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(1929-1999) Alberto Gironella Ojeda, de padre catalán y
madre yucateca, nace en la ciudad de México en 1929. Lee obras de Ramón María
del Valle Inclán y de Ramón Gómez de la Serna, que posteriormente influirán
en su obra plástica. En 1948 funda "Clavileño", revista de
literatura y arte, con Luis Rius y Arturo Souto; más adelante, en 1951,
juntos fundan la revista literaria "Segrel", de la cual salen dos
números. En ese mismo año estudia Letras Españolas en la UNAM, escribe poesía
y comienza su novela "Tiburcio Esquila", que no llegó a publicarse.
En 1952, junto con los pintores Héctor Xavier y Vlady, fundan la Galería
Prisse, donde Gironella expone "La condesa de Uta". En 1953 se
establece un tiempo en Guanajuato, y desde entonces se dedica por completo a
la pintura. En 1959 viaja a Nueva York y se inspira en el retrato de Diego
Velázquez, para pintar su primera reina Mariana, que integra una amplia
serie.
En 1960 recibió el premio
de la Bienal de Pintura Joven en París. Visitó Madrid y París -lugar donde
expuso sus obras- y conoció a Breton, Joyce Mansour, Fernando Arrabal y
Pierre Alechinsky; se integró al grupo "Phases", organizado por
Edouard Jaguer, con quien Gironella participó en una exposición celebrada en
la Universidad de París en 1963. Regresó a México en 1962. Al año siguiente,
realizó la escenografía para "La Ópera del Orden", de Alejandro
Jodorovsky. En 1968 obtuvo la beca Guggenheim. En esta época produjo una
serie de litografías para el libro de Carlos Fuentes "Terra Nostra"
(1975), y en 1980, en México, realizó doce tauromaquias con Pierre
Alechinsky. Desde de 1952, ha exhibido sus obras regularmente en ciudades
como París, México, Madrid, Nueva York, Belgrado, entre otras. Actualmente
desarrolla su trabajo y vive en México. En los años cincuenta,
apareció en México un incipiente movimiento de ruptura, integrado por
artistas plásticos y literarios, que en las artes plásticas se oponían al
control hegemónico de la escuela mexicana, y a la contundente proclama de
Siqueiros "No hay más ruta que la nuestra". Esta nueva generación
de artistas (integrada entre otros por Lilia Carrillo, Cuevas, Echeverría,
Felguérez, García Ponce, Gironella, Rojo y Vlady) rechazaba la idea del arte
como propaganda política y la representación de temas indigenistas o
nacionalistas como única posibilidad en el arte. Aunque la confrontación por
un arte no ideologizado adquiere fuerza en la década del sesenta, desde los
cincuenta algunos artistas empezaban a pintar de manera individual, fuera de
las escuelas y movimientos, por lo que ya no representaban temas históricos,
realistas o de corte social y político. Para ellos el punto de partida era el
mundo interior y subjetivo, las preocupaciones personales de cada artista, así
como los distintos modos de expresión. En torno a este rechazo se unifica la
nueva generación de artistas, que integró Alberto Gironella. En este contexto, se
abrieron algunas galerías en la ciudad de México, que significaron nuevos
espacios de difusión no oficiales. Entre éstas, cabe mencionar la Galería
Proteo, dirigida un tiempo por el propio Gironella. Proteo fue inaugurada en
1956 y apoyaba a los nuevos pintores que estaban fuera de la órbita de la
escuela mexicana; la Galería Antonio Souza, aparecida en 1956, y la Galería
Juan Martín, fundada en 1961, en donde Gironella realizó sus primeras
exposiciones sobre las reinas. En el discurso plástico de
Gironella hay temas fundamentales como son la muerte, el fenómeno de la
putrefacción de la materia, y el transcurrir del tiempo. Una de las
características de Gironella es la libertad con que construye sus cuadros, en
los que se encuentran la plástica y las letras. Resultado de la relación
constante y cercana que el artista ha tenido con la literatura, sus
configuraciones -tanto pintura como ensamblados- remiten a imágenes
literarias, a escritores y a poetas universales. Octavio Paz dijo de él que
es un "poeta de imágenes y no de palabras" y él mismo confesó que
"lo mío es un loco intento de pintar el tiempo". Entre sus obras destacan:
Reina Mariana (1960, 1964, 1971), Entierro de Zapata (1972), Metamorfosis de
una reina I, II, III (1958), Diego Velázquez, artista fotógrafo (1968 Falleció en México el 2 de
agosto de 1999. También pidió que sus restos descansaran en una especie de
pared e fusilamiento, es decir, de adobe, en el jardín de su casa de Valle de
Bravo Gironella manipula los
objetos y los descontextualiza para construir otras realidades con
significados contundentes, que surgen de la reflexión en torno a los temas de
su obra. Sus pinturas pueden ser simbólicas, desgarradoras o terroríficas,
pero siempre guardan una interesante dosis de humor e ironía. El pintor
deforma caras y cuerpos sin perder la figura, sin diluirla totalmente; más
bien parecen convivir dos rostros diferentes en la misma composición, en los
que se plasman los gestos de la vida y de la muerte. en estas primeras
composiciones a distintos personajes, algunos de ellos inspirados en Tiburcio
Esquirla, el protagonista de su novela. En estos trabajos ya manifestaba el
interés por mantener la forma, la libertad para manejar el trazo y la
facilidad para expresar los estados sicológicos. En su obra posterior
aparecen una serie de figuras inspiradas en los periodos azul y rosa de
Picasso, y más adelante practica la técnica al óleo, utilizando colores
contrastantes y brillantes, que cambiará a tonos oscuros y sombríos para
expresar de esa manera la corrupción de la materia y los cuerpos. Gironella
también ha pintado paisajes, primero realizados a base de tonos únicos, para
después recuperar las técnicas de los pintores europeos. A partir de los años
cincuenta el trabajo de Gironella se transforma, con la influencia de
tendencias contemporáneas, como el informalismo, pero principalmente cuando
comienza a experimentar con las técnicas pictóricas de los maestros de la
pintura veneciana y las aplica a sus obras. Ejemplo de este proceso de cambio
es "La Condesa de Uta", (1952). Este cuadro, fundamental para la
evolución posterior de su trabajo, se considera la primera obra madura de
Gironella. Originalmente fue expuesto en la Galería Prisse, junto a algunos
paisajes de Guanajuato que ilustraron un cuento de Carlos Fuentes Los ensamblados de
Gironella se componen de pequeños recuadros o cajas -algunas de ellas reversibles-,
en los que sitúa distintas clases de objetos, creando con estos elementos
composiciones plásticas que contienen un lenguaje irónico y humorístico, o
que expresan de distintas maneras la desintegración o la descomposición, tema
que ha preocupado insistentemente al artista. Otras veces, mediante esta
técnica tridimensional, Gironella realiza homenajes a personajes célebres y
que de una u otra manera han influido sobre el artista, como Luis Buñuel o
Flaubert. Gironella utiliza latas de
alimentos, botellas, etiquetas de licor, cajas; retoma fotografías, impresos,
reproducciones e imágenes de otros artistas, construyendo estructuras en las
que se integra la pintura al espacio tridimensional, muchas veces mezclando
sus paráfrasis de los pintores españoles con latas de sardinas y de aceite de
oliva, embutidos o corcholatas de botellas, remitiendo de esta manera al
bodegón español. El resultado de este proceso combinatorio -entre otros, la
unión de figuras religiosas con objetos de uso cotidiano- es un lenguaje
plástico de gran sentido lúdico, en el que establece formas armónicas y
rítmicas, mediante el paso de los objetos ordenados al desorden del trazo y
el color. http://www.arts-history.mx/gironella/girella.html |
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