«La consagración» de Miguel Miramontes
El escultor, que vive en Chapala desde hace algunos años,
se ha destacado por sus trabajos, que se encuentran por ejemplo en el estadio
Jalisco, «Los futbolistas, que es una de sus más logradas obras, entre otras
muchas
Víctor Manuel
Pazarín | OC Esta es la cuarta vez que se otorga,
desde que se instituyó en el año 2000, la presea «Pincel de Plata» y fue
otorgada al escultor Miguel Miramontes la noche del
miércoles en el Museo de la Ciudad, en donde también se abrió una pequeña
pero singular exposición de sus trabajos escultóricos. El «Pincel de Plata»
se entrega, desde hace tres años, a los mejores exponentes en el campo de las
artes visuales, y como Miramontes es uno de los más
destacados fue a él, a este artista nacido en 1918, a quien se le entregó.
Conversamos en exclusiva con él y lo que sigue es el resultado.
-La función de la escultura, ¿cuál ha sido en su trabajo, en su obra?
Responde: «Ha sido la de dar a conocer a los héroes y a las personalidades
destacadas de Jalisco y, además, aparte de darlas a conocer, interesar a la
población tapatía en su historia y trayectoria. Yo me he dedicado a realizar
unos casi retratos de ellos, que es lo esencial. Para que la gente los vea y
después se entere y los reconozca por su fisonomía. Sí es importante que el
pueblo se entere de quienes han sido sus representantes».
El maestro Miramontes, en esa pequeña muestra de su
trabajo que se exhibe en el Museo de la Ciudad, nos entrega las figuras de
Agustín Yáñez, Jacobo Gálvez, el Dr. Atl y la de Francisco Zarco, que han sido consideradas
por la crítica y los historiadores como de las mejores que se han hecho en
todo el país.
Las figuras humanas en la muestra. De las diez obras que deja para la muestra
en el Museo de la Ciudad, cinco pertenecen al orden de los cuerpos, por tal
razón se pueden mirar las magníficas obras de «Leda», «El botón», «Sirena» y
«Consagración», entre otras pocas más. Esa parte, la del homenaje a los
cuerpos humanos, tiene -han dicho los críticos de arte- una parte fundamental
en el trabajo escultórico de Miguel Miramontes.
Sobre el tema el maestro Miramontes comenta:
«Siempre ha sido para mí la figura humana una debilidad, sobre todo la
femenina. Y he trabajado gran parte de mis esculturas con ese tema. Siempre
he tenido modelos vivos. Y me gusta, como en el caso de «Consagración», poner
a la pareja. Y combinar las técnicas, el acabado en esas figuras: la mujer
más fina, más delicada y el hombre más recio y más áspero, es como yo creo
que debe ser. O debería».
El Pincel de Plata. En relación al reconocimiento, el escultor se dijo
agradecido «porque se fijen en mí y me den un reconocimiento».
Abundó: «Yo no soy muy afecto a darme el taco -declaró- de decir que yo
merezco algo, no. Quizá no lo merezco», dice riendo.
-La escultura en México, desde principios de siglo para acá, ¿ha
evolucionado?
«Sí, ha evolucionado -dice-. Y ha habido muchas corrientes estéticas en esos
años que han corrido, pero no se ha terminado de entender, ni trabajado con
todos los rigores sobre temas realistas de lo que somos nosotros los
mexicanos, de los mexicanos».
Afirma que «hay mucho, todavía mucho en lo que hay que trabajar, pero
encuentro, también, mucha flojera en los artistas para ponerse a estudiar y
explicarse y ver y manejar los temas. Se inclinan por lo abstracto porque es
lo más sencillo y fácil: no necesitan saber dibujar, no requieren pensar.
Todo es fácil hoy en la escultura».
La exposición, compuesta por diez piezas, que se puede ver en el Museo de la
Ciudad de Guadalajara (calle Independencia 684), permanecerá hasta el 9 de
noviembre de este año. En ella se podrán reconocer los monumentos que en
tamaño natural están por toda la ciudad y la creatividad de Miguel Miramontes.
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