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“La obra de Álvaro Santiago sigue una línea que oscila entre el
experimento y el juego. Sus grandes
ciclos, ejemplos de abundancia y fecundidad, revelan las tentativas para
introducir orden y lógica en un caudal que parece inagotable. No obstante, los juegos de las imágenes
como juegos de palabras, trabalenguas, adivinanzas, palimpsestos y palíndromes,
ceden poco a poco en el lugar a la
forma fiel, la pieza libre y acabada en sus fronteras”.
E. R. Blackaller.
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