la mano de Ortelli, fundidor italiano que se afincó en Barcelona,
estaban tallados en pizarra. Posteriormente mucho mas tarde, a finales del
siglo XIX y principios del XX se hacen en aluminio, algo mas tarde en fundición
de bronce o latón por ambas caras bien de bulto o semibulto,
pero para un molde en bronce o latón su coste actual sería prohibitivo,
equiparándole al nivel adquisitivo de 2003 sería entre 75.000 - 200.000 ptas o lo que es lo mismo 450 - 1200 €.
Un poco de historia
Cuando aparecen los primeros moldes en España, allá por 1828 de la mano de Ortelli, fundidor italiano que se afincó en Barcelona,
estaban tallados en pizarra. Posteriormente mucho mas tarde, a finales del
siglo XIX y principios del XX se hacen en aluminio, algo mas tarde en fundición
de bronce o latón por ambas caras bien de bulto o semibulto,
pero para un molde en bronce o latón su coste actual sería prohibitivo,
equiparándole al nivel adquisitivo de 2003 sería entre 75.000 - 200.000 ptas o lo que es lo mismo 450 - 1200 €.
2.1.- En Europa .
1.
Alemania .- Orden de
Alberto el Oso.
Orden de caballería instituida el 18 de noviembre de 1836 por Enrique-Leopoldo-Federico
y Alejandro-Carlos, duques soberanos de Anhalt-Bernburgo. Esta orden reemplazó a la del Oso, instituida
por Segismundo en 1382. Tiene por objeto premiar el mérito, la fidelidad, el
talento y los servicios de los vasallos en los ducados de Anhalt.
El nombre de Alberto el Oso se dio a esta orden en memoria del margrave
Alberto el Oso, un antepasado de los duques de Anhalt.
La orden está dividida en tres clases: gran-cruces, comendadores y caballeros.
El primogénito de los duques de Anhalt es gran
maestre de ella.
2.
Alemania .- Orden de la
Paz .
Orden instituida por Américo, arzobispo de Auch,
y por algunos caballeros del país, con el fin de reprimir las tropelías de los
albigenses y de los vagabundos, conocidos con el nombre de Derroteros,
que devastaban y saqueaban el territorio. se creó la
orden de la Paz para formar una milicia que defendiera a los habitantes de
los continuos ataques a los que estaban expuestos. En 1260 esta orden fue
abolida.
3.
Alemania .- Orden de
Livonia .
El primer obispo de Riga, Alberto de Brennes, instituyó en 1200 esta orden militar con el fin de
crear una fuerza de lucha contra los infieles que habían invadido la Livonia.
El papa Inocencio IV la confirmó en el mismo año y le impuso la regla
cisterciense. Sus caballeros, en guerra contra los livonios que se habían
sublevado, se unieron a la orden teutónica en 1238, con lo que adquirieron gran
celebridad; más tarde, Alberto de Brandeburgo adoptó
en 1525 la religión protestante, por lo se separaron de los teutónicos; poco
tiempo después se extinguió la orden.
Los caballeros de Livonia fueron llamados Porta-espadas porque sobre
su vestido blanco había dos cruces rojas en aspa, formada cada una por dos
espadas.
4.
Alemania
.- Orden de los Caballeros Teutones .
Orden fundada en el año 1190 por un grupo de caballeros alemanes con el
nombre de Orden del Hospital de la Santísima Virgen María de la Casa Alemana
en Jerusalén, cuyos miembros llevaban un manto blanco con una cruz negra.
Surgió, bajo el modelo de las ya existentes de San Juan del Temple, como una
hermandad militar, religiosa y hospitalaria para el cuidado de los enfermos,
que fue aprobada en 1192 por el papa Celestino III, quien le concedió la regla
de San Agustín.
En 1211 se trasladaron a Hungría, invitados por el rey Andrés II, para
defender las fronteras de su país, y en 1226 marcharon hacia Polonia,
reclamados por Conrado, príncipe de Mazovia, para
defender esta tierra de los boruscios.
Se les concedió la ciudad feudal de Chelmno (Kulm en alemán) para establecer allí su sede; en
1223 incorporaron la orden de Dobrzyn y, en 1237, la
orden de los Caballleros Portaespada,
que llevaba instalada en el territorio de Livonia desde el año 1202. Hasta el
año 1283 conquistaron todo el territorio boruscio (Prusia), gracias a la ayuda del papado y al imperio, y formaron un estado muy
potente, para cuyo control construyeron decenas de castillos, el más grande de
los cuales estaba situado en Marienburgo (Malbork en Polaco), donde establecieron su capital.
Entre 1308 y 1309 invadieron Pomerania de Gdansk
(Danzig en alemán), con lo que comenzaron las
guerras con Polonia (1308-1521). Frente a la política expansiva de la orden,
Lituania y Polonia formaron la unión en 1385. El día 15 de julio de 1410 llegó
a la batalla de Grunwald (Tannemberg)
entre los teutónicos y las tropas unidas polaco-lituanas, que fue una de las
más grandes batallas medievales y en la que pereció la flor de los caballeros
de la orden, con su gran maestre Ulrich von Jungingen.
Las guerras subsiguientes con Polonia llevaron al enpobrecimiento del estado en el que se asentaba la orden, lo que motivó el nacimiento, en
1440, de la Liga de Prusia. Ésta organizó una insurrección y otorgó las tierras
de Prusia a Casimiro IV Jagellón, rey de Polonia. Así
empezó la guerra con Polonia, que vino a durar trece años y terminó con la paz
de Torun (Thorn en
alemán) en 1466, por la cual, Pomerania de Gdansk fue
devuelta a Polonia, que desde entonces se llamó Prusia Real. La
intención de cambiar las resoluciones del tratado de Torun provocó otra guerra entre 1519 y 1521, que terminó con la derrota de la orden,
lo que también significó el fin de su estado.
En 1525, el gran maestre Albrecht Hohenzollern secularizó y transformó estas tierras en un feudo de Polonia y Lituania, al que dió el nombre de Prusia Ducal, mientras que en Livonia seguía existiendo una parte que se había hecho independiente del gran maestre, ya a finales del siglo XV, y que, finalmente, fue seculariza y rendida a su gran maestre Kettler en 1561. La orden, ya muy reducida, permaneció en Austria y en Alemania, hasta el año 1929, momento en el que se transformó en una orden eclesiástica. 5.
Alemania .- Orden de
Ludovico.
6.
Alemania .- Orden de San
Jorge .
7.
Alemania .- Orden del
Cisne .
Orden instituida por la Princesa Beatriz, hija de Thierry,
duque de Cléveris. Éste, al morir en el año 711, dejó
sus bienes, que eran considerables, a su hija única Beatriz. Esta princesa no
tardó en verse perseguida por vecinos señores que codiciaban sus riquezas y, al
no poder sostener una lucha tan desigual, se encerró en el castillo de Neufbourg. Lejos de apaciguar a sus enemigos, éstos
arreciaron sus ataques. Beatriz, con el fin de poner término a tal situación,
solicitó el socorro de un caballero llamado Hélie,
que venció a sus enemigos y le libró de ellos. Poco tiempo después, Beatriz
contrajo matrimonio con su libertador, a quien ofreció su mano en recompensa
del servicio prestado. A fin de perpetuar la memoria de este acontecimiento,
fundó una orden de caballería en el ducado de Cléveris.
La denominó del Cisne, en alusión a uno de los cuarteles de su escudo de
armas en el que estaba pintada este ave. Los
caballeros de esta orden prestaban juramento de defender la religión e impedir
los desafíos. Su divisa era un cisne de oro pendiente de una cadena del mismo
metal.
8.
Alemania .- Orden del
Dragón Derribado .
Orden militar instituida por Segismundo I en 1418 en Alemania, a la que dio
el nombre de Dragón derribado. Su fin era defender la religión católica
de los ataques de los sarracenos y establecer un frente contra la piratería que
ejercían los enemigos de Alemania.
Alfonso V, rey de Aragón, tomando en consideración los servicios prestados
por esta institución, la estableció en sus Estados a fin de mantener la
religión católica y defenderla contra la opresión de los infieles. Después de
la muerte de sus fundadores empezó a decaer y pronto desapareció.
9.
Alemania
.- Orden del Mérito de San Miguel .
Orden instituida en Munich el 29 de septiembre de 1693 por Clemente,
príncipe electoral de Colonia y duque de Baviera. Su fin era proteger la
religión y defender la patria.
El rey de Baviera, Maximiliano José, confirmó esta orden en 1812 y añadió a
su primitivo objeto la obligación de socorrer a los militares pobres y
enfermos.
El 16 de febrero de 1837, el rey cambió la organización y formó una orden
del mérito; cambió el nombre de Orden de San Miguel, por el de Orden
del mérito de San Miguel. La orden consta de grandes-cruces, comendadores y
caballeros. El rey de Baviera es el jefe soberano y gran maestre de la orden.
10.
Alemania .- Orden del
Oso .
Orden instituida en 1213 por el emperador de Alemania, Federico II, bajo la
protección de Santa Úrsula, en favor de los abades del cantón de San Galo, como
una prueba de agradecimiento hacia ellos y hacia la nobleza por la buena
acogida que le hicieron cuando fue a dicho cantón a cumplir un voto, y por
haberle ofrecido su ayuda para derribar del trono a su rival Otón.
Los caballeros de esta orden se obligaban a defender a la Iglesia contra
los ataques de los musulmanes. Su insignia era un collar de hojas de encina, de
oro, del que pendía una medalla del propio metal en cuyo centro había un oso de
sable.
Esta orden subsistió hasta que Suiza se declaró independiente y se
constituyó en Confederación Helvética.
11.
Alemania .- Orden
Doméstica de la Fidelidad .
Por este nombre se conocen tres órdenes militares:
11.1) Orden de la Fidelidad, fundada por Carlos-Guillermo de Baden-Dourlack.
11.2) Orden de la Fidelidad, fundada por Cristiano VI.
11.3) Orden de la Fidelidad, fundada por Federico III.
12.
Alemania .-Orden del
León de Zahring .
Orden instituida en el Gran Ducado de Baden el 26
de diciembre de 1812 por el gran duque Luis-Federico, con motivo de ser el
cumpleaños de su esposa, la duquesa Estefanía-Luisa-Adriana, y en memoria de la
familia gran-ducal. El titular de esta orden del León de Zahringen fue como un recuerdo de las armas de la antigua casa de este nombre. La orden
está destinada a recompensar a las personas que se distinguen por su mérito,
talento, virtudes, o sus servicios prestados al Estado. Se compone de:
grandes-cruces, comendadores de primera y segunda clase, y caballeros. El gran
duque de Baden es gran maestre y jefe soberano de la
orden.
13.
Alemania .- Orden
Internacional de San Huberto .
14.
Austria y Hungría .- Orden del Toisón de Oro .
15.
Bélgica .- Orden
Hospitalaria de Aubrac .
Orden de caballería, instituida en 1120 por el Vizconde de Flandes, Allar. Fue llamada también de Albrac porque en una ocasión, hallándose atacado el vizconde por una banda de
salteadores en un monte cercano a Aubrac, hizo voto
de fundar un hospital para asilo de peregrinos, si salía salvo del peligro que
lo amenazaba.
En efecto, habiendo escapado libremente del furor de los asesinos, cumplió
su voto, fundando el hospital de Aubrac, en el que
fueron admitidos caballeros religiosos y militares de dicha orden.
El obispo de Rhodas, Pedro II, aprobó esta
institución, que fue confirmada por el papa Alejandro III, y señaló a sus
individuos la regla de San Agustín. Estuvo en uso durante cinco siglos, hasta
que Luis XIV, rey de Francia, la suprimió en 1697.
16.
Chipre .- Orden de
Chipre.
Orden instituida por Guy de Lusiñán en 1195, en el reino de Chipre, para oponer una tenaz resistencia a los ataques
de los infieles. Esta orden militar es también llamada de la Espada o del
Silencio. Los caballeros eran nombrados por el condestable y seguían la
regla de San Basilio.
La orden tuvo gran celebridad mientras reinó la casa de Lusiñàn pero, una vez que Catalina Cornaro, viuda de Jaime de Lusiñàn, cedió el país a Venecia en 1488, y que los
turcos lo tomaron a los venecianos en 1571, desapareció completamente.
17.
Dinamarca .- Orden de Danebroch .
Orden instituida a principios del año 1219 por Valdemaro,
rey de Dinamarca. Queriendo tributar el debido homenaje a la divina Providencia
por los acontecimientos desarrollados a fines de 1218, Valdemaro,
rey de Dinamarca, a la cabeza de la escuadra más formidable que hubiese surcado
el Báltico, desembarcó en Estonia, cuyos habitantes, unidos a los rusos,
amenazaban e inquietaban continuamente a los cristianos de la Livonia. Aunque
poderosos, no pudieron los estonios estorbar el desembarco de los daneses, ni
evitar que se apoderasen de algunos fuertes y levantasen otros, entre ellos el
de Revél. Aparentando no tener mas recurso que la clemencia de Valdemaro, sus jefes le
pidieron la paz y el bautismo, mientras que secretamente iban reuniendo sus
fuerzas. El Rey, confiado, se avino a sus deseos. Tres días después se
arrojaron de improviso sobre los daneses diseminados, que sin armas perdieron
el estandarte, aunque al poco les llovió del cielo un color encarnado con una
cruz blanca, y, alentados a la vista de aquel portento, se reunieron de nuevo,
atacando entonces a los estonios, a quienes derrotaron completamente.
Habiéndose perdido en el año 1500 el estandarte de Danebrog,
a consecuencia de los acontecimientos en Dinamarca, llegó la orden a un momento
en que apenas se tenía memoria de ella. El rey Cristian V, deseoso de devolver
a esta institución todo el esplendor e interés que había tenido al principio de
su creación, cambió enteramente su organización y la dio nuevos estatutos el 12
octubre de 1671. Y por segunda vez fue modificada en 1812.
Actualmente está destinada para recompensar el mérito civil y militar, los
actos de adhesión y fidelidad al rey y a la patria, y los progresos de las
artes, las letras y las ciencias; se confiere, sin importar la edad o la clase
a que pertenezcan los aspirantes.
Esta orden está dividida en cinco clases, a saber: grandes comendadores,
grandes-cruces, comendadores, caballeros y hombres de Danebrog.
La condecoración de esta orden es una cruz de oro paté, esmaltada de
blanco, pendiente de una cinta blanca listada de encarnado.
18.
Dinamarca .- Orden del Elefante .
Orden instituida en 1478 por Cristiano I, consagrada a la defensa de la
religión cristiana. El origen de la orden del Elefante se sitúa en el
matrimonio que efectuó su hijo el príncipe Don Juan, con Cristina, princesa de
Sajonia, para cuya conmemoración y honor se creó. Puso la orden bajo la
protección de María Santísima.
Cristiano I, rey de Dinamarca, había hecho voto, en 1454, de emprender
viaje a Tierra Santa. Por este tiempo, asustado el Papa por la toma de
Constantinopla por los turcos el 29 de mayo de 1453, había escrito a todos los
monarcas de la cristiandad para coaligarse contra los infieles. Sin embargo,
estas exhortaciones no lograron el efecto deseado pues la experiencia les había
demostrado que las cruzadas no aportaban ninguna compensación real, debido al
alto número de víctimas que producía. Por circunstancias, Cristiano no pudo cumplir su promesa de visitar los Santos Lugares, y el 8 de enero de
1474 partió hacia Roma para hacerse absolver de aquel voto por el Pontífice. El
Papa Sixto IV hizo un brillante obsequio a Cristiano.
El Papa, prendado de los sentimientos religiosos de aquel monarca, le colmó de
dádivas, pagó sus gastos durante el tiempo que permaneció en los Estados
Pontificios, le dispensó del viaje a Jerusalén y confirmó una asociación
fundada por Cristiano en 1462, con el título de Hermandad
de la Santísima Trinidad, de la pasión de Jesucristo y de la Virgen María.
Esta fundación, consagrada a la defensa de la religión cristiana, vino a
ser el origen de la orden del Elefante, que el propio Cristiano I instituyó en
1478. Le dio por divisa un collar de cruces patriarcales, sustituido, cuando el
reino abrazó el luteranismo, por otro de castillos y elefantes enlazados, de
oro; de este collar pendía otro elefante esmaltado de plata y un castillo
mazonado de oro. Es la orden principal de Dinamarca, y sólo se concede a los
príncipes, senadores y nobles del reino.
19.
España y Francia .- Orden del Armiño .
Orden de caballería fundada por el rey de Aragón Fernando V cuando se
apoderó del reino de Nápoles, tras expulsar de la Calabria al duque de Lorena al descubrirse la conspiración fraguada por su pariente el
príncipe de Resana. Su insignia era un collar de oro con un armiño, con el
epígrafe Malo mori quam fodari, que significa que debe
preferirse la muerte que faltar a la fidelidad del soberano.
20.
España y Vaticano .- Orden del Santo Sepulcro .
Orden militar española considerada como la más antigua entre las de su especie.
Su insignia de cruzada era La Cruz patriarcal o de doble traviesa sobre el
pecho.
21.
España .- Orden de
Alcántara .
Orden militar fundada en 1166 o, según otros autores, en 1156, por Suero
Fernández Barrientos junto con un grupo de caballeros
salmantinos. Fue, primeramente, aprobada por don Orduño,
obispo de Salamanca y monje cisterciense. La bula de conformación fue dada por
el papa Alejandro III en 1177 bajo el nombre de San Julián de Pereiro o del Peral, declarándose el rey de León, Fernando
II, protector de dicha orden. Su primer gran maestre fue el mismo fundador. Su
nombre cambió a raíz de la concesión que les hizo el rey Alfonso IX, de la
ciudad de Alcántara, reconquistada en el año 1213, de donde tomaron la nueva
denominación. Adoptaron la regla del Císter y en un
principio dependieron de la orden de Calatrava, cuyo maestre tenía el derecho
de visita. En 1183 obtuvieron del papa Lucio III jurisdicción propia y su
maestre gozó de los mismos derechos y prerrogativas que los demás maestres de
las otras órdenes militares. En 1994 los Reyes Católicos incorporaron el
maestrazgo de la orden a la Corona de Castilla y obligaron al maestre Juan de
Zúñiga a cesar. Poco después, en 1540, el Papa Pablo III dispensó a sus
miembros del voto de castidad, por lo que desde entonces, como las demás
órdenes militares, se fue convirtiendo en una institución puramente honorífica
sin connotaciones monásticas.
22.
España .- Orden de
Borgoña .
Orden de caballería fundada en Borgoña, el 22 de junio de 1535 por el
Emperador y Rey Carlos V, tras la conquista del reino de Túnez; con la que
quiso perpetuar la memoria de este acontecimiento y dar público testimonio de
reconocimiento a los favores recibidos de la Divina Providencia.
Su divisa era un collar semejante al del Toisón de oro, del que pendía una
cruz de aspa, con el epígrafe Barbarie.
A pesar de la decadencia de esta orden, la cruz de Borgoña ha seguido
usándose en España en las banderas militares hasta nuestros días; aún hoy las
personas agraciadas por S. M. con algún empleo de la Casa Real, al prestar el
juramento, lo hacen por la señal de la cruz de Borgoña.
23.
España .- Orden de
Calatrava .
Orden militar hispánica que debe su nombre al castillo de Calatrava la
Vieja (Ciudad Real), primer lugar que defendieron sus freires y cabeza visible
de la organización militar. Su expansión territorial le llevó a controlar una
enorme cantidad de territorios entre las actuales provincias de Ciudad Real, Toledo,
Albacete, Valencia, Alicante y Córdoba, pues su función principal era la de
controlar las rutas terrestre que enlazaban Toledo con Andalucía y defenderlas
primero de la invasión almohade y, más tarde, del reino nazarí de Granada.
23.1) Origen y desarrollo de la Orden.
La orden de Calatrava surgió como consecuencia de la imposibilidad de los
Templarios, asentados en la corona de Castilla desde principios del siglo XIII,
de defender el castillo de Calatrava la Vieja contra la imparable maquinaria
militar almohade.
En el año 1157, responsables de la orden jerosolimitana entregaron el
castillo al monarca castellano Sancho III quien, a su vez, prometió entregar la
custodia y la tenencia de la fortaleza a la persona que lo defendiera. El
guante fue recogido por dos jóvenes toledanos: San Raimundo de Fitero, abad del monasterio cisterciense sito en esta
villa, y su discípulo Diego Velázquez, un místico
enamorado de los ideales cruzados encarnados por los milites christi. Ambos personajes, acompañados por muchos
monjes y laicos toledanos acólitos a las indulgencias prometidas, tomaron
posesión del castillo un año más tarde y lo defendieron con relativo éxito
hasta 1160.
En ese año falleció San Raimundo, pero la orden ya vestía el hábito
cisterciense y Diego Velázquez había redactado una
regla para la convivencia de los freires basada en la benedictina. El nuevo
abad monástico fue rechazado por los nuevos caballeros, quienes eligieron a un
maestre laico, don García, y los monjes que desearon continuar con su vida
religiosa regresaron a Fitero. En el año 1164 el
maestre consiguió una bula de confirmación y protección por parte del papa
Alejandro III, lo que sirvió de acicate para que el Capítulo general de la
orden cisterciense los acogiese en su seno como orden militar, nombrando al
abad de Scala Dei como
patrocinador y aceptando la regla de convivencia redactada por Diego Velázquez.
Aún tuvieron que transcurrir algunos años para que la nueva orden quedase
incorporada oficialmente al Capítulo cisterciense, prebenda que se alcanzó en
el año 1187 bajo el maestrazgo de Nuño Pérez; desde ese año, el abad francés de Morimond quedó delimitado como máxima autoridad,
mediante bula expedida por Gregorio VIII y la confirmación del Capítulo general
del Císter en 1199.
Para los inicios del siglo XIII la orden de Calatrava ya tenía sus primeros
estatutos, aceptados por Inocencio III el 28 de abril del mismo año. A partir
de entonces, se dedicaron a su oficio militar con tan buenos resultados que el
monarca castellano Alfonso VIII le concedió varios castillos y fortalezas
manchegos (Caracuel, Malagón, Alarcos...), así como varias prebendas económicas.
También el rey de Aragón Alfonso II, les cedió la fortaleza de Alcance, donde
los de Calatrava organizaron una encomienda para ayudar a los aragoneses en su
expansión por Valencia. Sin embargo, en el año 1195 resultaron derrotados en la
batalla de Alarcos por los musulmanes, por lo que se
replegaron hacia su cabecera de Calatrava esperando acontecimientos.
23.2) De las Navas de Dolosa a la conquista de Andalucía.
En los primeros años del siglo XIII los freires de Calatrava volvieron a
actuar en territorio musulmán, capturando para las huestes cristianas el
fenomenal castillo de Salvatierra, uno de los puntos estratégicos claves de los almohades. Este acontecimiento, inusual para la
época, hizo reaccionar a los musulmanes de manera fulminante, que en el año
1211 armaron todo su ejército y se adentraron en territorio castellano no sólo
para recuperar el castillo sino para dar un escarmiento ejemplar a los osados
cristianos. La hábil maniobra de los ejércitos castellanos, asesorados
estratégicamente por el propio maestre de Calatrava, Ruy Díaz, propició la
derrota almohade en la célebre batalla de las Navas de Dolosa (1212), dejando el
camino libre hacia la Andalucía musulmana. Desde el punto de vista interno, el
perfecto funcionamiento de las tropas de la orden provocó que desde esta fecha
su dominio efectivo de casi toda la región manchega fuese casi absoluto,
entrando en diversas competencias con las autoridades urbanas de Ciudad Real.
Pese a todo, el siglo XIII puede definirse como el de la culminación de la
orden en su labor militar, lo que implicó, a su vez, un enorme crecimiento
económico de su organización. Efectivamente, la orden fue la responsable
efectiva de la repoblación manchega, con sus concesiones de territorios y
cartas de población o fueros a los pobladores. No obstante, el crecimiento
económico más acusado se debió a la entrada de los freires en el negocio del
ganado, causa devarios conflictos con obispados y
ciudades que, generalmente, fueron resueltos gracias al prestigio de los
freires.
Entre los años 1219 y 1222 la orden de Calatrava absorbió varias otras
órdenes menores, como la de Monfrag, la leonesa de
Alcántara y la portuguesa de Avis, además de iniciar
una profusa labor de fundación monástica por toda Castilla la Nueva. Poco más
tarde, durante el reinado de Fernando III el Santo, los freires de Calatrava
fueron pieza indispensable en la conquista de Andalucía: participaron con éxito
en las batallas de Víboras (1224), Sevilla (1225) y Baeza (1226), así como en
diferentes asedios a las ciudades de Córdoba y Jaén, tras lo cual su función
principal fue vigilar la frontera con el reino de Granada, labor para la cual se
les cedieron tres importantísimas fortalezas sureñas: Priego,
Cabra y Osuna.
El rey castellano Alfonso X el Sabio quiso trasladar el dominio solariego
de la orden desde Calatrava hacia Osuna, en un intento de acabar con las
innumerables disputas que el concejo de Ciudad Real y los freires mantenían por
diversas cuestiones, pero los sucesivos maestres se negaron en rotundo: desde
hacía tiempo, los maestres y altos cargos de la orden habían abandonado las
incomodidades del castillo de Calatrava para residir en el confortable palacio
de Almagro. Pese a todo, desde sus posiciones andaluzas la orden fue también
importantísima para frenar el avance de los benimerines norteafricanos, a
quienes combatieron y vencieron en las batallas de Algeciras (1309), Martos (1315)
y El Salado (1340).
23.3) La orden en las luchas civiles peninsulares.
Ya se ha citado anteriormente cómo durante el reinado del Rey Sabio
comenzaron los primeros problemas con la orden de Calatrava. Hacia finales del
siglo XIII el maestre manchego era una de las personas más poderosas del reino
de Castilla, por lo que el puesto, además de ser codiciado por multitud de
nobles castellanos, tuvo que soportar la injerencia del cada vez más efectivo
poder regio.
La culminación de los enfrentamientos con Alfonso X fue la fundación,
auspiciada por éste, de la ciudad de Villa Real, en el pleno centro del señorío
solariego de la orden de Calatrava; en contrapartida, los freires apoyaron la
rebelión de su hijo Sancho IV en el año 1282 y, más tarde, defendieron a
Fernando IV el Emplazado, de la facción nobiliaria que quería deponerle,
aludiendo los derechos de los infantes de la Cerda y de los Manuel.
El duro contrincante del poder regio en esta época fue, quizá, uno de los
maestres más importantes de la orden: don Garci López
de Padilla (1297-1336), quien acogió, en el año 1319, de buen grado en el seno
de su organización militar a las dos órdenes hispánicas, Montesa y Cristo, que quedaron huérfanas de cabecera después de que el concilio de Vienne (1312) declarase la disolución de los Templarios.
Pese a todo, entre los años 1320 y 1335 el maestre se tuvo que enfrentar a un
problema mayor, como fue la rebeldía de muchas encomiendas que, seducidas por
falsos pretendientes al maestrazgo, provocaron una especie de cisma en la
orden; fue necesaria la intervención del propio abad de Morimond,
así como vicarios enviados para inspeccionar el problema, para que el cisma
fuese resuelto, no sin provocar varias reformas de los primitivos estatutos.
Desde la subida al trono castellano de Pedro I (1350) hasta la
entronización de la Reina Católica (1474), las continuas revueltas nobiliarias
del reino hicieron bastante mella en la bien organizada orden. La importancia
del puesto de maestre, aunque menor que Santiago o Alcántara, era tomado por
los nobles como un trampolín desde donde acceder a las otras órdenes,
verdaderas reservas económicas y militares de Castilla durante los siglos XIV y
XV.
A pesar de la general neutralidad de la orden en la Guerra Civil Castellana
(1366-1369), varias encomiendas ayudaron solapadamente al pretendiente Enrique
de Trastámara en la batalla de Montiel (1369), librada en las tierras del Campo de Calatrava. Quizá esta ayuda desleal
provocó que la orden de Avis portuguesa fuera
retirada de la obediencia al maestre por el rey Juan I. El siglo XV, pese a
continuar con las disputas civiles, significó para la orden de Calatrava la
vuelta a su labor de lucha contra los musulmanes para la que había sido creada:
los freires volvieron la luchar contra los granadinos en la toma de Antequera
(1410), capitaneados por el infante Fernando, y en la batalla de la Higueruela
(1431), bajo el mando del condestable de Castilla Álvaro de Luna. Sin embargo,
los problemas internos persistieron, puesto que los nobles ambiciosos no
cejaron en su empeño de controlar la orden para sus intereses privados; entre
ellos destacaron especialmente tres maestres: Enrique de Villena (1405-1414) y,
con especial y famélica ambición, Pedro Girón (1445-1466), hermano del poderoso
Juan Pacheco, marqués de Villena, y el hijo de aquél, Rodrigo Téllez Girón
(1466-1482). A pesar de que el proceso de absorción del reino de Granada cobró
vida durante el reinado de los Reyes Católicos, la orden de Calatrava parecía
más un quebradero de cabeza para los monarcas debido a la deslealtad de sus
maestres que la punta de lanza de las campañas contra los musulmanes.
23.4) Declive y desaparición de la Orden.
Diez años antes de la definitiva toma de Granada, los Reyes Católicos
intentaron persuadir a las diferentes órdenes militares peninsulares para que
cedieran el maestrazgo a la corona, reservándose para la organización interna
únicamente la administración. La orden de Calatrava aceptó la propuesta en
1485, lo que valora sustancialmente el tradicional espíritu religioso-militar
de sus militantes.
Tras la muerte del último maestre, García López de Padilla (1487), Fernando
el Católico acaparó también la administración, concesión legitimada por
Alejandro VI en 1492 y concedida a perpetuidad a la corona española mediante
bula de Adriano VI en 1523. No obstante, los Reyes Católicos no descuidaron una
organización que, tomada Granada en 1492, se había quedado aparentemente sin
motivos para su existencia; entre 1492 y 1516 hubo hasta siete Capítulos generales
de la orden en los que se trataron, entre otras cosas, de su reorganización
como fuerza policial en Andalucía, cuestión que contó incluso con el apoyo de
su responsable cisterciense absoluto, el abad de Morimond.
Sin embargo, la muerte del rey Fernando y la llegada a España de Carlos I acabó
con las esperanzas de una buena solución para los freires.
Alejado de todo espíritu relacionado con la orden, el emperador Carlos
intentó por todos los medios recortar el poder del abad francés, a la sazón
estado enemigo de España, para lograr que el prior de Calatrava fuese español.
La tenaz persistencia del Habsburgo logró la
desvinculación de Morimond, pero la suerte de la
orden feneció con ello: los sucesivos monarcas de la Casa de Austria únicamente
usaron las propiedades de Calatrava con objeto de garantizar el pago de los
empréstitos y deudas contraídas con las familias banqueras de Europa. La
enajenación territorial y financiera del maestrazgo y de sus encomiendas fue
total entre los siglos XVI y XVII; a pesar de ello, y teniendo en cuenta que
Calatrava nunca fue tan rica como el resto de sus hermanas peninsulares, los
freires vivieron una situación de desahogo económico durante estos siglos, a
pesar del brutal despojo territorial, gracias a una casualidad: entre sus
múltiples regalías estaba contemplada la explotación de las minas, y
casualmente el mercurio de las de Almadén era
necesario para refinar la plata que llegaba desde América. Todo ello supuso un
enriquecimiento de la orden, aunque muchos de sus freires se tuvieron que
convertir obligatoriamente en mineros esporádicos. Debido a la explotación de Almadén la orden de Calatrava consiguió sobrevivir durante
el siglo XVIII, pero las leyes de Desamortización de los bienes de clero (1835) acabó con todas sus pertenencias, privilegios y
regalías, como sucedió con el resto de órdenes militares en España.
23.5) Estatutos y funcionamiento interno
Como toda orden militar, los freires de Calatrava eran tanto laicos como
eclesiásticos que juraban respetar los tres votos monásticos clásicos: pobreza,
castidad y obediencia. Su estatuto principal derivaba de la transformación
militar de la regla cisterciense, por lo que estaban obligados a deberes
litúrgicos y ascéticos como cualquier observante del Císter,
pero también se beneficiaban de sus contrapartidas, entre las cuales la
principal era la de no estar sujetos a la autoridad de la diócesis
correspondiente. A partir del siglo XVI las costumbres se fueron suavizando,
sobre todo en lo referente al celibato (que fue eximido para los laicos por
bula de Paulo III en 1540) y en los deberes litúrgicos (reducidos a unas
cuantas misas y oraciones).
Al igual que el resto de órdenes militares, la célula básica de Calatrava
era la encomienda, regida por un comendador. En la parte superior del
organigrama se encontraba el prior, que debía ser monje y era nombrado por el
abad de Morimond (quien se reservaba el derecho de
aprobación de cualquier decisión); por debajo de él se situaba el maestre,
elegido por la asamblea de comendadores y freires (Capítulo general) y que
contaba con todos los poderes de un abad (salvo los espirituales, pues el
maestre siempre solía ser laico). El brazo derecho del maestre, sobre todo en
el campo estrictamente militar, era el comendador mayor, quien estaba
capacitado incluso para regir la orden mientras se elegía un nuevo maestre o en
ausencia de éste (hecho que aconteció muchísimas veces en la dilatada
existencia de Calatrava). Otros cargos menores pero con relativa importancia
eran los de clavero (guardián de la sede principal), obrero (encargado de la seguridad y el mantenimiento de todos los edificios de la
orden) y el capellán mayor, que se encargaba de la correcta actuación de
los que eran, como él, capellanes, es decir, aquellos freires clérigos que, sin
ser monjes, acataban la regla de la orden y los mismos derechos de cura animarum (siempre con la autoridad principal del
prior). En fin, un sencillo organigrama no exento de efectividad sino todo lo
contrario, como se ha podido observar en este recorrido histórico por la orden
de Calatrava.
24.
España .- Orden de
Isabel la Católica .
Orden instituida por el rey Don Fernando VII el 24 de marzo de 1815 bajo la
protección de Santa Isabel, reina de Portugal, para premiar los ritos
contraídos y servicios prestados en defensa de las posesiones de Ultramar.
El jefe soberano de la orden es el rey. En el momento de su fundación sus
miembros se dividieron en tres clases: grandes-cruces, comendadores y
caballeros; su número es ilimitado.
Los grandes-cruces tienen el tratamiento de Excelencia, en virtud de la
Real Orden del 24 de marzo de 1815.
Según el artículo 16 del Real Decreto del 26 de julio de 1847, la orden
americana de Isabel la Católica debe tener el mismo número y denominación de
categorías que la de Carlos III y seguir las mismas reglas que ésta; no pueden
pasar de doscientos los comendadores, ni de ochenta los grandes-cruces.
En el artículo 21 de este mismo real decreto, se señalan los derechos de
títulos de esta orden.
24.1) Divisa.
La insignia de los primeros es una banda de seda ancha, que se lleva
terciada del hombro derecho al costado izquierdo; es blanca en el centro, y de
color dorado en los costados; está ribeteada de un filete blanco; une la banda
un lazo de cinta más estrecha con los mismos colores, y de ella pende la cruz
de la orden. Ésta es de oro, con cuatro brazos centellantes en sus extremos;
esmaltada enojo y flanqueada de rayos de oro. En el centro hay un escudete con
las columnas de Hércules, dos mundos cintados de oro y una corona real. Rodea
el escudete una bordura blanca, y en ella, una leyenda en letras de oro: A
la lealtad acrisolada. El reverso tiene la leyenda: Por Isabel la
católica, Fernando VII; encima de la cifra de éste, en el centro del
escudete sobre esmalte azul, hay una corona real. La cruz está surmontada de una corona olímpica de oro formada con ramas
de olivo.
La placa, que sólo usan los grandes-cruces, es de oro de igual forma y
esmalte que la cruz, con la diferencia de que en la parte superior de la
bordura del escudete está colocada la leyenda del anverso, y en la inferior la
del reverso; en el centro sobre esmalte azul, figura la cifra y la corona.
Los comendadores llevan la misma cruz que los de la categoría anterior, con
una cinta más estrecha, rodeada por el cuello y pendiente sobre el pecho.
Los caballeros de la orden la ponen en el primer ojal de la casaca.
Los cardenales, arzobispos y obispos que pertenecen a la orden y categoría
de grandes-cruces la llevan en sotuer sobre el pecho, con la cinta ancha ya
explicada; la placa va colocada en la parte izquierda de la capa o manteo.
Los eclesiásticos que son comendadores la usan como los demás de esta
clase, y los caballeros sacerdotes la llevan también en sotuer, pero
pendiente de un cordón negro.
El traje de los grandes-cruces para las funciones solemnes consiste en: una
túnica de tercianela blanca con un bordado de hilo de oro, manto de la propia
tela, también de color dorado, muceta blanca, dos fajas del mismo color
bordadas en oro, zapato blanco con lazo dorado, sombrero a la antigua española
con plumas blancas y doradas, y un collar sobre la muceta.
El collar de la orden está compuesto de eslabones interpolados; unos forman
un arco y una aljaba de oro cruzados, otros, un cuadrilongo también de oro con
dos flechas puestas en cruz; unos y otros están unidos por medio de un óvalo de
oro esmaltado de azur; el primer óvalo tiene en el centro la cifra F. VII, de
oro; el segundo, dos mundos surmontados de la corona
real, también de oro. Pendiente del extremo del collar, cae sobre el pecho la
cruz.
En los días de gran gala puede usarse la venera adornada de pedrería, pero
no es permitido hacer alteración ninguna en la forma ni en el tamaño de la
cruz.
El secretario de la asamblea suprema de la orden usa la cruz pendiente del
cuello, una banda como los grandes-cruces y la placa, aunque de menores
dimensiones.
25.
España .- Orden de la Azucena .
Orden de carácter benéfico y de caballería, instituida en 1413 por Fernando
I, rey de Aragón; su objetivo principal era socorrer a las viudas y huérfanos,
así como defender la religión católica.
Su divisa fue una jarra de azucenas, resaltada de un grifo, del que pendía
la imagen de Nuestra Señora de la Antigua, esmaltada de azul, adornada de
estrellas y con el Niño Jesús en su brazo derecho.
26.
España .- Orden de la
Banda .
Orden de caballería instituida en 1330 por Alfonso XI, rey de León y de
Castilla, para dar una prueba de su magnificencia a los grandes señores de su
corte y alentarles a defender la religión católica. Sólo eran admitidos en ella
los hijos de las familias más ilustres; pero bastaba que cualquiera usase la
banda, que era de tafetán carmesí, y saliese victorioso del duelo o desafío que
dos caballeros de la orden se encargaban de sostener, para que se le admitiese
en la misma. Abolida por los Reyes Católicos y restablecida por Felipe V, quedó
pronto sepultada en el olvido.
La divisa de los caballeros de esta orden era una cinta roja de tres dedos
de ancho puesta en forma de banda. Tras caer en desuso, muchos hijos de los que
habían pertenecido a ella la trasladaron a sus escudos de armas. Los que se
hallaron en la batalla del Salado, que el rey Alfonso XI ganó a los infieles en
los campos de Tarifa el 30 de octubre de 1340, añadieron a sus escudos dos
cabezas de dragones en ademán de tragarla, para simbolizar la fortaleza y valor
con que en dicha batalla consiguieron gloriosos triunfos sobre sus enemigos.
27.
España .- Orden de la
Encina .
Orden de caballería instituida en el año 722 por García Ximénez,
rey de Navarra, con la denominación de Encina, para dar un público
testimonio de gratitud a Dios, pues en una batalla que libró contra los
musulmanes, le pareció ver sobre una encina, una cruz resplandeciente adorada
por dos ángeles. Con esta visión cobró gran ánimo, y habiendo ganado la
batalla, tuvo la firme convicción de que debía la victoria a la aparición de
aquella sagrada cruz. Los caballeros de esta orden tenían por divisa una encina
verde, sobre un medallón de oro, y una cruz ancorada de gules.
En el estandarte había bordado, por un lado tres coronas, y por el otro, una
encina de la cruz y la leyenda: Non timebo millia circundantes me.
28.
España .- Orden de la Escama .
Orden instituida por don Juan II, rey de Castilla, en 1420. Fue creada con
el fin de que acudieran los nobles en su ayuda para luchar contra los
musulmanes de Granada. La divisa de esta orden consistía en una cruz paté con
escamas de gules.
29.
España .- Orden de la
Jarra .
Orden fundada por el infante de Castilla, Fernando el Justo, hijo de
Juan I, en 1410, con el fin de perpetuar la memoria de la gran batalla que ganó
a los musulmanes, y de la toma de la ciudad y castillo de Antequera, y con el
objeto de defender la religión católica de los ataques de los infieles. Cuando
Fernando el Justo subió al trono de Aragón estaba esta orden en su mayor
auge, pero quedó en desuso después de su muerte.
30.
España .- Orden de la
Paloma .
Orden instituida por Juan I de Castilla en 1379, el día de Santiago, cuando
se hallaba en Segovia, en cuya iglesia armó caballeros a muchos nobles del
reino.
Los de esta orden se obligaban a defender la religión cristiana de los
ataques de los musulmanes, a amparar a las doncellas, viudas y huérfanas, a
rezar diariamente por los caballeros difuntos de la orden, a guardar la
castidad conyugal y a observar pureza de costumbres. Usaban por insignia un
collar de oro, del cual pendía una paloma del mismo metal, rodeada de rayos.
31.
España .- Orden de la
Razón .
Orden instituida en 1385 por el rey Juan I de Castilla, con los mismos
estatutos que la orden de la Paloma, con la diferencia que en la de la Razón
sólo eran admitidos los hijos de hidalgo que por sus méritos y buenas acciones
se hacían dignos de esta distinción. Cuando acompañaban al rey, llevaban un
estandarte blanco liado de gules y suspendido de una
cadena de oro.
32.
España .- Orden de la
Redención .
Orden cuyos estatutos eran los mismos que los de la de Malta, y que en vano
se trató de extender por Francia; se introdujo en Marsella por un caballero
siciliano en 1813, donde muy pronto quedó olvidada.
33.
España .- Orden de los
Hermanos Hospitalarios de Burgos .
Esta orden fue creada en 1212 por Alfonso VIII, rey de Castilla. Sus
caballeros estaban obligados a cuidar y socorrer a los peregrinos que iban de
romería a Santiago y a Nuestra Señora de Galicia. Tras muchos años de
existencia, quedó enteramente olvidada.
34.
España .- Orden de los
Lirios .
Esta orden, en la que sólo podían ingresar las personas reales y los
caballeros de la alta nobleza, fue una de las más distinguidas de España.
Mereció ser llamada la real de Navarra. La fundó el rey Sancho IV en
1023 en honor de la Inmaculada Virgen María y en defensa de la fe.
La condecoración consistía en dos ramos de lirios de oro esmaltados de azul
celeste y en el centro, una imagen de la Anunciación de Nuestra Señora, con el
lema: Deus primum christianum servet.
35.
España .- Orden de Montegaudio.
Orden regular hospitalaria religiosa y militar, que fue aprobada en 1180
por el papa Alejandro III con el nombre de Monte-Gaudio,
otorgándole la regla de San Basilio. Se instituyó con motivo de que un grupo de
caballeros cristianos que se dedicaban voluntariamente a la custodia del Monte-Gioia o Monte-Gaudio -un lugar de
peregrinación- se hicieron célebres por los socorros que prestaban a los
peregrinos y por sus acciones piadosas. Tras la ocupación de la Tierra Santa
por parte de los musulmanes, los caballeros de la orden se retiraron a España,
y se asentaron en los reinos de Castilla y de Valencia, donde el rey Alfonso IX
les dio el castillo de Mont-franch y las posesiones de Trujillo. Los caballeros de Monte-Gaudio aceptaron esta donación y, en reconocimiento, defendieron al rey Alfonso en las
luchas que hubo de mantener contra los ataques de los musulmanes.
Además, para conservar un recuerdo de las liberalidades que les había
prodigado el rey, resolvieron cambiar el nombre de la orden por el de Mont-franch.
Por los años 1220-1230, el rey Fernando incorporó esta orden a la de
Calatrava. Su divisa era una cruz octógona de gules.
36.
España .- Orden de Montesa .
Orden religiosa-militar fundada por el rey Jaime II en el año 1319, en el
Reino de Valencia. Tomó el nombre de su sede y casa matriz, la villa valenciana
de Montesa, donde se instauró la orden de Santa
María de Montesa.
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FIGURAS
RECORTABLES
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Los Recortables
Artículo aparecido en: Asociación Dos de
Mayo (Fernando Abeilhé)
En el mundo de la militaria el recortable ocupa
un lugar prominente por derecho propio. En humilde papel impreso desde mediados
del siglo XIX es una inestimable fuente de conocimientos históricos y sociales.
Los niños que no podían jugar con saldaditos de plomo, o como complemento a
éstos, obtenían la grata posibilidad de hacerlo con recortables, a lo que se
unía la entretenida labor de recortarlos.
En España, la producción masiva de éstos se inicia con Abadall y Llorens en Barcelona y con Marés y Minuesa en Madrid, para continuar después con el
Gran Palucie ó Palucié (1870) Y Hernando (1890). La producción de recortables en España desde su
aspecto histórico comienza con la edición de láminas del ejército y Guardia
Civil a partir de los uniformes de la época de Isabel II y paulatinamente se
van incorporando nuevas ediciones con los uniformes más modernos hasta el
estallido de la Guerra Civil. Este periodo es fecundo en la aparición de
recortables en ambas zonas, reflejo de la situación en que se vive.
Se producen gran cantidad de pliegos de soldados para recortar que
funcionan no solamente como elementos de juego sino primordialmente como
propaganda de las fuerzas que se mueven en el campo de batalla. Éstos hoy día ha superado con creces su labor lúdica y representan con
creces un documento histórico inigualable fiel reflejo de la sociedad del
momento en que se editan. Marcas como "MARTE" ó "LA TIJERA"
nos suenan a aquellos que tenemos más de 40 años. Afortunadamente aún se
continúan editando láminas de recortables que incrementan el acervo de este
medio. Algunas aparecen esporádicamente con motivo de algún acontecimiento
importante y otros de forma más o menos periódica como hace la Oficina de
Relaciones Públicas del Ejército, que nos sorprende agradablemente con láminas
de singular y cuidada realización.
Existen verdaderos expertos en el recortable, desde aquellos que los
compran hasta los que los dibujan para su propio deleite lo que hace que sean
piezas únicas de valor incalculable en este mundillo. Como muestra de lo
anteriormente indicado, tenemos el gusto de ofrecerles esta selección que sea
del agrado de todos: A los más jóvenes les muestre un mundo anterior y
desconocido y a los veteranos les traiga recuerdos.
Los orígenes de los pliegos de
soldados en España
Artículo aparecido en: Napoleones de fin de semana (Autor; Tito Barrena)
Las láminas populares con hileras de soldados, aparecen en España, según
testimonio de Amades, Colomina y Vila, en el año
1790, fecha de la Guerra del Rosellsn (1792-1795)
para tomar un gran impulso en la Guerra de la Independencia (1808-1814)
apareciendo exclusivamente en Cataluña. De esta época es la figura 1, lámina
que corresponde a los Voluntarios de Castilla, un pliego estampado al bac en el año 1793 siendo de editor y grabador
desconocidos.
En la figura 2 se representa uno de los "Granaderos provinciales de
1793", pliego que contenía tres hileras con siete soldados cada una,
también estampado al bac de grabador y editor
desconocidos. Cataluña se consolidó en aquella época como pionera de los
pliegos de soldados recortables, ya que por aquel tiempo Francia no había aún
generalizado ni consolidado la producción de hojas de soldados en hileras, sino
que se mantenía en el campo de las figuras aisladas. Respecto al momento en que
los pliegos de soldados recortables se convierten en un entretenimiento y
juguete infantil parece ser que se remonta al siglo XIX. En 1860 Madrid
comienza también a editar láminas recortables de soldados. A partir de 1854 se
sustituye el estampado al bac por la coloración a la
trepa, a la vez que la primitiva xilografía artesanal se mecaniza mediante el
uso de la estereotipia, pasándose del primitivo molde de madera a una matriz de
plomo.
Los pliegos de Paluzie
En 1860 se desarrolla la producción de la casa "Paluzie",
de Barcelona que fundamentalmente tuvo tres etapas. La primera que duró hasta
1873, en la cual se solapaban láminas litografiadas y coloreadas a la trepa con
otras en la que el color es litografiado. La segunda etapa, que se inicia en
1878 y finaliza en 1920, se caracteriza porque la coloración de las láminas es
exclusivamente conseguida por técnicas litográficas. En esta época se
industrializan y mecanizan totalmente los pliegos de soldados y los recortables
en general. La tercera etapa repite parte de los pliegos de la segunda y se
producen otras nuevas con los uniformes de Infantería y Caballería de 1927. En
1931 aparecen unos pliegos de temática militar con recortables mas pequeños. En 1940 se extingue la producción.
Editorial Hernando
La "Editorial Hernando" se creó en Madrid en 1828 desapareciendo
en 1936 a causa de un incendio de su fábrica y almacenes, fuego producido por
los bombardeos aéreos y la artillería, a los que fue sometida la ciudad de
Madrid por el Ejército Nacional. La aportación de "Hernando" al mundo
del recortable fue inmensa ya que produjo pliegos militares de una gran
fidelidad que reflejaban los acontecimientos militares de la época.
Editorial La Tijera
Si "Hernando" supuso el desarrollo del recortable en general,
"La Tijera" fue la editorial que popularizó y extendió al máximo
dichos recortables. Pero a pesar de no sufrir los avatares de la guerra civil y
de haber estado fabricando recortables hasta 1962, poco o casi nada se conserva
de aquellos juguetes de papel. La editorial se fundó en 1924 y sus primeros
recortables se caracterizaron por una peana doble que unía la cara y la espalda
al recortar. Posiblemente el soldado de ingenieros de la fig. 5 sea de la primera lámina que "La Tijera" editó. La más famosa de
las serie de "La Tijera" fue la número 10, que presentaba una gran
estética. Esta serie se dividió en dos etapas; la primera que abordaba
uniformes españoles de 1910 y de los ejércitos europeos antes de la primera
guerra mundial, y la segunda que reprodujo otros uniformes españoles. Pocos
meses antes de la entrada de las tropas de Franco en Madrid, "La
Tijera" lanzó la serie 35, sin duda lo mejor de su producción.
Otras editoriales y recortables
Desde 1928 a 1936 proliferaron en España muchas editoriales, citaré las mas importantes. En Madrid la revista "El Macaco" incluía en sus páginas recortables militares
logradísimos. Asimismo, la revista infantil "El perro, el ratón y el
gato" también presentaba en sus páginas centrales todo el mundo mágico del
recortable. En Barcelona existían dos marcas casi desconocidas hoy: "El
Niño" y "Baby". También estaban las
editoriales Salvarella y Seix y Barral. Durante la guerra civil española las editoriales de recortables
reflejaron la situación bélica. "Bruguera" , de Madrid, editó su magnífica serie dedicada al
Ejército Popular, mientras que "Uriarte",
de Zaragoza, editaba sus series del Ejército Nacional. La editorial "Reicells", de La Coruña, lanzó un pliego de
falangistas, y "Anel", de Granada,
reflejaba en sus series fuerzas de: la Legión, los Regulares y los Requetés.
Recortables desde 1940 a 1982
Desde que terminó la guerra civil hasta 1973, aparecieron en España
diversas editoriales que se ocuparon del recortable militar, entre ellas: Roma , Toray, El Cisne, Eva, Fher, Boga, y otros muchos más. A partir de 1973, surgen en
España unos nuevos pliegos de recortables militares que en lugar de estar
dirigidos a los niños se editan casi exclusivamente para los coleccionistas.
Son pliegos planteados desde la óptica de la representación uniformológica,
dibujados por magníficos artistas como el sacerdote Carlos García Iturri, o Delfín Salas, José María Bueno, Joaquín Pla Dalmau y Sanz de Anglada.
Curiosidades
Durante la guerra civil española, el recortable fue utilizado con fines
propagandísticos. En la fig.8 dos marineros de un
pliego titulado "La Armada Fiel", de la España Popular. En la fig.9 los dos mismos marineros pero de un pliego de la
España Nacional denominado "Los alegres Marineros".
Los orígenes de los pliegos de
soldados en España
Artículo aparecido en el número 7 del boletín modelístico de la Agrupación Cultural Escala
Los soldados de plomo eran el juguete preferido por la mayor parte de los
niños de la era anterior al plástico. Aunque no alcanzaban las cuotas de
precios actuales, que los convierten en piezas de coleccionista, no dejaban de
resultar algo caros.
Por cinco céntimos se podían conseguir cuatro soldados, si bien la aleación
no era demasiado buena y además estaban pintados descuidadamente. Por ese mismo
precio se podía comprar un pliego con doce, quince y hasta veinticinco soldados
de papel. El origen de estas láminas impresas o "pliegos de soldados"
como comúnmente se les llamaba, fuese cual fuese su tamaño, hay que buscarlo en
Francia a finales del siglo XVIII. En la ciudad de Epinal existía, desde muchos años antes, al igual que en otras ciudades de Francia y
del resto de Europa, una importante artesanía de "estamperos" y
grabadores sobre planchas de madera. Estos artesanos plasmaban, sin excesiva
calidad dado el nivel medio de su clientela, representaciones de santos, reyes,
personajes de cuentos e incluso escenas más o menos sofisticadas de la vida
real, alegorías, ... Estos grabados aderezados de
jaculatorias, refranes, rótulos y demás literatura sencilla, sustituían en las
viviendas humildes a los cuadros y retablos de los pintores de época, que sólo
lo más adinerados podían pagar. Al ocurrir la gran convulsión social derivada
de la revolución francesa, era propietario de un taller de grabado en Epinal un artesano llamado Pellerín,
quien por un momento vio en peligro no sólo su negocio, sino su propia
seguridad personal, pues las estampas de reyes y santos no eran mercancía que
pudiese asegurar nada bueno en aquel trance. Pellerín era un hombre de visión clara y conocedor del pueblo, así que de la noche a la
mañana desaparecieron los grabados comprometedores y en su lugar hicieron acto
de presencia con gran rapidez las figuras propias de la revolución: la carmagnola, el sansculotte, el
soldado con escarapela tricolor, los nuevos abanderados y los
"retratos" en actitudes heroicas o elocuentes de los personajes que
estaban en la boca del pueblo. Poco importaba que el parecido físico con el
modelo real fuese nulo. Los rótulos y leyendas inflamados de ardor
revolucionario ilustraban sobradamente a quien fuese capaz de leerlos.
Alguien, para aprovechar trozos de papel, escaso en el momento, que por su
tamaño era demasiado grande para una figura y demasiado pequeño para dividirlo,
tuvo la ocurrencia de aplicar varias veces la misma plancha sin desperdiciar
espacio y de ahí surgió la idea de que recortando estas figuras y dejándoles una
base, que convenientemente doblada las mantuviese en pie, se podría
proporcionar a los niños unos juguetes baratos con los que pudieran imitar a
sus mayores en las grandes batallas en defensa de las nuevas ideas. Tuvo éxito
el invento y la producción de tropas de papel fue creciendo a gran ritmo. Se
pasó a reproducir toda clase de soldados franceses y consecuentemente hubo que
hacer también al enemigo, imprimiéndose rusos, prusianos, austríacos,
etc. En la época napoleónica se llegaron a reproducir ingentes cantidades de
pliegos, que mejoraron ostensiblemente los modelos anteriores pues eran más
rigurosos y artísticos. Muchas otras empresas siguieron en toda Europa el
ejemplo de Pellerín y a los largo del siglo XIX y
parte del XX se siguieron imprimiendo pliegos y pliegos de soldados de los que
la mayoría desaparecieron en las grandes batallas que libraron sus
propietarios. Otros simplemente desaparecieron por el propio paso del tiempo.
Algunos lograron sobrevivir y han llegado hasta nuestros días formando parte de
colecciones en las que son piezas apreciadísimas. El ejemplo francés pronto
paso a Cataluña, donde a finales del siglo XVIII aparecen, elaborados por la
estampería Simó de Barcelona, los primeros soldados
españoles de papel, unos artilleros con su cañón. Inmediatamente aparecieron
una gran diversidad de tropas de infantería, caballería, así como escenas de
campamentos y acciones de armas que rápidamente se hicieron muy populares entre
la chavalería española.
Reseñemos como datos que en el Archivo Histórico Municipal de Barcelona
pueden contemplarse unas 35 láminas y pliegos recortables fechados entre 1790 y
1875. La guerra del Rosellón y la de la
Independencia, dieron tema más que suficiente para que proliferaran las hojas
de recortables. Además de la casa Simó, fueron
punteros en el arte del recortable en esta época Adabal,
Juan Llorens, que ofrecía láminas de depurado estilo,
Martí,... Todos ellos proporcionaban a los niños no sólo tropas, sino también
barcos, procesiones, nacimientos, ferrocarriles,... Durante la segunda mitad
del siglo XIX con la llegada de modernos métodos de litografía e imprenta, toma
gran auge la estampería barcelonesa de Paluzie, que,
sin duda, fue la primera casa española en recortables hasta los años 30 del
siglo actual. Durante sus 50 años de existencia Paluzie produjo soldados, equipos de fútbol, personajes de teatro, corridas de toros y
hasta un combate de boxeo de Paulino Uzcudun. Durante
la Guerra Civil siguieron imprimiéndose pliegos de recortables que reflejaban a
combatientes de uno u otro bando según la zona en la que estuviese la imprenta
en cuestión. Así Seix Barral, Roma, Toray, Bruguera, Ameller y El niño en Barcelona, imprimían a los soldados
del Ejército Popular, mientras que Uriarte y el Toro
en Zaragoza, Receils, el Faro y Marfranch en Galicia y Anel del Granada, retrataban a los
soldados del Ejército Nacional. En Madrid destacaban en aquel tiempo Paellas,
Hernando y la Tijera.
En los austeros años de la postguerra siguieron
editándose láminas que hicieron las delicias de los niños de la época. Además
de algunos de los ya citados, destacan en ese momento por su buen hacer:
Gráficas Reunidas, Margino y Heraclio Fournier (el de las barajas). Modernamente destacaremos la
producción del sacerdote bilbaíno Carlos García Iturri,
que nos dejó una serie, con todo lujo de detalles, del Ejército del 1910; las
carpetas dedicadas al desfile de la Victoria dibujadas por José María Bueno y
editadas por la desaparecida Barreira Militaria; los carlistas de la gerundense Pla y Dalmau; y sobre todos, los
excelentes dibujos del gran artista Delfín Salas a quien tuve la suerte de
conocer hace muchos años en la Academia de Infantería de Toledo.
ESCALAS Las escalas de los soldados de plomo se refieren siempre a su altura,
siendo las más usuales las de: 20mm., 25mm., 30mm., 54mm., 75/77mm., 90mm. y 120mm.
Los de 20mm. (1/86) son los soldaditos favoritos por los amantes del juego
de la guerra, que necesitan grandes cantidades de figuras para sus partidas.
Existen numerosos accesorios militares expresamente creados para esta escala,
desde carros de combates, árboles, carruajes tirados por caballos, hasta
edificios en ruinas y fortificaciones. Los de 25mm. (1/72-76) son una
derivación de los de 20mm. y son oriundos de
Inglaterra. Se utilizan también para el juego de la guerra y disponen de los mismos
accesorios.
La escala de 30mm. (1/60) se emplea generalmente para hacer dioramas, es el
tamaño normal de las figuras llamadas "planas".
Los de 54 mm. ( 1/32)
son los soldados de plomo más comunes y populares entre los aficionados. Casi
la mayoría de los fabricantes se ajustan a este tamaño que permite muchos
detalles y no son muy difíciles de pintar. Por supuesto cuentan con numerosos
accesorios de todo tipo.
De 90mm. (1/20) hay relativamente pocas figuras, aunque todas ellas de una
calidad máxima, la inconveniencia es que sus precios son altos. Los soldados de
120mm. son verdaderas obras de arte en todos sus
aspectos, el problema es que no abundan y que son carísimos.
Del plomo al papel, en todas las
escalas Desde la aparición del primer soldadito de plomo, en 1825 hasta nuestros
días, las formas, los tamaños y los materiales han cambiado según su empleo y
los gustos.
Los modelos o figuras, según su grosor, los podemos clasificar en tres
categorías: Planos, Semibulto y Bulto, que a
su vez puede tener distintos tamaños o escalas.
La figura plana nos permite la realización de grandes formaciones o
batallas en espacio reducido. Estos modelos no tienen relieve, pero están muy
detallados y su decoración requiere una buena técnica de pintura ya que hay que
conseguir con ella el relieve que le falta.
Puede decirse que los de semibulto, fueron los
clásicos juguetes de nuestros padres y abuelos. Suelen ser figuras con pocos
rasgos y detalles por su composición y tradicionalmente son pintadas en brillo
y como los planos, se coleccionan para formaciones, ya que resultan muy
vistosos en conjunto.
El bulto es la figura realizada en proporción tamaño-grosor según medida.
Tiene muchos detalles y grandes rasgos. Son las figuras preferidas por el
miniaturista que a su afición une también la de la uniformología.
Estas piezas se coleccionan individualmente pues al detalle de su ejecución
suele sumarse una decoración cuidada. Es por ello por lo que no suelen
utilizarse para grandes formaciones.
Cada una de estas categorías tiene asociada un tamaño característico. Así
la figura plana suele ser de 30 mm (tamaño Nuremberg) y las de semibulto o bulto de 45 ó 54 mm. La escala nos relaciona el
tamaño de la figura con la realidad, pero el miniaturista prefiere expresar el
tamaño por la medida entre la línea de los ojos hasta los pies.
Los soldaditos de bulto, para algunos los más apreciados los podemos
encontrar en gran variedad de tamaño, según el uso del mismo o el gusto del coleccionista.
Siendo los más comunes 25, 45, 50, 90 y 120 milímetros. Por encima de estas
medidas se pueden encontrar figuras decoradas, si bien no pueden considerarse
"realmente" soldaditos o miniaturas. Figuras más diminutas de 15, 10 y hasta 5 mm. Suelen ser utilizadas en los juegos de la guerra o para representar batallas
con grandes despliegues. Los usos más representativos de los tamaños comentados
son;
Cabe decir, para finalizar, que el tamaño por excelencia español es el de
45 mm. En esta escala se fabricaron deliciosos
soldaditos de juguete con los que muchos pasaron tiempos felices en su
infancia.
Hablemos ahora sobre los materiales. Si bien el componente por excelencia
es el plomo, podemos encontrar figuras de estaño, plástico y resina que gracias
a poder desmodelarse mejor permiten unos relieves
perfectos. Los primeros soldados planos que salieron de las manos de
artesanales de Ernst Heinrichsen fueron de estaño de ahí su nombre de Zinnsoldaten , pero en el museo del ejército de Madrid, puede admirarse
la colección de figuras talladas enmadera por Tello, auténticas obras de
arte.
Quién no recuerda los soldados de hojalata de los años 40 de Rico,
los recortables de La Tijera o los indios y vaqueros de Nemrod, en plático blando
o goma.
La técnica (importante tema para un miniaturista ),
ya que en el mercado hay muchas lagunas y épocas totalmente olvidadas, el
coleccionista tiene que moldear en ocasiones su propias figuras o puede
conseguir una determinada pieza o posturas mediante la transformación de otro
modelo. La técnica de transformación es muy variada, pues simplemente cambiando
una prenda de cabeza ya tenemos un modelo de distinto regimiento. En otras
ocasiones se puede obtener con el torso de una figura y las piernas de otra el
modelo deseado. Son múltiples las composiciones que podemos hacer con las
figuras para ampliar nuestra colección.
La creación de una figura parte de un
cuidadoso estudio del uniforme, armamento y equipo del soldado e incluso de la
postura o forma de llevar su arma al marchar. Después por modelado o
transformación se consigue el modelo deseado para posteriormente hacer con
siliconas especiales el molde o "torta" y realizar la fundición en
aleación de plomo. A partir de entonces empieza el proceso de pintura,
colocación de la peana, rotulación y finalmente la contemplación de la obra en
una vitrina. Un largo proceso con un agradable y feliz final. |
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Pedro Orlando Ruiz Barrueco. De la Asociación "2 de Mayo" |
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UNIFORMES
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Guardia Civil Española Artículo aparecido en: Web Oficial Guardia
Civil
RESEÑA
HISTORICA
El propio Duque de Ahumada, al tratar del
Uniforme de la Guardia Civil, dispuso que éste debería de ser: (Higiénico,
vistoso y elegante, dando con ello representación al individuo) Y estableció
que debía tener un carácter genuinamente español, por ello se propuso el
castizo sombrero de dos picos, comúnmente usado por los Cuerpos de Seguridad de
principios del XIX, llamado popularmente " de medio queso". Por R.O. de 15 de Junio de 1844, quedó aprobado por el Ministro
de la Guerra , el General Narváez, el uniforme del
Cuerpo. Los Jefes, en lugar de charreteras usaban capones, fueron sustituidos
por otras a base de galones y estrellas, usado desde entonces, por Jefes y
Oficiales en los hombros, el clásico cordón trenzado de los Guardias, pero en
hilo de plata. En esta primera época 1844-54, cinto y bandolera son de ante,
pero sin el color amarillo-naranja que luego habrá de ser característico del
Cuerpo. Las chapas del cinto y bandolera son de latón dorado, así lo
establecían los Estados Militares de la época. Hacia 1850 se adoptaron unas
polainas altas de paño negro para los servicios en despoblado. La Guardia de
Caballería de 1844-46, lleva en los faldones las iniciales G y C, que en 1846
habían de ser sustituidas por los Castillos y Leones que se pueden ver en los
uniformes de Gran Gala. Son de destacar los guantes de ante amarillos, así como
la funda de hule que cubre el sombrero. Por R.O. de
28 de Noviembre de 1854 se introdujeron variaciones en el uniforme primitivo
del Cuerpo. Se suprimieron la casaca de gala y el pantalón de punto blanco. El
calzón de montar de caballería con las altas botas de montar, y la mantilla
tapa-fundas y el maletín de gala del caballo. La levita quedó como prenda de
uniforme para gala y diario, pero provista de una hilera de botones. Por R.O. de 15 de Octubre de 1856 se dispuso que se volviera al
primitivo uniforme. En 1856 destacan las altas polainas de paño pardo usadas
para servicios en despoblado. Por R.O. de 6 de Abril
de 1859, la Guardia Urbana de Madrid pasó a denominarse "GUARDIA CIVIL
VETERANA ", formando desde entonces parte del Cuerpo de Guardias Civiles.
Su uniforme era igual al de los Guardias, sin otra diferencia que la de llevar
una sardineta de galón blanco terminada en punta y rematada por un botón. Las
divisas adoptadas en 1860 son a base de galones y estrellas, y en las hombreras
figuran las cifras (2), entrelazadas con las Corona Real.
FUNDACION
El propio Duque de Ahumada al tratar del
Uniforme de la Guardia Civil, dispuso que éste había de ser: «vistoso y
elegante, dando con ello representación al individuo» y estableció que debía
tener un carácter genuinamente español, por ello se propuso el castizo sombrero
de dos picos comúnmente usado por los Cuerpos de Seguridad de principios del
XIX, llamado popularmente de «medio queso». Por Real Orden de 1844 quedó
aprobado, por el Ministro de la Guerra General Narváez, el Uniforme para el
Cuerpo.
PRIMERAS
VARIACIONES ( 1854 – 56 )
Por Real Orden de 28 de Noviembre de 1854 se
introdujeron notables variaciones en el primitivo uniforme del Cuerpo; se
suprimió la casaca de gala y el pantalón de punto blanco, así como el calzón de
montar en la caballería. Además de estas prendas, también para la caballería,
se suprimieron las altas botas de montar, por «costosas e incómodas» y la
mantilla tapafundas y maletín de gala del caballo. La levita quedó como prenda
de Uniforme para gala y diario, pero provista tan solo de una hilera de
botones, siendo las hombreras del cordón encarnado. Por Real Orden de 15 de
Octubre de 1856 se dispuso que se volviese al primer uniforme.
REFORMA DE
1909
Por Real Orden de 22 de Julio de 1909 se
introducen en el vestuario de la Benemérita unas variaciones que van a dar
lugar al actual Uniforme grisverde. Por esta
disposición se adopta una nueva guerrera de color gris que podrá usarse en los
servicios en despoblado y en escolta de trenes; igualmente se da entrada,
nuevamente, a las polainas de color pardo, que podrán usarse para servicios en
despoblado. El cuello y bocamangas encarnados fueron abolidos por el Reglamento
de 1911, quedando los cuellos y bocamangas de color gris con un vivo encarnado
que los bordea. En 1912 se sustituyen los pantalones de color azul por otros de
color gris. En el ángulo puede verse el nuevo emblema del Cuerpo que fue
adoptado para sustituir a los números del Tercio que, hasta entonces, se
llevaban en los cuellos.
REGRAMENTO DE
1943
El 27 de Enero de 1943, con el fin de
compendiar en una sola disposición cuanto concernía al vestuario y equipo
militar, se dió un extenso y detallado Reglamento de
Uniformidad para la totalidad del Ejército de Tierra, estando en él
comprendidos, los de la Guardia Civil. Posteriormente fue autorizado el uso del
pantalón recto tanto en verano como en invierno y el chaquetón tres cuartos,
que en sus orígenes fué prenda de las unidades de
montaña. En 1958 el uso de las botas altas.
MARINOS,
ESPECIALISTAS FISCALES Y MATRONAS
En el Reglamento de 1975 se establece la
uniformidad para la Sección de Marinos, Especialistas Fiscales y Matronas.
GUARDIA REAL
LOS REGULARES
LOS TERCIOS
ESPAÑOLES
Artículo aparecido en: Los Tercios Españoles
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Al finalizar la Edad Media el influjo de la antigüedad clásica se deja
sentir poderosamente en Europa promoviendo la aparición de profundas
transformaciones políticas y sociales que marcan el nacimiento de los modernos
Estados europeos. Como consecuencia de la superación de las estructuras
medievales se crean ejércitos permanentes en cuya concepción y organización
influyen no poco los principios constitutivos de la milicia romana.
UNIFORMES Y
ARMAMENTO:
Aunque durante el reinado de Carlos V se generalizó en el ejército el
empleo de trajes de corte a la alemana con jubones y gregüescos amarillos
acuchillados en rojo, sería inexacto hablar de verdadera uniformidad, puesto
que a menudo los soldados vestían de forma arbitraria, ya fuera por
dificultades en los abastecimientos o porque los atrasos en las pagas se
paliaran, al menos en parte, mediante la entrega de prendas civiles tomadas de
las ciudades ocupadas. Las tropas solían protegerse la cabeza con distintos
tipos de cascos, tales como morriones, celadas, borgoñotas, capacetes, almetes
y capelinas, y utilizaban, según los casos, media armadura o golas, cotas de
malla y chalecos de cuero reforzados a veces con piezas metálicas. Los soldados
recibían armas proporcionadas por el rey (Munición Real) sin verse obligados a
desembolsar dinero en el momento ya que el precio de las mismas se les
descontaba de futuras pagas. No obstante, aquellos que lo desearan podían
adquirir y utilizar armas más de su agrado que las que les suministraba el
ejército.
CASCOS USADOS
POR LOS TERCIOS:
Distintas modalidades de cascos
OFICIALES: ( Alferez, Carlos V, Maestre )
Los oficiales vestían de forma similar a la de la tropa aunque gustaban de
utilizar prendas más suntuosas, de acuerdo con su grado o con su propia
disponibilidad de fortuna. Los generales se distinguían por el empleo de una
ancha banda de color carmesí que les cruzaba el pecho. Entre los jefes y
oficiales era frecuente el empleo de borgoñota, adornada con plumas rojas y
blancas, media armadura o armadura completa. Durante el reinado de Carlos V
tuvo considerable auge la armadura denominada "Maximiliana",
que se caracterizaba por poseer multitud de estrías o acanaladuras muy próximas
entre sí que imitaban los pliegues de las prendas de la época y cubrían toda su
superficie a excepción de las grebas o parte inferior
de las defensas de las piernas. Los zapatos metálicos, con bordes
rectangulares, estaban inspirados también en el estilo civil del momento
conocido como "pata de oso".
BALLESTERO:
Las tropas armadas con ballestas, que tan eficaces habían resultado como
fuerza de apoyo y cobertura durante la Edad Media, continuaron empleándose
durante el Siglo XVI. El ballestero iba protegido con casco, armadura para
media pierna y una cota de malla con un chaleco de cuero superpuesto este
último reforzado con piezas metálicas. En la parte trasera es visible el cranequín, sistema para tensar la cuerda de la yerga.
Existía también el denominado "armatoste", formado por un conjunto de
poleas. Al tensar la cuerda, ésta quedaba enganchada en un resalte llamado nuez
del que se soltaba bruscamente cuando se oprimía la llave.
GUARDIAS
IMPERIALES:
Estaban integradas por los alabarderos de la Guardia Española, los archeros
de Borgoña y los alabarderos de la Guardia Alemana. Los alabarderos de la
Guardia Española iban vestidos con jubones y gregüescos acuchillados de colores
amarillo y rojo, calzas rojas y zapatos negros. Se tocaban con una parlota
(gorra ancha y casi plana) negra adornada con plumas blancas, completando su
vestimenta un capotillo amarillo forrado en rojo dispuesto de través sobre el
hombro izquierdo. Los archeros de Borgoña procedían de la Guardia de arqueros
de Borgoña, introducida en España por Felipe el Hermoso, y sus componentes
prestaban servicio a pie en el interior de las estancias reales y a caballo en
el exterior. En el servicio a pie vestían jubones y gregüescos acuchillados de
colores amarillo y rojo, calzas amarillas, parlota negra, capotillo de igual
forma y colorido que los alabarderos de la Guardia Española y zapatos negros
con grandes lazos rojos. Su arma principal era el archa,
especie de lanza con hoja en forma de cuchillo de gran tamaño. Los alabarderos
de la Guardia Alemana vinieron de Alemania en 1519, rigiéndose siempre por
fueros especiales. Acerca de su indumentaria existen varias versiones. Así,
según Giménez llevaban parlota blanca y capotillo,
mientras que el Conde de Clonard los representa sin
capotillo y con el color de las medias (blanca una y amarilla la otra)
alternando con el del Jubón y los gregüescos.
ARCABUCERO:
La indumentaria de los arcabuceros era mucho más liviana que la de los
piqueros. Consistía habitualmente en un morrión, una gola de malla de acero y
un coleto (vestidura hecha de piel, por lo común de ante, con mangas o sin
ellas, que cubre el cuerpo, ciñéndolo hasta la cintura; en lo antiguo tenía
unos faldones que no pasaban de las caderas) o chaleco de cuero. A los
arcabuceros se les consideraba, en efecto, soldados ligeros respecto de los
piqueros, cuyas compañías constituían el núcleo básico del tercio. Durante el
combate las compañías de arcabuceros se caracterizaban por su gran movilidad,
desplegándose rápidamente para situarse en las alas de los cuadros formados por
los piqueros y tratar de envolver al enemigo hostigando sus flancos. El arcabuz
se utilizó con sucesivas innovaciones desde el siglo XV al XVIII. El vocablo
quizá derive del alemán hakenbüchss (haken: gancho o garfio. büchss, arma
de fuego), aunque también podría ser una deformación del árabe al káduz (el tubo). Este arma
consistía en un cañón montado en un fuste de madera de un metro
aproximadamente, aligerado hacia la boca y reforzado hacia la cámara de fuego.
La longitud del ánima oscilaba entre 0,80 y 1,60 metros. Al evolucionar el
arcabuz hacia el mosquete, aumentando de tamaño y peso, fue preciso apoyarlo en
una horquilla para poder hacer fuego. El equipo adicional de los arcabuceros
consistía en una bandolera de la que pendían las sartas o cargas de pólvora en
doce estuches de cobre o de madera (a los que se conocía como los doce
apóstoles), un polvorín de reserva y una mochila en la que se guardaban las
balas, la mecha y el mechero para prenderla. Iban también armados con una
espada semejante a la que solían usar los piqueros. Cada arcabucero recibía una
cierta cantidad de plomo o estaño para fundir sus propias balas en un molde que
se les entregaba junto con su arma. Como cada pedido de armas incluía los
moldes para fabricar la munición, el calibre de las balas fundidas tendría que
coincidir con el del cañón. Sin embargo, esto no siempre ocurría en la práctica
debido a imprecisiones en la manipulación de los moldes. Por otro lado, hay que
tener en cuenta que muchos soldados empleaban armas que no eran normalizadas y
que la dosificación de la pólvora se realizaba de forma subjetiva y más bien
exagerada una vez que se habían utilizado los estuches predosificados de la bandolera, Esto ocurría con frecuencia cuando las circunstancias
obligaban a mantener una cadencia de fuego rápida y el tirador no tenía tiempo
de volver a llenar los estuches para dosificar sus cargas y vertía la pólvora
en el bacinete directamente con el polvorín de reserva. De todo ello resultaba
una considerable desigualdad de tiro.
PIQUERO:
Los piqueros iban provistos generalmente de capacete, peto, espaldar,
escarcela o falzete (especie de faldas metálicas que
formaban un ángulo de 45 grados con el cuerpo para permitir al soldado libertad
de movimientos), brazales, guarda-brazos y manoplas. Llevaban por tanto media
armadura o coselete; su vestimenta se completaba a veces con gregüescos
amarillos acuchillados en rojo, calzas rojas y zapatos de cordobán. Como arma
defensiva utilizaban también un escudo metálico ovalado o rodela en cuyo
anverso se representaban dos columnas enlazadas por una banda con la
inscripción "Non Plus Ultra". Este escudo
llevaba en su reverso un gancho que permitía al soldado sujetarlo a su
cinturón.
PIFANOS Y
TAMBORES:
No iban armados sino con una pequeña daga y no usaban ningún tipo de casco
ni de armadura. Como prenda de cabeza empleaban una parlota de paño amarillo
adornada con un plumero rojo. Sus jubones y gregüescos solían ser amarillos
acuchillados en rojo, las calzas rojas y los zapatos negros. Pifano |
||||||||||
BANDERAS Y
ESTANDARTES:
En las banderas de las compañías figuraba generalmente la cruz de San
Andrés o de Borgoña, unas veces con nudos, lisa otras, con el aspa dispuesta de
extremo a extremo de la tela. Esta bandera representada, blanca con la cruz de
Borgoña en rojo, ondeó quizá por primera vez en la batalla de Pavía, y es la
más característica de las utilizadas por las tropas de Infantería española
durante los siglos XVI y XVII. Si bien en las banderas de compañía la cruz de
San Andrés figuraba sobre fondos de muy diversa forma y colorido (en los que a
veces se incluían jeroglíficos o motivos heráldicos del oficial que estaba al
mando), el color blanco es el que auténticamente representaba al poder real.
La figura representa el estandarte de Carlos V Emperador, reproducción del
que contiene el Inventario Iluminado que se conserva en la Real Armería de
Madrid. En el mismo se distingue, en el extremo superior izquierdo, la figura
de Dios Padre sobre Santiago Matamoros: en el centro se encuentran las columnas
de Hércules rodeando al escudo imperial, y el extremo derecho lo ocupa San Andrés
con la cruz de Borgoña y la inscripción "Plus Oultre" (en otros estandartes imperiales la
inscripción figuraba en alemán: "Noch Weiter"),
Esta otra figura muestra las armas imperiales: las de Castilla y León
(castillos y leones), de Aragón (barras), de Sicilia (águilas y barras) y la granada de España: de Austria (fajas), de Borgoña
moderna (flores de lis) y antigua (bandas), de Brabante (león en oro) y, en
escudete superpuesto, las de Flandes (león en negro o de sable) y Tirol (águila roja o de gules).
La siguiente representaba un estandarte imperial en el que el escudo con
las armas descritas aparece sostenido sobre el pecho del águila bicéfala
Finalmente, la última figura muestra un pendón de la Santa Hermandad de
Toledo que llevó Carlos V en la expedición a Túnez en 1535.
LA BATALLA DE
TALAVERA (1809)
Artículo aparecido en: La Batalla
de Talavera 1809 (Autor; José Manuel Rodríguez Gómez) OFICIALES
GENERALES
Teniente
General:
La casaca es la del uniforme de diario del reglamento de 1.805 de color
azul oscuro, con ribete de galón de oro. Nótense las dos filas de entorchados
de oro en las bocamangas, que son el distintivo de su rango. Este general lleva
fajín, prenda hasta entonces desconocida en nuestro Ejército, aunque hoy sea
precisamente distintivo del generalato.
Mariscal de
Campo:
Basado en un retrato del mariscal Rafael Manglano.
La casaca es del mismo tipo que la del uniforme anterior, pero este general
lleva las solapas abiertas, al estilo impuesto por el generalato francés. El
bicornio emplumado se parece al del modelo de gala, aunque no es el mismo.
Quizá se trate de una prenda "personalizada" (algo muy común en los
uniformes de los generales de la época. Nótese que sólo lleva un entorchado de
oro en las bocamangas, como signo de su rango.
Brigadier (General
de Brigada):
Este general lleva una levita de color azul oscuro. La levita era una
prenda desconocida en el ejército español hasta la llegada de los franceses.
Salvo la levita, el resto de su traje (bicornio, calzones, espada...) es
completamente acorde con el reglamento de 1.805 A diferencia de los anteriores,
el entorchado y adornos de este general son plateados. No lleva fajín, pues su
uso estaba reservado para mandos superiores. Basado en un retrato pintado por
Goya.
GUARDIA REAL
Caballería de
la Guardia Real. Carabineros:
Antes de la guerra la Guardia Real contaba entre sus filas con una Brigada
de Carabineros compuesta por seis escuadrones, cuatro pesados y dos ligeros. No
sé cual de los dos luchó en Talavera, por lo que incluyo uniformes de los dos
tipos. El equipamiento de este soldado es el mismo que el de la caballería de
línea. Su diferencia con ellos es que porta la librea azul turquí y rojo grana de la Casa Real. Si se compara con el uniforme de
la Guardia Valona se observará que el corte y colorido del uniforme es similar.
Aquí tenemos el uniforme de los carabineros de los escuadrones ligeros,
cuyo armamento era similar al de los cazadores de caballería. Lleva un chacó de modelo francés como cubrecabezas, adornado por
galones de oro. La casaca es de un modelo parecido al de los cazadores, con
alamares de lado a lado. Creo que la lámina original presenta dos fallos en el
color. El primero, el tono del azul del uniforme, que creo que debería ser el
azul turquí de la Guardia Real. El segundo, el color blanco del galón del
pantalón, que creo que debía ser rojo.
Guardia Real.
Guardia Valona:
Se trata del uniforme de antes de la guerra. Es posible que los soldados
del 4º Regimiento tuvieran un aspecto distinto al haber sido formados con
posterioridad al 2 de Mayo. Este soldado lleva el uniforme del reglamento de
1.805, con casaca de solapas estrechas, cerrada y con chaleco de color rojo.
Lleva asimismo unas polainas de color blanco por encima de la bota y el
pantalón de servicio de color azul como el resto de la librea. Nótense las sardinetas
de la bocamanga.
INFANTERIA DE
LINEA
Infantería de
línea:
Los granaderos de la infantería de línea vestían casi igual que sus
compañeros de armas; llevaban el mismo color de la casaca (blanco para todos
los regimientos de infantería con personal español, según el reglamento de
1.805) y los distintivos con los colores de su regimiento. La diferencia más
notable estribaba en el gorro de piel de foca en forma de mitra, rematada por
la parte posterior por una banda de seda en la que se bordaba el escudo del
regimiento al que pertenecían. Además llevaban grabada una granada de oro en la
pistolera. El detalle de la banda cosida al gorro de piel distinguía a los
granaderos españoles de cualquiera otros granaderos del continente. El
granadero aquí representado pertenecía al Regimiento de Guadalajara, y por ello
no tomó parte en la batalla de Talavera. Pero esta figura ilustra bien el
aspecto que tendrían los granaderos de los regimientos de a pie que tomaron
parte en la batalla.
Infantería de
línea. Regimiento de Irlanda:
Este soldado lleva el uniforme de 1.805 con bicornio y calzón blanco.
Nótese el tono azul cielo de la casaca, privativo de las unidades de origen
irlandés, y de las cuales había tres antes de la guerra, los regimientos
Irlanda, Hibernia y Ultonia.
Las tropas irlandesas estaban formadas por emigrantes católicos expulsados o
exiliados de Irlanda por haber apoyado al pretendiente jacobita al trono. Otras
naciones católicas continentales, como Francia, también dieron asilo a familias
irlandesas, y también formaron regimientos de tropas con ellas. Hay que
destacar que durante toda la Guerra de la Independencia los irlandeses se
mostraron leales hasta la muerte a su patria de adopción, España.
Infantería de
línea. Regimiento de Toledo:
El dibujo aquí presentado corresponde al uniforme de este regimiento
vestido en 1.811. No he podido encontrar ninguna fuente que me permita representar
a estos soldados tal como lucharon en 1.809. El uniforme mostrado es en gran
medida tributario de la moda "francesa", esto es, en copiar modelos
al ejército francés. Así, este soldado se toca con una chacó adornado con un pompón verde. La casaca, de color
marrón, tiene ya muy cortos los faldones. El calzón blanco es similar al usado
antes de la guerra. En cambio los botines en lugar de polainas para cubrir el
calzado no eran utilizados con anterioridad.
INFANTERIA
LIGERA
Infantería
ligera. Regimiento 2º de Cataluña:
Este soldado lleva el uniforme que a partir de 1.805 sustituyó al anterior.
El nuevo uniforme, de corte francés, está compuesto por un chacó en cuyo frontal lleva una chapa con el nombre del regimiento. La casaca,
cerrada, sin solapas y con faldones más pequeños que los de la infantería de
línea, es de color azul marino. El uniforme de servicio se completa con un
calzón blanco y unas polainas negras sobrepuestas.
Infantería
ligera. Regimiento 2º de Barbastro :
Este soldado lleva un capote de servicio sobre su uniforme, del mismo corte
que el del soldado anterior, pero se toca con un bicornio de infantería de
línea. Casi con seguridad no era éste el aspecto del 2º de Barbastro en Talavera. El calor les impediría llevar el capote y las polainas.
INFANTERIA DE
MARINA
Infantería de
Marina:
Infante de marina con uniforme para servicio de armas en tierra. Su
apariencia es muy similar a la de los fusileros de línea en cuanto a su
armamento y corte del uniforme. Las mayores diferencias radican obviamente en
el color de la casaca, que en este caso es azul turquí y rojo, como la Guardia
Real (por especial privilegio otorgado a la infantería de marina por la
Corona). En el cuello de la casaca lleva dos anclas para señalar su origen
naval. El sable que lleva al cinto no es el mismo modelo que el de la
infantería, sino otro más corto y grueso, usado a bordo como herramienta
rústica y para el combate cuerpo a cuerpo en los abordajes.
MILICIA
PROVINCIAL
Milicia
Provincial. Regimiento de Burgos:
Todas las unidades de la milicia provincial vestían un uniforme del mismo
color: paño blanco con vivos, puños, vueltas y faldones de color rojo. Los
botones de la uniformidad llevaban grabado el nombre de la provincia de origen.
La figura representa a un subteniente (su grado está indicado por la charretera
sobre el hombro izquierdo) con uniforme de servicio, lo que queda denotado por
llevar puesta la gola. Al costado lleva su sable de ordenanza, más largo y
recto que el de los infantes.
Milicia
Provincial. Regimiento de Burgos:
Este otro dibujo muestra a un sargento de fusileros del mismo regimiento.
Su grado queda indicado por la charretera sobre el hombro derecho, del mismo
color que la divisa. Se toca con un bicornio, al estilo de antes de la guerra,
y lleva polainas sobre el calzado de ordenanza. Al costado lleva la bayoneta y
su sable de infantería.
Milicia
Provincial. Granadero:
Finalmente aquí se muestra aun granadero de las unidades de la milicia
provincial, tocado por el característico chacó de
piel de oso. El momento del chacó es distinto al de
los granaderos de las unidades de línea, es más bajo, no lleva ninguna
colgadura por la parte posterior y no lleva ninguna granada, aunque sí dos
cordones dorados.
CABALLERIA DE
LINEA
Caballería de
línea. Regimiento del Rey:
Teniente coronel del Regimiento de Caballería del Rey, en uniforme de
campaña. Su graduación es denotada por las dos charreteras plateadas, una
encima de cada hombro y los dos galones dorados sobre la bocamanga. El emblema
que lleva al cuello es un león rampante, en aquella época el distintivo común
de todos los regimientos de caballería de línea. Nótense las botas cortas a lo
húsar y el sable, recto.
Caballería de
línea. Regimiento del Infante:
Soldado de caballería del Regimiento del Infante. Nótese que pecho, cuello,
puños y vivos son de la divisa propia de su regimiento, y por tanto distintos a
los de la figura anterior.
DRAGONES DE
CABALLERIA
Caballería.
Regimiento de dragones de Almansa:
Teniente del Regimiento de dragones de Almansa. Su rango queda indicado por
la charretera sobre el hombro derecho. Las casacas y pantalones de los
regimientos de dragones tenían un color común, el amarillo, pero además cada
regimiento tenía una divisa propia que hacía dispares los colores de puños,
vueltas, vivos y faldones. Nótese que este oficial lleva las botas altas de la
caballería de línea. Los adornos plateados del hombro no son reglamentarios.
Quizá los lleve porque fuera el ayudante de un oficial superior.
Caballería.
Regimiento de dragones de Almansa :
Soldado del miso regimiento, mostrando sus armas: el largo sable recto de
caballería modelo 1.801 y la carabina modelo 1.798
Caballería.
Regimiento de dragones de Lusitania :
Alférez (nótese la charretera sobre el hombro izquierdo) del Regimiento de
Dragones de Lusitania. Nótese que en este caso las
divisas del regimiento son de color negro y amarillo, colores reproducidos en
la corbata anudada por encima de la bandera del regimiento. Compárese la
bandera de este regimiento con la bandera del Regimiento de Calatrava. Las dos
presentan parecidos obvios en lo formal, pero la aquí dibujada no es cuadrada.
El escudo bordado en el centro es el escudo del regimiento.
Caballería.
Regimiento de dragones de Villaviciosa :
Este soldado porta un banderín de escuadrón, de forma cuadrada y diseño
mucho más sencillo que el estandarte de la figura anterior. Se observan
perfectamente las flores de lis doradas en los ángulos de la tela. Este soldado
muestra demás en su cuello el emblema de la caballería ligera: una espada
cruzada con una pluma.
HUSARES
Caballería.
Regimiento de húsares de María Luisa :
Este regimiento no llegó a luchar en Talavera porque fue disuelto en Marzo
de 1.809. Sin embargo sus soldados constituyeron la base para formar los regimientos 1º y 2º de húsares de Extremadura. La
uniformidad de estas dos unidades, hasta donde sé, seguía las líneas de su
unidad madre: calzón y pelliza azules con los mismo alamares y adornos. La casaca puede que fuera de otro color distinto al rojo. Asimismo,
es posible que se tocasen con un cubrecabezas distinto al mirlitón mostrado por la figura, quizá un chacó al estilo
húsar francés. Nótese el emblema de la espada y la pluma cruzadas y el sable
curvo.
CAZADORES DE
CABALLERIA
Caballería.
Regimiento de cazadores Voluntarios del Estado :
Este dibujo muestra las líneas básicas de su uniformidad: calzón y casaca
corta (sin faldones) de color verde, chacó con
viseras y cordones de plata. Al cuello la divisa de la espada y la pluma y al
costado el sable curvo de la caballería ligera.
ARTILLERIA
Artillería de
a pie:
Teniente de artillería de a pie en uniforme de servicio en invierno
(denotado por el calzón de color azul oscuro). El uniforme es el de 1.805, con
gran bicornio. Nótese la granada bordada en el cuello del uniforme.
Artillería de
a pie:
Soldado de artillería en traje de campaña. Nótese el sombrero de ala ancha
rematado por la pluma.
Artillería a
caballo:
Este oficial pertenece a las unidades de artillería a caballo. Por eso, aunque
su uniforme sigue las líneas generales del teniente antes descrito, éste tiene
ciertos toques propios de su condición, como por ejemplo el chacó de cazador con cordones plateados, las botas cortas de caballería y unos
faldones más cortos. El sable parece ser del mismo tipo en ambos casos.
INGENIEROS
Ingenieros:
No tengo datos sobre las fuerzas de ingenieros que tomaron parte en la
batalla de Talavera, pero sí de que los hubo. Presento aquí a un coronel de
ingenieros. Lo más destacado es el tono morado, que era el color del arma de
ingenieros. Nótese el castillo bordado en el cuello del uniforme, que era la
divisa del cuerpo, al igual que lo es ahora. Dibujo basado en un cuadro de
Goya.
Ingenieros:
Zapador en traje de campaña. A diferencia del oficial antes descrito, este
soldado lleva un casco de cuero modelo 1.805, junto con un mandil y una pala,
casi casi los distintivos de su condición de zapador.
El sable al costado es más corto y grueso que otros aquí mostrados. Era usado
como cuchillo-machete y como herramienta de fortuna.
III Reich (Heer)
Artículo aparecido en: Uniformes del III Reich.
La uniformidad de las tropas alemanas durante la contienda es tan variada
como diferentes fueron los países cuyos hombres lucharon también bajo las
banderas del totalitarismo Nazi. Existe la errónea creencia de que los horrores
del Nazismo fueron algo exclusivo de Alemania, cuando la realidad es que, junto
a los alemanes, lucharon también gentes de otros pueblos y otras razas.
Especialmente dentro de las Waffen SS se crearon
muchas unidades compuestas por belgas, noruegos, croatas, rutenos, franceses,
holandeses, húngaros, austriacos, finlandeses, italianos, eslovacos, daneses,
estonios, lituanos, letones, indios, árabes o rusos que defendían las mismas
ideas degradantes del Nazismo. El totalitarismo Nazi no es, pues, exclusivo de
Alemania sino que extendió sus garras por toda Europa. En el ejército alemán,
al lado de colaboradores serviles del régimen nazi, existieron también otros
oficiales y generales que combatieron contra el nazismo y pagaron con sus vidas
los intentos de derrocar el totalitarismo o simplemente su oposición a los
métodos del terror. La verdad es que, tras el Juicio de Nuremberg en el que se condenó el Partido Nacionalsocialista y las organizaciones
dependientes del mismo, como las SS, la GESTAPO y otras, el ejército alemán en
su conjunto, salvo algunos generales y oficiales, no fue sometido a tal
condena.
UNIFORMES DEL
III REICH:
Heer:
Mariscales y
Generales del Heer:
|
||||||||||
General de Brigada de Tropas de
Jefes del Heer:
Oficiales del Heer:
Suboficiales
del Heer:
Tropas del Heer:
Artículo aparecido en: Uniformes del III Reich.
La uniformidad de las tropas alemanas durante la contienda es tan variada
como diferentes fueron los países cuyos hombres lucharon también bajo las
banderas del totalitarismo Nazi. Existe la errónea creencia de que los horrores
del Nazismo fueron algo exclusivo de Alemania, cuando la realidad es que, junto
a los alemanes, lucharon también gentes de otros pueblos y otras razas.
Especialmente dentro de las Waffen SS se crearon
muchas unidades compuestas por belgas, noruegos, croatas, rutenos, franceses,
holandeses, húngaros, austriacos, finlandeses, italianos, eslovacos, daneses,
estonios, lituanos, letones, indios, árabes o rusos que defendían las mismas
ideas degradantes del Nazismo. El totalitarismo Nazi no es, pues, exclusivo de
Alemania sino que extendió sus garras por toda Europa. En el ejército alemán,
al lado de colaboradores serviles del régimen nazi, existieron también otros
oficiales y generales que combatieron contra el nazismo y pagaron con sus vidas
los intentos de derrocar el totalitarismo o simplemente su oposición a los
métodos del terror. La verdad es que, tras el Juicio de Nuremberg en el que se condenó el Partido Nacionalsocialista y las organizaciones
dependientes del mismo, como las SS, la GESTAPO y otras, el ejército alemán en
su conjunto, salvo algunos generales y oficiales, no fue sometido a tal
condena.
UNIFORMES DEL
III REICH:
Luftwaffe:
Mariscales y
Generales de la Luftwaffe:
Jefes de la
Luftwaffe:
Oficiales de
la Luftwaffe:
Suboficiales
de la Luftwaffe:
Tropas de la
Luftwaffe:
Artículo aparecido en: Uniformes del III Reich.
La uniformidad de las tropas alemanas durante la contienda es tan variada
como diferentes fueron los países cuyos hombres lucharon también bajo las
banderas del totalitarismo Nazi. Existe la errónea creencia de que los horrores
del Nazismo fueron algo exclusivo de Alemania, cuando la realidad es que, junto
a los alemanes, lucharon también gentes de otros pueblos y otras razas.
Especialmente dentro de las Waffen SS se crearon
muchas unidades compuestas por belgas, noruegos, croatas, rutenos, franceses,
holandeses, húngaros, austriacos, finlandeses, italianos, eslovacos, daneses,
estonios, lituanos, letones, indios, árabes o rusos que defendían las mismas
ideas degradantes del Nazismo. El totalitarismo Nazi no es, pues, exclusivo de
Alemania sino que extendió sus garras por toda Europa. En el ejército alemán,
al lado de colaboradores serviles del régimen nazi, existieron también otros
oficiales y generales que combatieron contra el nazismo y pagaron con sus vidas
los intentos de derrocar el totalitarismo o simplemente su oposición a los
métodos del terror. La verdad es que, tras el Juicio de Nuremberg en el que se condenó el Partido Nacionalsocialista y las organizaciones
dependientes del mismo, como las SS, la GESTAPO y otras, el ejército alemán en
su conjunto, salvo algunos generales y oficiales, no fue sometido a tal
condena.
UNIFORMES DEL
III REICH:
Kriegsmarine:
Almirantes de
la Kriegsmarine:
Comandantes de
la Kriegsmarine:
Capitanes de
la Kriegsmarine:
Suboficiales
de la Kriegsmarine:
Tropas de la Kriegsmarine:
III Reich (Waffen SS)
Artículo aparecido en: Uniformes del III Reich.
La uniformidad de las tropas alemanas durante la contienda es tan variada
como diferentes fueron los países cuyos hombres lucharon también bajo las
banderas del totalitarismo Nazi. Existe la errónea creencia de que los horrores
del Nazismo fueron algo exclusivo de Alemania, cuando la realidad es que, junto
a los alemanes, lucharon también gentes de otros pueblos y otras razas.
Especialmente dentro de las Waffen SS se crearon
muchas unidades compuestas por belgas, noruegos, croatas, rutenos, franceses,
holandeses, húngaros, austriacos, finlandeses, italianos, eslovacos, daneses,
estonios, lituanos, letones, indios, árabes o rusos que defendían las mismas
ideas degradantes del Nazismo. El totalitarismo Nazi no es, pues, exclusivo de
Alemania sino que extendió sus garras por toda Europa. En el ejército alemán,
al lado de colaboradores serviles del régimen nazi, existieron también otros
oficiales y generales que combatieron contra el nazismo y pagaron con sus vidas
los intentos de derrocar el totalitarismo o simplemente su oposición a los
métodos del terror. La verdad es que, tras el Juicio de Nuremberg en el que se condenó el Partido Nacionalsocialista y las organizaciones
dependientes del mismo, como las SS, la GESTAPO y otras, el ejército alemán en
su conjunto, salvo algunos generales y oficiales, no fue sometido a tal
condena.
UNIFORMES DEL
III REICH:
Waffen SS:
Generales de
la Waffen SS:
Jefes de la Waffen SS:
Oficiales de
la Waffen SS:
Suboficiales
de la Waffen SS:
Tropas de la Waffen SS:
LA LEGIÓN
Millán Astray, excelente psicólogo, se preocupó
desde un principio de dotar a sus legionarios de un uniforme marcial, atractivo
y cómodo al mismo tiempo. Ya se anunciaba en el primer cartel de enganche:
"El uniforme es vistoso".
Una O.C. de fecha 4 de septiembre de 1920
establecía las prendas que habían de componer el uniforme de los legionarios.
En ellas se especificaba:... "tenderá principalmente a ser práctico,
cómodo, vistoso y económico". He aquí la relación de prendas que habían de
componerlo según esta O.C.:
- Como prenda de cabeza, gorro y teresiana, quedando autorizados para
ensayar el sombrero de paja en verano.
Sobre estas prendas propuestas como reglamentarias, la práctica y un
cuidadoso estudio, introducen algunos cambios que completarán la airosa silueta
del Legionario. Así el sombrero de paja es sustituido por el de lona
pespunteada, mucho más práctico, cómodo y duradero. La bota alpargata, tomada
de los Regulares, se hace de uso general y desplaza a la sandalia, propuesta
por el Fundador como "calzado de descanso". Para las primeras
campañas se adopta el correaje inglés de lona, tipo "Mills",
que tan excelentes resultados había dado en la gran Guerra Europea; y, sobre
todo, se da entrada a la inmortal camisa legionaria que fue introducida a
propuesta del Comandante D. Adolfo Vara del Rey, camisa de tipo deportivo
abierta sólo hasta la mitad del pecho y con cuello abierto, cuello que la
práctica legionaria hace llevar vuelto por encima de la guerrera, resolviendo
así dos problemas: el de la comodidad y el de la limpieza. Otra prenda
legionaria por excelencia la ha de constituir el gorrillo de borlita, llamado
también "isabelino" por recordar el antiguo gorro de cuartel de las
tropas de Isabel II; el Fundador decía de él: "es el clásico y castizo que
usaron los militares españoles luengos años. Tiene un especial atractivo, es
gracioso, airoso y muy marcial. Es, desde luego, infinitamente más estético que
los bonetes circulares".
En las campañas de 1921 a 1925 el legionario consolida su silueta y así ha
de permanecer hasta 1938, año en que se adopta el pantalón bombacho; hasta
nuestra época poco ha variado su fisonomía; el sombrero alterna con el
gorrillo, las vendas con la pernera abotonada; la guerrera con la camisa. Hacia
1927 se introduce el correaje de cuero, de idéntica forma al de lona, y la
cartera-mochila; ambas prendas cambian su color al negro, así como el calzado,
con las reformas del 38. El gorrillo se adorna con el emblema legionario en las
clases y tropa, y, poco después de concluir la guerra, se adopta el barboquejo
en el gorrillo, este barboquejo parece que fue introducido por las unidades motorizadas
de La Legión (para evitar que se les volase) y posteriormente adoptado por el
resto del Cuerpo, siempre atento a introducir modificaciones que configuren
"spirit de corps"
de tropa de élite.
En 1938 debió darse un reglamento de uniformidad para La Legión, ya que en
la Subinspección del Cuerpo existe una colección de fotografías que representan
a un legionario, de frente y de espaldas, vestido con una serie de prendas
diferentes.
En el detallado reglamento de uniformidad para el Ejército publicado en
Enero de 1943 se especifica solamente, refiriéndose a La Legión, que: "la
única prenda especial usada por los Jefes, Oficiales y suboficiales de estas
tropas es la "teresiana" y, más adelante,
añade que el uniforme de las clases de tropa será igual al de las tropas a pie.
Según esto hay que pensar que en la mente del legislador estaba el equiparar el
uniforme legionario al del resto de la Infantería, probablemente por razones
económicas, dado la penuria de medios de la época, no figurando en el citado
reglamento ni siquiera el gorrillo. De cualquier forma esto sólo debió de
cumplirse en parte, pues La Legión volvió a sus prendas de color verde e, incluso,
introdujo algunas nuevas, como el uniforme de loneta verde claro para los
oficiales y el mono de instrucción de color parecido para la tropa. Pero
ciertamente durante algunos años (1943-44) los oficiales llevaron el uniforme
caqui con el cuello cerrado y los capotes fueron todos de este color, tanto en
la oficialidad como en la tropa.
Es durante las décadas de los años 40 y 50 cuando el uniforme legionario
adquiere su mayor vistosidad y elegancia: gorrillo con barboquejo; bota alta
flexible con espuelas y guardapolvo; largas guerreras de colores claros; anchos
cintos de cuero negro con hebillas de emblemas calados; galletas de variados y
vistosos colores; galas de gastadores, cornetas y tambores, etc.
Un inciso interesante es la aclaración del uso del emblema legionario sobre
el uniforme de paseo, adicionado con las barras de permanencia en el Cuerpo.
Esto fue regulado por O.C. de 26 de noviembre de
1923. Para Jefes y Oficiales el emblema habría de ir bordado en hilo de oro en
el centro del bolsillo derecho de la guerrera, y, bajo aquél, podían llevar una
barra roja por cada año completo de servicio en La Legión; por cada 5 años se
sustituirían otras tantas barras rojas por una dorada (las barras rojas son de
2 mm. y las doradas de 5 mm.)
colocadas en el lugar de la primera. Poco después se aprobaría el uso de este
distintivo para las clases y tropa, pero en vez de ir bordado en hilo de oro
tendría que ir en sus colores naturales, y las barras por cada 5 años habrían
de ser amarillas.
Como condiciones indispensables para poder lucir este distintivo de
antigüedad, era necesario:
- Un año de permanencia y 20 hechos de armas. De esto se desprende que sólo podían llevar este distintivo los que habían
tomado parte activa en los combates.
Las campañas de Ifni-Sahara y la guarnición de
aquellos territorios imponen la adopción de nuevas prendas, tomando algunas de
ellas gran arraigo. Se adopta la gorra de visera para campaña, con la adición
de la siroquera; se vuelve a las sandalias ("nailas"); se introduce la bota "chiruca" de lona con suela de goma en sustitución de
la bota-alpargata; se adopta el traje de campaña mimetizado; el rombo
porta-emblemas ("pepito"), etc.
Los diferentes cambios de uniformidad sobrevenidos en el Ejército afectan
también a La Legión, pero siempre con algo de retraso, por estar el legionario
muy apegado a sus viejas prendas de uniforme. Así en 1952 quedó autorizado el
uso del pantalón largo para paseo; en 1958 se suprimió la bota alta, el calzón breeche y el ceñidor de cuero, aunque La Legión continúa
con ellas hasta 1966. En 1955 el largo capote "de montar" es
sustituido por otro más corto y con solapas y, para la tropa, el tabardo
sustituye al capote.
El uniforme de campaña, adoptado por las tropas paracaidistas en 1955,
(camisola y pantalón) es copiado por La Legión, y aunque en 1968 se declara
reglamentario para el Ejército, La Legión venía usándolo desde 1966.
La década de los ochenta es un época de grandes
cambios en la uniformidad del Ejército Español. En mayo de 1886 se dicta una
orden general para el Ejército de Tierra que modifica substancialmente los
uniformes existentes; un gran número de reformas son introducidas. Todas estas
reformas, adaptadas a La Legión, son recogidas en una orden de abril de 1987,
por ella se modificaban los uniformes de gala y paseo. Las divisas desaparecen
de la prenda de cabeza sea teresiana, gorrillo o boina; en la guerrera las
divisas dejan de llevarse en las bocamangas y pasan a ser llevadas en las
hombreras; de estas desaparece el emblema legionario; en la camisa se llevan
hombreras del color del uniforme (verde legionario) excepto los componentes de
la BOEL que las llevan de color verde de las C.O.E.;
en el cuello-solapa de la camisa se lleva, en metálico, el emblema legionario;
aunque se conservan los escudos de brazo (distintivo de destino en Tercio)
estos son modificados, así como los distintivos de destino en Bandera o Unidad
(los llamados "pepitos"). Todas estos cambios han de ser observados a partir del 30 de
junio de 1988.
En noviembre de 1991 se adopta un cinto para gala; este ha de ser dorado
con vivos encarnados para jefes y oficiales y de charol negro para suboficiales
y tropa; en las chapas de una y otra ha de figurar el emblema del Ejército de
Tierra.
El 7 de febrero de 1994 se publicó una nueva Instrucción General que
regula específicamente los uniformes legionarios. En esta normativa se agrupan
los uniformes en dos tipos: De Representación y Funcionales.
En los primeros (gala, paseo, etc.) se da cabida a peculiaridades del
uniforme legionario tradicional, respetando prendas y colores propios de este
Cuerpo. En los segundos (uniformidad principalmente de campaña) se procura una
asimilación al resto del Ejército, de forma que, en caso de guerra, el enemigo
no disponga de datos para la identificación de las unidades, y, a la vez, que
nuestros uniformes sean lo más parecidos posible a los del resto de los países
de la OTAN.
En la citada Instrucción General se agrupan los uniformes en diversos
capítulos o clases: Gala para paseo (incluyendo los de Actos de Especial
Relevancia); Diario en formación; Gala en formación; Campaña y Trabajo.
Bajo ese título han agrupado un ambicioso grupo de apartados que abarcan
desde la uniformidad hasta el cancionero legionario pasando sus guiones y
banderines, el sábado Legionario, y otros muchos contenidos que le invitamos a
descubrir.
Del libro "La Legión, 75 años de uniformes legionarios" de José
María Bueno
Guerras Napoleónicas 1804-1815 Artículo aparecido en: Uniformes del Mundo.
REVOLUCION FRANCESA Francia:
Austria:
Alemania:
Portugal:
Rusia:
Gran
Bretaña:
España:
Italia:
En 1789 las ideas enciclopedistas y la mala situación económica y de las
cosechas obligaron al rey Luis XVI a convocar Estados Generales (Parlamento).
El Tercer Estado promovió una serie de peticiones dirigidas a terminar con el
régimen absolutista. La negativa del rey a aceptar algunas desencadenó la
revolución con la Toma de La Bastilla. El rey fue obligado a aceptar una
constitución, lo que alarmó a las demás monarquías europeas.
La progresiva radicalización de la Asamblea frente a las amenazas de las
demás monarquías obligó al Rey, en 1792, a declarar la guerra a Austria y
Prusia. Aunque inicialmente los ejércitos de estas dos potencias penetraron en
Francia, ese mismo año fueron derrotados decisivamente en Valmy y Jemappes. El rey, obligado a declarar la guerra,
huyó de París, siendo detenido luego en Varennes, lo
provocó la caída de la Monarquía francesa y su muerte en la guillotina.
En 1793, se formó la primera coalición contra Francia. Entraron en ella la
Gran Bretaña, Austria, Prusia, los Países Bajos, España, Portugal y varios
estados alemanes e italianos.
España, juntamente con Inglaterra ocupó Tolón donde comenzó a desecarse un
brillante oficial de artillería llamado Napoleón. Las tropas aliadas avanzaban
por todas las fronteras francesas. En los Pirineos, el ejército español, al
mando del general Ricardos obtuvieron algunas
victorias y llegaron hasta Perpignan. La revolución
parecía acabada entre los enemigos externos y las sublevaciones promonárquicas
de Bretaña y Vandeé en el interior. Sin embargo, la
Revolución, sacando fuerzas de flaqueza, cambió las tornas.
En 1794, los franceses volvieron a derrotar a los austriacos en Fleurus y al año siguiente conquistaron los Países Bajos.
En los Pirineos, la muerte del general Ricardos supuso el debilitamiento del
ataque español. Pronto San Sebastián, Bilbao y Vitoria fueron ocupados por
Francia. Los franceses lucharon con brillantez en todos frentes, y en 1795,
primero los prusianos y luego los Países Bajos y España pidieron la paz. Los
rusos fueron derrotados también.
La caída de Robespierre y su sustitución por el
Triunvirato pareció detener la revolución ya que, en 1796, el Ejército francés
fue rechazado hasta la otra orilla del Rhin. Sin
embargo Francia decidió llevar la guerra a Italia. El ejército francés, al
mando de Napoleón, consiguió sus magníficas victorias contra los austriacos en Lodi y Areola, en 1796, y en Rivoli,
en 1797. Todo el norte de Italia quedó dominado por los franceses y, en 1797,
Austria, Rusia y Portugal firmaron la paz con Francia.
Sólo Inglaterra permanecía enfrentada a Francia. En 1799 Napoleón se
proclama Primer Cónsul. Finalizaba el periodo revolucionario y se abría en
Europa el periodo de las guerras Napoleónicas.
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